𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 4

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Al terminar fuimos a la tienda, Pablo cargaba todas las bolsas siguiéndome por los pasillos, tomé varios artículos, espejo, delineador, enchinador, cepillos, ligas, donas, algunos aceites corporales, unos lapiceros, libretas, y demás cosas que no necesitaba solo los tome porque me habian gustado.
Al pagar en caja el dinero no me alcanzó por lo que tuve que dejar todo lo innecesario que era más de la mitad.
- Tome cobrese. Pablo sacó un billete y se lo entrego a la cajera.
- No, no lo haga. No me llevare eso, solo esto.
- Descuida yo lo pago.
- No! Le dije mirándolo a los ojos luego me acerque a él y le susurré a su odio. - No quiero molestar al Don. - Tomó el dinero y lo volvió a guardar, la cajera nos veía de forma extraña, yo le sonreí y le dije.
- Lo siento, es solo que mi novio se portó mal y quiere remediarlo.
- Ah entiendo, su conciencia lo obliga a pagar.
- Así es, pero no sé lo dejaré tan fácil.
- No, no lo hagas, haz que sufra.
- Eso haré jejejeje.
Tome mis compras y salimos de ahí.
- Eso que fue?
- Eso fue una mentira para que no sospechara nada, le hice creer que eras mi novio y tuvimos una discusión.
- ... Las mujeres se unen?
- Si.
- Eso asusta regresemos antes de que siga conspirando.
Al llegar no me dió tiempo de acomodar mis cosas ni siquiera de cambiarme pues había mucho movimiento por lo que ayude a la señora Silvia. Esa noche el Don no ceno con todos los demás pues había salido a inspeccionar un encargo, regreso pasada las diez de la noche.
- Chica llévale la cena al Don a su oficina.
- Si, en seguida regreso.
- A dónde vas?
- Iré al baño, no tardo.
- Hay chica.
Corrí a mi habitación por todas las notas de compras y el cambio que me había quedado. Regrese a la cocina y tome la charola ya preparada para llevarla a la oficina del Don. Toque la puerta y entre.
- Pero que carajos! Cómo que lo despidieron?...- Estaba hablando por teléfono al parecer algo salió mal. - Investiga quien ocupará su lugar, sobornalo, amenazalo, has lo que sea necesario para que deje pasar nuestro cargamento... Solo hazlo! - Colgó el teléfono y luego me miró. - Que?
- Le traigo su cena.
- Ponlo en esa mesa.
Señalo una pequeña mesa junto a su sala.
- Que tal las compras?
- Bien. Me acerque a su escritorio y dejé las notas junto con el cambio.
- Que es esto?
- Las notas de las compras y el cambio.
- Cambio?
- Si. Levanté los hombros.
- Porque me das esto?
- Supongo que quería saberlo, a las colores le da una tarjeta en ella se registra todas las compras así que sabra en que acabo su dinero, Pero conmigo, solo puedo darle las notas.
- ... "Interesante" Ya que estás aquí, acomoda esos documentos y metelos en las carpetas correspondientes, cada hoja tiene un folio guíate con ello para ordenarlos, mientras yo cenaré.
- Si. - Pase al rededor de cuarenta minutos acomodando todo, estaba tan concentrada que no me di cuenta que el Don me observaba. - Termine.
- Bien, puedes retirarte.
- Con permiso. - Tome la charola y me dirigí a la puerta.
- Un momento.
- Si?
- La única forma en que veo como termina mi dinero es cuando me modelan lo que se compraron.
Un escalofrío recorrió mi espalda.
- Eso que significa?
- Mañana por la noche, todas las colores me modelan su ropa, tu serás la última.
- Que?!
- Espero que no hayas comprado algún vestido del color de mis mujeres.
- No lo hice, los vestidos no van conmigo.
- Bien. Mañana lleva toda tu ropa a mi habitación a las 11:30 de la noche.
- "Maldita sea". No creo que le guste lo que yo compré.
- Eso lo decidiré yo. Puedes irte.
- Con permiso.
Esa noche no puedo dormir, estaba muy nerviosa por lo que me había dicho, creo que nunca me había sentido asi ni siquiera en alguna pelea.
El hecho de saber que alguien me viera en ropa interior me ponía los pelos de punta; aunque en los pesajes de las peleas los hacia con licra y top, sabía que era algo deportivo no habia morbosidad, ademas nunca le había enseñado mi cuerpo en paños menores a otro hombre que no fuera mi nutriólogo, entrador o mi papá, esto era demasiado.
Durante el desayuno nadie dejaba de verme, pues ese día al fin me había puesto otra ropa, mi cabello estaba mejor sujetado y me había delineado los ojos, solo un poco de lapiz negro, las pestañas enchinadas y un ligero color rojo en mis labios.
Luego de ello ayude a limpiar la sala, lavar trastes, picar verduras y demás. El tiempo pasaba y la hora se acercaba, a las 11:20 estaba a fuera de su habitación, solo escuchaba algunos gemidos, lo estaba haciendo con la amarilla, que asco, espero no pararme en fluidos corporales. 11:55 salió la amarilla.
- Te toca, aunque dudo que estés adentro más de veinte minutos jajaja. Me dijo jadeando de manera burlona.
Entre y cerré la puerta, la cama estaba desordenada, como me lo había imaginado. Había una silla al centro de la habitación.
- Bien comienza.
- Ire al baño a cambiarme.
- No, te cambias delante de mí.
- Que?
- Hazlo.
Sabía que no podía negarme, dejé las bolsas de la ropa a un lado me pare delante de él y extendi mis manos a los lados.
- Que significa eso?
- Está ropa fue una de las que me compré. - Era un jeans azul, una blusa amarilla y tenis blancos.
- Bien. Continua.
Me quite la ropa quedando en sujetador y pantis. Era un top deportivo negro con pantaletas del mismo color. El Don ladeó la cabeza con cara de intriga, supongo que esperaba ropa más sexi, pero no, esto es lo que uso.
- Gira.
"Que diablos!!!" Me mordí la boca por dentro y giré, el hizo un ademan para que me cambiara a la siguiente ropa.
Tuve que quitarme la ropa delante de él quedando desnuda, afortunadamente mi cuerpo aún no resentia la falta de ejercicio, todavía conservaba mi peso pero eso pronto cambiaría, tenía que empezar a hacer ejercicio cuanto antes porque comenzaba a notar la falta de ello. Cuando termine de ponerme la ropa interior levanté la vista, el Don estaba asombrado o eso creí, supongo que vio lo que quedaban de mis abdominales, aún tenía los brazos y las piernas tonificadas, supongo que le gustó lo que vió, solo espero que no le haya gustado demasiado.
Al terminar de modelar guarde todo y me volví a poner mi ropa.
- Porque solo top deportivos?
- No me gustan los sostenes con varillas.
- ???
- Se que hace que todo esté perfectamente en su lugar, pero no me gusta. "Más bien me lastima, mi piel es sensible, las varillas terminan irritando mi pecho, de hecho mi ropa tiene que ser de algodón, o empieza a irritarme, varias veces termine con ardor en mi pecho por la irritación, también en mi abdomen al usar la faja para sudar, odio mi cuerpo, es tan frágil, un moreton me dura al menos un mes, un maldito mes. Que deportista que pelea tiene un cuerpo tan débil, tan lento, hasta mi sistema digestivo da lastima, soy un asco." Creo que puse una cara de fastidio, el Don lo noto pero no le dió importancia.
- Puedes irte.
- Disculpe.
- Si?
- Podría darme un uniforme.
- Que?
- Si, un uniforme de sirvienta.
- No.
- Por qué?
- No eres parte del personal, no eres parte de las colores, solo puedes tener lo que yo te doy. Entendiste?!
- Si.
Salí de ahí, creí que estaría con más vergüenza pero pude controlarme, la mirada indiferente que el Don me lanzaba me daba la confianza  de que el jamas me tomaría como mujer, aunque existía la opcion de que me ofrecería a alguno de sus hombres... creo que debo empezar a hacer ejercicio, el tiempo de recuperación se ha acabo, ya puedo entrenar, tengo que reactivar mi fuerza, elasticidad y resistencia por si llegara a tener que defenderme para que nadie me tomé, tal vez asi alguien al fin me mate...
Me quedé dormida con el tiradero de mi ropa, al despertar eran las seis de la mañana lo supe porque tome el reloj de la biblioteca, no se si el don me dara mas dinero para comprar mas cosas la otra semana pero si lo hiciera necesitaría un reloj de mano, una bascula y ropa deportiva.
Me puse otra de las ropas que compre salí a la cocina. Luego del desayuno Silvia me ordeno limpiar la habitación de recreación, tome lo que necesitaba para el aseo y me fui.
La habitación era un desastre, botana regada por todo el suelo, latas de cervezas, cigarros y... Cuchillos? Que diablos, malditos matones.
Pase toda la mañana limpiando ahí,  me dirigi a unas de las computadoras, el teclado tenía migajas y rastro de algo pegajoso, que asco.
Me senté en la silla y comencé a limpiar tecla por tecla, al presionarlas el monitor se encendió, tome el mouse para apagarla, pasaron no mas de cinco minutos, cuando alguien jalo mi silla, la hizo girar y sentí una fuerte cachetada en mi rostro. Maldita sea otro poco más y me da en la nariz, si el golpe hubiera golpeado mi nariz me la hubiera fracturado de nuevo, pues aún está sensible.
- Que diablos crees que haces?! El Don me miraba con ojos llenos de furia.
- Limpio... Le contesté con un nudo en la garganta. Era la primera vez que alguien me daba una cachetada, puedo soportar puños, patadas, palancas, pero una cachetada no, eso es denigrante, hiere el autoestima, aunque el mío ya está por lo sueños, aún así me hiere más en el alma que en mi propia piel la cual siento que está totalmente roja, ese golpe no se quitará en al menos tres semanas.
El Don miró hacia la computadora y noto que estaba apagada, también vio la mitad del teclado limpia y la otra mitad aún con resto de migajas. Dió un paso atrás y me volvió a gritar.
- No tendrás privilegios la otra semana. Si vas a ocupar algo de aquí primero debes informarme! Entendiste?!
- Si. Le respondí con la voz cortada no me dolía el golpe en sí , sino la acción. Que estúpida.
Ese día me perdí la comida solo cene, al terminar decidí salir a caminar y recorrí la propiedad.
En la parte de atrás estaba Pablo con los perros, me acerque y ellos comenzaron a gruñir.
- Que haces aquí?
- Solo quise caminar. Puedo pedirte un favor?
- No.
- ... Al menos me podrías decir si hay un gimnasio en la mansión.
- Si, atrás junto al garage.
- ... Gracias. - Pablo no dijo nada solo miro mi mejilla hinchada, supongo que esto es normal al menos en este lugar. Regrese a la casa.

ㅤ➻ 𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒂𝒓𝒂...

ꜱɪ ʟᴇꜱ ɢᴜꜱᴛᴏ ᴇʟ ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ ᴛᴇ ɪɴᴠɪᴛᴏ ᴀ ʟᴇᴇʀ ᴍÁꜱ ᴇɴ ᴍɪ ᴘÁɢɪɴᴀ:

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Chica. Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora