Bueno, hola! Aquí estamos de nuevo :) Esta semana me temí prisa y no me retrasé mucho. También os digo que con esta ola de calor mi ordenador está a un grado de explotar.
No sé, tengo poco que decir. Sé que no vais a estar conformes con los acontecimientos de este cap, que me vais a decir que me dé prisa. Solo diré que intentaré ser veloz y que no odiéis al mensajero.
Mientras, acepto vuestros mensajes, votos, quejas, amenazas, lo que os inspire el nuevo cap.
Un saludo, disfrutadlo y cuidaros mucho, por favor.
Besotes ^^3.Jules
Jules no dejaba de mirar a Seth, que a su vez la miraba a ella. La comida había terminado, gracias a Dios, y la reunión se había trasladado al salón. Ahí, la familia de Seth, dejó algo de espacio a Jules. Moderando las preguntas y los comentarios. Había aprovechado aquella pequeña tregua para empaparse de él, por el simple hecho de que no quería tener el recuerdo de su cara de enfado cuando su padre le informara de sus intenciones. Porque estaba convencida de que ese momento solo era la calma antes de la tormenta. No tenía ni idea de lo que ocurriría cuando la noticia estrella de la cena saliera a la luz. Sabía que Seth se enfadaría como primera reacción, pero qué ocurriría cuando se plantease las posibilidades en frío. No sabía a cuánto ascendía la fortuna de los Collingwood, aunque viendo sus propiedades podía hacerse una ligera idea. Jules no podía pensar. Nunca le había preocupado compararse con ninguna otra mujer, podía superar la altura y delgadez de las otras con ingenio y un buen sujetador. Otra cosa era compararse con una herencia, por más que quisiera no podía compararse con algo que a Seth le pertenecía por derecho y con lo que había vivido toda la vida. Ni siquiera sabía si compararse era la mejor definición. Se sentía menospreciada solo de pensar en compararse con dinero, como si ella no valiera nada en absoluto, pero no era todo cuestión de compararse ella con dinero sino que Seth comparara su vida con y sin dinero, y eligiera.
Estaba aterrada.
-¿Se puede saber por qué me miras tan fijamente? Vas a empezar a bizquear si sigues haciendo eso -le dijo Seth intentando bromear por el hecho de que Jules parecía una paranoica mirándolo tanto rato seguido-. ¿Estás bien? -dijo cambiando el tono al ver que ella no se reía.
Jules, incapaz de contarle la verdad, hundió el rostro en su pecho y lo abrazó, sin importarle si los Collingwood estaban presentes o no.
Seth intentó separarla un poco para mirarla a los ojos, pero ella permanecía anclada a él con fuerza. Comenzó a preocuparse enserio, no la veía así desde lo que paso con el cobrador de deudas. Al fin logró cogerle el rostro con ambas manos e instarla a que lo mirara.
-Dime lo que te pasa, ahora mismo -le exigió con delicadeza-. Me estás preocupando.
Jules dudó. No quería ser ella la que lanzara la bomba. Pero por alguna razón que desconocía el señor Collingwood no parecía decidido a sacar el tema. Tal vez quería hablarlo con él en privado. Esa gente era muy dada a tratarlo todo en privado.
Miró a ambos lados en busca de una ayuda que no encontraría ahí.
-No pasa nada. De verdad, Seth... Solo... Estoy cansada -mintió.
Él la cogió del brazo y la arrastró a un rincón semi oculto por una columna. Le echó una mirada inquisidora, pidiéndole una explicación que Jules no quería tener que darle.
-¿Te han dicho algo a mis espaldas? ¿Te han faltado?
Jules frunció los labios para que no percibiera que había acertado. Seth era bueno intuyendo cuando le ocultaba algo. Siempre la pillaba cuando se comía sus patatas, a pesar de que llenaba a Mofeta de migas.
-Tomaré eso como un sí -dijo él enfadado y apartándola para poder pasar. Quería gritarle a su familia lo ruines que eran por intentar intimidar a Jules, a su pareja. Eran unos buitres y debían saberlo.
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Las coleccionistas de romances
Romance¿Si te dieran la posibilidad de ahorrarte decisiones complicadas lo harías? Ellas aceptarán ese juego, que pondrá sobre la mesa todas sus malas decisiones.