𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 9

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Don
Jueves
Estoy emocionado por ver la ropa que me modelara Chica, ayer la vi un poco nerviosa, se que no podía dejar de verme, tal vez ya me gane sus ojos, se que de alguna manera le atrae mi físico ahora buscaré la forma de tener su corazón.
- Chica sirveme más jugo.
- Claro.
Ella se cerca con su jarra y sirve, no puedo controlar mi mano que la sujeta del brazo y la jala para que pueda susurrarle algo al oído.
- Tenías razón, la vaselina me ayudó.
Ella traga saliva y asiente con la cabeza, me ofrece una sonrisa nerviosa, yo solo rio por dentro. Ella se aleja y dios, puedo ver su trasero en esos jeans de mezclilla, parece que sus entrenamientos en su habitación están surtiendo efecto, deseo poner mis manos sobre su trasero y apretarlo hasta que ella grite.
Retomó mi comida y siento la mirada de todos en mí, se han sorprendido por lo que hice con Chica, como si me importara.
Al terminar el desayuno me dirijo con Roberto a nuestra empresa que sirve para limpiar el dinero.
Es una gran plaza comercial justo en el centro de la zona alta.
- Como va todo?
- Bien, logramos limpiar otros cien mil.
- En qué?
- En la remodelación del área de juegos.
- Bien. Y respecto a los socios?
- Están contentos por los resultados y ansiosos por la fiesta del fin de semana.
- Miren nada más si es el mismisimo Don Jonathan. Habla una voz arrogante con los brazos extendidos y una sonrisa hipócrita.
- Rafael, que te trae por aquí? Le respondo demanera sería, aunque finjamos que nada pasa, en realidad es todo lo contrario, pasa de todo, nuestra rivalidad está en tregua pero si intenta algo no dudaré en quitarlo del camino.
- Solo acompañe a mi esposa de compras, le encanta la boutique del tercer piso.
- Marcela que gusto verte. La saludo de manera formal, puedo ver el terror en sus ojos, no hay duda de que la maltrata.
- Igualmente Don Jonathan. Responde sin mirarme a los ojos.
- Espero verlos en mi fiesta de este domingo.
- Claro,  de hecho Marcela viene por un vestido adecuado. No es así amor?
- Así es Rafael, lo que tú digas.
- Entonces no les interrumpo más, diviértanse.
- Claro que lo haremos.
- Don quiere que mandé unos hombres a seguirlo?
- No, déjalo comprar a gusto, sabe que no puede hacer nada, sin embargo da la orden que no lo pierdan de vista en las camaras y si ven algo sospechoso que me lo digan de inmediato.
- Si.
Al salir nos dirigimos a la fabrica en dónde empaquetan todo, al parecer anoche alguien intentó infiltrarse, mis hombres los detectaron pero el desgraciado logró escapar.
- Incrementen tres guardias por turno, que cubran más espacio para vigilar, quiero que el encargado de las cámaras tenga otro asistente, si ven un solo movimiento aunque sea de una rata quiero que lo eliminen. Si atrapan a alguien que Armando se encargue de sacarle toda la información.
- Si Don.
Ya es más de las siete, apenas y llegaré para la cena.
Al llegar todos está sentados a la mesa, tomo mi lugar y la que me sirve es Chica, tiene un ligero olor a lavanda.
Terminamos de comer, y rápidamente me dirijo a mi oficina para terminar todo el maldito papeleo, son órdenes de compras, exportaciones, las descripción de las nuevas armas que adquiriremos. Al final logró apenas terminar con la mitad del trabajo solo quiero subir a mi habitación a esperar a las colores, deseo ver sus esculturales cuerpos en los vestido que eligieron.
- Que te parece este vestido es muy fresco. - Negro fue la primera en modelar, su vestido es corto, tiene un escote en forma de v, a ella le encanta porque resaltan sus pechos. Da unos giros y luego me queda mirando esperando que le diga algo.
- Te quedó perfecto, lo puedes usar.
- Lo sabía Don, si quieres está noche yo puedo hacerte compañía.
- No es necesario, ve a descansar Negro, duerme bien pensando en mi.
- Siempre amor mío.
La siguiente en pasar fue blanco.
Esa mujer tiene unas caderas de ensueño el vestido le estiliza sus curvas perfectamente, aún así no es lo que quiero ver.
- Y Bien? Cómo luzco?
- Divina, cámbiate y ve a descansar.
- No quieres que te relaje?
- No, ve a dormir y pasa a la siguiente.
- Como órdenes Don.
Verde, azul y amarillo pasan mostrando vestidos iguales a sus ojos, amarillo tiene los ojos cafés claros casi como la miel, no hay duda que mis mujeres son hermosas, pero aún así no es lo que quiero ver.
Luego pasa blanco y rojo es la última, todas me pidieron quedarse conmigo está noche, lo mismo sucede cada vez que me modelan y terminó escogiendo a una; ellas saben el perfecto amante que puedo ser en la cama, cumplo todos sus deseos sexuales, las hago estar satisfechas incluso solo con mis dedos. Cada una tiene su historia de como llego aquí, desde un inicio les puse las cartas sobre la mesa, solo serían mis mujeres para darme placer, no habría ningún sentimiento de por medio, yo jamás sentiría algo por ellas más que atracción física, ellas lo aceptaron y aquí estamos, ellas me liberan sexualmente y yo las lleno de regalos, se que ninguna me ama, solo están por interés o agradecimiento y hasta ahí.
La siguiente y última es Chica.
- Buenas noches Don.
- "Solo trae una bolsa pequeña"  pasa, muéstrame lo que compraste.
- Si. Comienza a quitarse esos jeans que en la mañana me volvieron loco, se quita la blusa y sin pena se queda en ropa interior, por dios su cuerpo es hermoso.  - Este vestido fue el que elegí para la fiesta.
Es un vestido sencillo de manta, Pero esa sencillez sobre su piel la hace ver hermosa, lleva también unas sandalias color crema. Parece una princesa sacada de un cuento medieval.
- Es todo lo que compraste?
- Es todo lo que compre para la fiesta.
- Así que compraste algo más?
- Si, pero es ropa sencilla, son solo pans y blusas, nada que sea de su agrado.
- Yo soy el que decide si me agrada o no. Ve por la otra ropa en lo que pienso en un castigo para ti.
- Castigo?
- Si, sabes que me tienes que modelar todo lo que compres, esa fue una orden. Le digo acercándome a ella sujetandola por la barbilla.
- Discúlpeme Don. Agacha la cabeza y se dirige a la puerta.
Antes de que salga la detengo.
- Y trae tu pijama.
- Mi pijama?
- Si, la que usarás está noche.
Veo como traga saliva y asiente.
Diez minutos después entra con todas sus bolsas de compras.
Saca uno a uno sus prendas y se las coloca, cielos que me sucede con ella, simplemente no puedo dejar de verla aún con un simple pans.
- Y eso es todo.
- No, aún falta tu pijama, pontela.
Ella se queda mirándome, se vuelve a quitar la ropa para colocarse su pijama.
- Listo.
- Bien.... Me gustó tu vestido, es sencillo Pero lo luces muy bien.
- Gracias quería algo que no resaltara mucho pero que también me gustara.
- Y te gustó?
- Mucho. Por cierto este es su cambio... Ella se acerca para darme el dinero, yo la tomo de la mano.
- Es tuyo, tu sabes cómo usarlo la próxima vez que salgas de compras.
- Que? Puedo quedarme con el dinero?
- Si.
- Pero es mucho, además no necesito nada, aquí tengo todo lo necesario.
- Enserio?
- Si.
- A caso no querías un aparato para leer y escuchar música?
- Si, pero se que no es correcto pues lo único que me ofrecen es un celular.
- Puedes tenerlo.
- Es enserio?
- Si. Solo no le pongas el chip, además el internet está configurado de tal manera que no puedas acceder a las redes sociales, solo puedes buscar información, te sirve así?
- Si, muchas gracias Don.
- De nada.
Empieza a guardar sus cosas y antes de que tome sus bolsas le hablo.
- Ya se cual es tu castigo.
- Eh?
- Por no traer toda tu ropa.
- ... Que quiere que haga?
- Dormir.
- Dormir?
- Si, aquí conmigo.
- !!!
- Deja tus cosas y métete a la cama.
- Está bromeando?
- No. Hazlo. Le ordenó; ella se queda dudando unos segundos para luego meterse a la cama, se acuesta de lado dandome la espalda. Sonrió porque al fin estará en mi cama, no como quisiera pero es un avance.
Me meto a la cama mirando hacia su espalda, está casi en la orilla un poco mas y puede caer de la cama. Extiendo mi brazo para jalarla hacia mi, ella no se resiste.
- Don?
- Shuuu quiero dormir así.
La abrazo hasta tener mi pecho pegado a su espalda; el solo tenerla así hace que mi entrepierna se ponga dura, mi nariz queda justo detrás de su cabeza, muevo su cabello para oler su cuello, es un olor suave, relajante, huele a flores. Ella se estremece pero no se mueve. Cruzo mi pierna sobre las de ella y la atraigo más hacia mi. Me quedo profundamente dormido.
El movimiento de cuerpo sobre el  mío hace que me despierte. Chica está abrazándome, estoy acostado mirando al techo, ella tiene su cabeza sobre mi pecho, su pierna sobre las mías, casi siento su muslo sobre mi dura entrepierna, su brazo me abraza la cintura, ella se quedó dormida y se fue acomodando hasta que se quedó así, su olor, su calidez, todo es perfecto en ella. Derrepente se empieza a mover lentamente.
- A dónde crees que vas?
- Al baño.
- Ve, y al regresar te vuelves acostar como estabas.
- No quisiera molestarlo...
- Solo haz lo que te digo.
- Si.
Ella se levanta, unos minutos después regresa y con movimientos dudosos se vuelve a acomodar, al sentir su brazo sobre mi cuerpo, su respiración chocando con mi piel y el sentir los latidos de su corazón es como una dulce melodía que me permite cerrar los ojos y dormir tranquilamente teniendo la entre mis brazos.
A las 6 de la mañana chica se despierta.
- Que haces?
- Son las seis, debo bajar ayudar a la cocina.
- Quédate.
- Pero la señora Silvia necesitará ayuda.
- Te ordenó que te quedes.
- ...
- Vuelve a dormir.
La vuelvo abrazar, está vez froto mi pulgar en su hombro tan suavemente que le provocó un escalofríos, ella no dice nada y poco a poco se queda dormida por lo que aprovecho para besarle suavemente el cuello, mis labios apenas rozan su piel, lo mismo hago con su hombro desnudo, es tan sencillo y provoca tanto en mi interior.

ㅤ➻ 𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒂𝒓𝒂...

ꜱɪ ʟᴇꜱ ɢᴜꜱᴛᴏ ᴇʟ ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ ᴛᴇ ɪɴᴠɪᴛᴏ ᴀ ʟᴇᴇʀ ᴍÁꜱ ᴇɴ ᴍɪ ᴘÁɢɪɴᴀ:

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Chica. Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora