Todas(12): Dando la vida

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Al fin! Creí que este día no llegaría. Disfrutadlo. Por cierto, Wattpad no me deja poner cursivas por algún motivo que desconozco... Espero que no os hagáis un lio por falta de cursivas. Intentaré arreglarlo.

Annabel

¿Qué hacía Seth Matthew Collingwood ahí? No tenía explicación pero dudaba de que Jules fuera a abrir la boca en algún momento cercano. Sabía que ese momento llegaría, pues él era la cuarta y última persona a la que debían preguntar, pero imaginó que sería en otras condiciones menos inesperadas. Sin pensarlo, cogió la sobrino de sus ex jefes y lo llevó a un lugar lejos de la asombrada mirada de su amiga.

-¿Qué haces aquí, Seth?

-Ah, ya no soy el señor Collingwood -contestó este molesto escondido tras el único ficus de toda la planta.

Annabel, azorada por su desliz titubeó un poco.

-Annabel, tranquila, puedes tutearme si quieres -la tranquilizó tocándole el antebrazo. Hizo una mueca de disgusto y se apartó de la forma más sutil que pudo para que él no lo notara-. Estoy aquí, porque me han avisado de que el señor Carlson ha tenido alguna especie de crisis. No tengo ni idea. Por lo visto se ha despertado gritando y le ha dado una parada.

Annabel sofocó un sollozo con las manos. El señor Carlson no podía morirse, no con su hija desaparecida. No era justo. Aunque una vez le dijeron que la vida no era justa. Pero ella se negaba a creer que todo el mundo estaba destinado a sufrir, a pesar de que siempre se empeñaban en demostrarle lo contrario. El sufrimiento no debía ser nunca la base de una vida, sino solo una parte más del juego. Aunque eso dependía en muchas ocasiones más del individuo que de los sucesos.

-¿Está bien?

-No lo sé. Acabo de llegar -dijo señalando lo obvio- Estoy llamando a Olivia para avisarla, pero no contesta.

Annabel frunció el ceño sin entender y entonces Seth se lo explicó todo. Al menos lo que podía contar. Que él era ahora el número de contacto del hospital desde que Olivia se había tomado unas "vacaciones". Intentó preguntarle si sabía dónde se encontraba su amiga, pero él parecía más concentrado en lo que ocurría tras ella. Al volverse, presintió el motivo. Intentó pararlo, pero fue directo hasta donde estaba Jules con los recién llegados.

Quería ir tras él para intentar tranquilizarlo, pero estaba convencida de que si eso ocurría no sería gracias a su intervención precisamente.

Sin embargo, no tuvo tiempo ni de dar el primer paso tras él cuando su teléfono sonó, haciendo que brincara del susto. Desde que habían comenzado esa "misión", por llamarlo de alguna forma, estaba más asustadiza de lo normal. ¿Pero cómo expresar que tenía miedo cuando debía ser fuerte?

Al mirar la pantalla, comprobó que el número entrante era uno poco esperado.

-Hola -dijo con vacilación.

-Hola, mi vida.

Daniel parecía estar relajado, aunque cierta nota de urgencia no le paso de desapercibido a Annabel.

-Daniel, ahora no es el mejor momento... -un resoplido al otro lado la frustró un poco pero no se detuvo-. Olivia está en problemas y...

-¿Está bien? -preguntó enseguida sin dejarla terminar.

Una pregunta tan buena como difícil de contestar. Annabel dudó.

-No lo sé todavía. Oye, te llamo después. Ahora mismo no puedo contestarte a tu pregunta. A esta y a ninguna.

Annabel sabía que su tono había sido demasiado tajante, pero no era por ella. Debía priorizar y lo primero en ese momento eran sus amigas. Olivia. Trató de despedirse de Daniel de la forma más amable posible para resarcirse por su tajante contestación, pero en esa conversación todavía quedaba mucho por decir.

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