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En la cocina el crepitar suave de la sartén marcaba el ritmo de la conversación entre Jimin y Yoongi, la atmósfera estaba impregnada de una calidez familiar, un hogar construido en silencio compartido y miradas cómplices.

Jimin juguetón como siempre había comenzado a deslizar rodajas de zanahoria sobra la mesa, creando según su imaginación pequeños solados vegetales, quienes se preparaban para una batalla épica.

La risa ligera que escapaba de sus labios llenaba el espacio, provocando una calidez inigualable en el pecho de Yoongi quién estaba concentrado en preparar la carne y los fideos, esos momentos eran los que más disfrutaban ambos.

—¿Que haces Jimin?—preguntó Yoongi sin apartar la vista de la sartén, aunque su voz traía consigo un tono de afecto innegable.

—Preparo el ejército de las zanahorias, Yoonie, parece que tienen una misión importante está noche — respondió Jimin divertido mientras continuaba su juego.

La travesura no termino allí, en un movimiento silencioso Jimin se acercó a Yoongi, y el aroma fresco de la menta que había comido se mezclo con el perfume natural de su piel, dejó que sus labios, suaves y tentadores rozarán el cuello de Yoongi, depositando besos ligeros que parecian casi como un susurro contra su piel. Yoongi se tenso al instante, su cuerpo reaccionando a la mezcla de placer y sorpresa que lo invadió.

—Jimin debes detenerte o tendremos un accidente— murmuró Yoongi, intentando mantener su compostura mientras sentía la tentación rozar cada fibra de su ser.

—¿Y si no quiero qué?—Jimin con una sonrisa traviesa replicó

Las palabras juguetonas de Jimin fueron la chispa que encendió el fuego, Yoongi dejó caer la cuchara de madera en la encimera, y en un movimiento decidido se giro para enfrentar a Jimin, sin decir una palabra, lo tomo de la cintura, sus dedos deslizándose suavemente por la tela de su suéter, y lo hizo retroceder hacia la mesa, Jimin sorprendido sintió la superficie fria chocar contra su espalda, pero antes de que pudiera emitir algún sonido, sus palabras quedaron atrapadas en el aire.

Yoongi sin darle tiempo para pensar cerró la distancia entre ellos con un beso que fue a la vez urgente y lleno de calma, el beso comenzo torpemente con Jimin intentando encontrar el ritmo, sus labios buscaban encajar con los de Yoongi en una danza íntima.

Sin embargo pronto sus cuerpos encontraron la sintonía y Jimin dejándose llevar por el momento pasó sus brazos alrededor del cuello de Yoongi, profundizando el beso con una necesidad tácita de estar más cerca, de fundirse en el calor de su amor.

La cocina que había estado llena de risas y conversación se transformó en un santuario de silencio, donde solo el sonido de sus respiraciones y el latir acelerado de sus corazones llenaba el espacio.

Pero todo momento tiene su final, y cuando Yoongi finalmente se aparto Jimin abrió los ojos con una mezcla de sorpresa y decepción, el calor de sus labios aún persiguiendo el contacto perdido.

—¿Por qué te alejaste?—pregunto Jimin con la voz teñida de una súplica inocente.

—Tendre que callarte con besos si vuelves a regalarme como lo hiciste hace un instante —Yoongi respondió con una sonrisa suave.

Las palabras aunque dichas en un tono de broma escondían una verdad profunda, porque Yoongi amaba lo cálido y cercano que se sentía a Jimin con los besos que habían compartido hasta el dia actual, mientras decía eso algo en su memoria comenzó a desvanecerse, llevándolo a una noche de invierno, una navidad que habían decidido pasar juntos, el aroma del pavo olvidando llenaba la casa mientras ellos embriagados por la magia del momento, se perdieron el uno en el otro, dejando la cena a medias y terminando en la habitación donde los besos se convirtieron en promesas silenciosas de amor eterno.

HOPE|• Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora