𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 2

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La habitación es pequeña, una cama individual, no hay ventana, un buró, un pequeño closet sin nada dentro, un baño reducido, al menos tiene regadera. Me acuesto en la cama cerrando mis ojos mientras varias lágrimas mojan la almohada.
Recuerdo lo que pasó después de que regresará a casa, mi padre me vio con asco, su mirada fue tan indiferente y fue la última que me dirigió, después de ello no me hablaba y me evitaba, realmente lo decepcione, ambos esperabamos que ganara esa pelea, si lo hubiera hecho mi historia hubiera sido otra, el estaría feliz presumiendome con todos, las cosas en mi casa estarian estables, me hubieran invitado a varios medios de comunicación para entrevistas, las cosas hubieran florecido.... Pero no, tuve que perder... Porque soy tan débil, tan tonta, no pude seguir la estrategia que debía y ahora estás son las consecuencias. Me odio, odio todo esto, odio estos malditos sentimientos, quiero apagarlos, extinguirlos, soy patética, estoy arta de mi misma.
Mi vida se apagó y quería que así lo fuera. Mi primera idea era suicidarme, compré un cutter amarillo para hacerlo, cortaría atraves de mis venas desde la muñeca hacia el codo, un corte lo suficientemente profundo para cortar las venas pero no tanto para dañar el musculo y pudiera hacer lo mismo con la otra mano.... Pero entonces todo lo que había hecho dejaría de tener valor pues aquella chica que se había enfrentado a varios retos y andaba en la calle con la cara en alto terminaria de esa forma su patetica vida... Fue entonces que decidí irme de la ciudad para empezar de nuevo con otra profesión sencilla, talvez sirvienta, mesera o como obrera en una maquila.
Ese dia fui a retirar mi dinero, ni siquiera pude hacerlo cuando todo se dió. En un momento estaba en el suelo, al siguiente peleado con un hombre, luego encerrada en una camioneta, para terminar en un sótano mientras torturaban a un hombre. Y ahora estoy acostada en una cama extraña, sin saber lo que sucederá. Sigo llorando hasta quedarme dormida.
Escucho unos golpes en la puerta y una voz del otro lado termina por despertarme.
- Hey chica, despierta el desayuno se sirve en quince minutos si no lo tomas no comerás nada hasta la una.
- Voy... Respondo aún algo dormida, me levanto y salgo, anoche ni siquiera me quite los tennis y la ropa, no tengo alguna pijama, asi que dormi con lo que tenía puesto. Salgo de la habitación siguiendo a la sirvienta de anoche, creo que se llamaba Silvia.
Entramos a la cocina ahí hay al menos veinte personas entre hombres y mujeres desayunando.
- Buenos días. Saludo pero no hay respuesta.
- Sientate. La mujer me pone un plato, huevos con jamón y frijoles, un poco de fruta y café de olla.
Desayuno mientras observo a todos, hay sirvientas, un hombre parece plomero, otros dos jardineros, al menos seis hombres con traje creo que serian choferes. Parece ser el personal del lugar. No veo al Don ni a los hombres de ayer creo que era Armando y Roberto.
- Hey chica, me ayudarás con el desayuno de las 9.
- "Otro desayuno? Debe ser para el Don, supongo que mis alimentos no son de gratis por lo que tendré que ayudar en las labores" Cómo diga. Y mi nombre es...
- No lo digas, no nos interesa tu nombre.
- Pero a caso me dirá "Chica"?
- Si.
"Parece que aquí no tendré nombre, es mejor así, después de todo es como si empezará de cero"...
Al terminar todos de desayunar, Silvia me puso a lavar los trastes mientras ella junto a otras tres preparaban el desayuno de las 9, el cual consistía en fruta picada con yogurt griego, granola, te de manzanilla, omelette de champiñones y jugo de naranja natural.
El desayuno de las 9 se servía en el comedor, una mesa enorme con al menos veinte sillas, pero los platos que colocaron eran para doce personas.
Poco a poco los lugares se iban ocupando, a la cabeza estaba el Don, de su lado izquierdo tres mujeres cada una vestida de un color en particular rojo, azul y verde del lado derecho otras tres mujeres negro, blanco y amarillo; el resto de los lugares lo ocupaban los dos hombres de ayer y otros cuatro.
Ahora entendía quienes eran las colores, se trataba de esas mujeres, eran hermosas, con grandes atributos físicos, sonrisas blancas, cabello sedoso , delgadas y sin ninguna imperfección en sus rostros.
Me acerque a ellos para rellenar sus vasos de jugo, no dije ninguna palabra, no alce la cara y ni busque sus miradas, sin embargo podía sentir la mirada de las mujeres sobre mi, y más la del Don. Me retire cuando termine.
- Hey chica traeme café.
Era Roberto, me hablaba a mi, yo era la única chica.
- Si. - Respondí sin alzar la mirada dirigiendome a la cocina, regrese con una taza de café.
- Hey chica, si alguien te pide café, debes traer para todos. - Me ordenó otro hombre.
Alce la cara y pregunté. - Quien más quiere café? - todos me miraron con cara de asombro y luego las colores se echaron a reír.
- Trae café para nosotros, ellas no toman café. - Me ordenó el Don, solo asentí y regrese a la cocina.
Bueno estuvo bien el desayuno o al menos eso creo, obviamente seré la comidilla de esas modelos, ellas están en una posición muy superior a mi, lo sé por la forma en que me escanearon de pies a cabeza, las ropas de ellas eran de marca, vestidos a sus medidas resaltando sus atributos, yo, ja! Unos jeans, blusa y tennis, que esperaban siempre me he sentido mejor con ropa comoda, mezclilla y tennis, al menos con ese aspecto se que no esperarán mucho de mi... Es mejor así.
Después del desayuno ayude a limpiar en la cocina, al terminar salí a ver el lugar, solo la planta baja y el jardín.
Afuera en la entrada estaba un hombre supongo que es el que vigila la entrada, el jardín es inmenso, el pasto verde y perfectamente cuidado, flores, una fuente, unos enormes árboles, eso es por el frente, por atrás una alberca un área de un bar, y más pasto verde. Al fondo unas jaulas en donde tienen a cuatro perros pitbull, por las noches los sueltan para cuidar la mansión, no se ven muy amigables.
Dentro de la mansión, en la parte baja está la cocina, el comedor, la sala, una habitación de reacción en donde hay una enorme pantalla, una mesa de billar, una de futbolito, otras tres pantallas chicas para videojuegos, otra mesa en dónde a lado esta una estantería con diversos juegos de mesa como domino, ajedrez, damas chinas, etcetera, junto a esa habitación está una biblioteca, la oficina del Don y del otro lado se encuentran las habitaciones del personal de servicio.
Me entretengo en la biblioteca, parece que nadie visita este lugar, todo se ve totalmente intacto. Paseo entre los estantes viendo los libros, tomo algunos para leerlos más tarde, viaje al centro de la tierra, orgullo y prejuicio, el conde de Montecristo, la divina comedia.
Los coloco en una pequeña mesa que está junto a un sillón reclinable.
Tomo un libro y comienzo a leerlo, sin darme cuenta pasa una hora, ya es la hora de la comida, salgo rápidamente de la biblioteca y me dirijo a la cocina para comer.
- Si llegas más tarde te perderás la comida.
- Lo siento, yo no tengo mi celular ni reloj para ver la hora.
- Y tampoco ropa no? Es la misma de ayer.
- Si.
- Le diré al Don para que me deje darte algo de ropa.
- Gracias.
Tomo asiento, la comida consiste en un estofado de res, termino de comer y nuevamente ayudo para preparar la comida principal, chuleta ahumada, puré de papas, ensalada rusa, agua de guanabana.
De nuevo me muevo de un lado a otro rellenando sus vasos de agua, sigo sintiendo la mirada del Don.
Al terminar su comida todos se levantan, la señora Silvia se acerca al Don y empieza hablarle, yo tomo algunos trastes y los llevo a la cocina.
Una vez que todo está limpio me dirijo a la biblioteca a continuar con mi libro, sin darme cuenta me quedo dormida. Comienzó a soñar, más que soñar es un recuerdo, estoy a punto de entrar a una entrevista por una pelea que tuve, mi papá me da indicaciones, no tartamudees, sonríe, ve a la cámara, no hables de más, si te preguntan este tema desvía la conversación, no digas esto, no hables de esto, cuidado con lo que respondas... Me fastidia, se supone que debo ser auténtica pero está, todo esto, no soy yo... No puedo ser yo, no puedo demostrar lo frágil, débil y patética que soy, debo mostrar seguridad la cual no tengo, debo mostrar confianza, la cual esta escasa en mi, debo parecer segura, como lo hago? si me tiemblan las rodillas... Me sofoca, me agota, me irrita...
Comienzó a llorar, siento un ligero toque en mis mejillas, comienzó a despertar, no hay nadie, veo el reloj ya casi es hora de la cena principal, debo ir a la cocina.
La cena ensalada con pechuga azada y te de limón. Está vez fue tranquilo.
Así terminó mi primer día ayudando en las comidas, regreso a mi habitación, quiero bañarme asi que voy con silvia para pedirle unas toallas y jabon para el baño; por fortuna me da lo que le pido y me da una de sus pijamas, Silvia es un poco llenita asi que su ropa me queda un poco grande. Mientras me baño lavo mi ropa interior pues no tengo mas ropa que ponerme.
Salgo del baño solo con la blusa de Silvia la cual me llega a media pierna, me meto a la cama pero no puedo dormir, decido ir a la biblioteca por el libro que estaba leyendo, después de todo nadie lo va a leer.
Tomo el libro y regreso a mi habitación para ello debo pasar por la escalera que da a la segunda planta y para mí suerte el Don viene bajando.
- Que haces?! Grita provocando que de un salto.

ㅤ➻ 𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒂𝒓𝒂...

ꜱɪ ʟᴇꜱ ɢᴜꜱᴛᴏ ᴇʟ ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ ᴛᴇ ɪɴᴠɪᴛᴏ ᴀ ʟᴇᴇʀ ᴍÁꜱ ᴇɴ ᴍɪ ᴘÁɢɪɴᴀ:

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Chica. Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora