El hospital era un mar de emociones contenidas. Las luces fluorescentes bañaban los pasillos en una frialdad clínica, mientras las máquinas zumbaban con una monotonía casi reconfortante. Pacientes y familiares deambulaban como sombras, sus rostros marcados por la espera y la incertidumbre.
Nayeon, se encontraba cumpliendo con su guardia nocturna, encontrando la monotonía de las horas interminables casi insoportable, mientras caminaba por los pasillos sus ojos se posaron en el rubio sentado inmóvil junto a la puerta de la habitación donde se encontraba Yoongi, su rostro reflejando un cansancio y tristeza profundos, algo en su corazón se encogio tan solo de verlo perdido y temblando en ese sitio, decidida a ofrecer un respiro a ese joven abatido se acercó con una sonrisa amable y una chispa de determinación.
—Hey,— dijo suavemente, inclinándose hacia él,—¿qué tal si vamos a la cafetería? Se ve que necesitas un descanso. Yo invito.—su tono era ligero, casi juguetón, buscando levantar el ánimo de Jimin.
Jimin levantó la mirada, sus ojos oscuros aún velados por la angustia
—.Gracias,— respondió con una risa triste,—pero no tengo mucha hambre.
—Vamos, aunque sea por un café. Te hará bien, te he visto muy seguido por aquí, te vez mal, si gustas hablar yo te escucharé. No pareces una mala persona, y todos necesitamos desahogarnos de vez en cuando—Nayeon, sin desanimarse, insistió
Jimin, finalmente, asintió. Se levantó con lentitud, como si llevara el peso del mundo sobre sus hombros, y siguió a Nayeon por los pasillos desiertos, llegaron a la cafetería, un lugar acogedor con mesas de madera y un aire cálido que contrastaba con la frialdad del hospital, el ambiente era ligeramente más cálido, pero no menos tenso, enfermeros y doctores se movían con precisión mecánica, ajenos al dolor que consumía a aquellos que esperaban un veredicto, como Jimin. El aroma a café recién hecho y a pan recién horneado impregnaba el ambiente, ofreciendo un respiro momentáneo de consuelo.
Nayeon pidió dos cafés y un par de croissants, y se sentaron en una mesa junto a la ventana, desde donde se podían ver las luces de la ciudad titilando en la distancia como estrellas distantes en un cielo de cemento. Jimin, tomando un sorbo de su café, sintió un calor reconfortante extenderse por su cuerpo, aliviando, aunque solo fuera un poco, la frialdad de su corazón.
Mientras ambos tomaban su café, Nayeon rompió el silencio con una voz suave, casi introspectiva.
—¿Sabes? Siempre quise trabajar aquí,—comenzó, mirando su taza como si buscara las palabras adecuadas en el vapor que se elevaba—aunque aún soy pasante, decidí que esta sería mi profesión cuando era solo una niña.
Jimin levantó la mirada, interesado a pesar de su abatimiento.
—Mi padre falleció a causa de un paro cardíaco cuando yo tenía ocho años. Estaba en casa cuando sucedió, y recuerdo la impotencia que sentí al no poder hacer nada. —Nayeon continuó, su voz teñida de melancolía—Desde entonces, supe que quería ser alguien que pudiera ayudar a los demás, alguien que pudiera hacer una diferencia, sin embargo tarde entendí aunque a veces no pudiera salvar a todos los pacientes estaba poniendo de mi parte.
El dolor en sus palabras resonó profundamente en el corazón de Jimin tal y como si hubiera sido una daga atravesada en su corazón a pesar de que no era cercano a la joven delante de él sintió el dolor como si fuera propio.
—Lo siento mucho,—dijo sinceramente, sus ojos reflejando una comprensión compartida del sufrimiento. Miró a su alrededor, viendo a las personas moviéndose ajenas a su dolor, y suspiró, dándose valor para contar su historia.
—No te preocupes, — Nayeon sonrió débilmente bebiendo un trago de su café— ¿Sabes?— comenzó, con una voz suave pero firme,—a veces, hablar con alguien que no te juzga puede hacer una gran diferencia .¿Gustas contarme como terminaste aquí?.
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HOPE|• Yoonmin
FanficEn donde Yoongi pierde la memoria y Jimin tiene que hacerle recordar su pasado, ayudandole a atar los hilos sueltos de aquellas memorias ilusidas. En los días más oscuros siempre se hallará un rayo de luz, una esperanza para seguir, Jimin era consie...