𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 15

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Chica
La cercanía de nuestros cuerpos, nuestras partes más sensibles rozándose, la respiración agitada de ambos, los besos, el deseo...
Jonathan no dudó en continuar adelante, acaricio sutilmente la línea de mi ropa interior, aquella suave caricia provocó una descarga eléctrica en todo mi cuerpo, deseaba más, y el también, lo sabía por su mirada, por los latidos de su corazón, por su respiración, tomo el elástico de mi ropa interior y comenzo a bajarlo por mis piernas, deslizando mis pastis suavemente, dejando la sensación de una linea con su dedo índice mientras bajaba lentamente por mi muslo y pantorrilla, despues procedió a quitarme la playera, lo hizo con cuidado sin prisa, no había lujuria, habia deseo, lo podia ver claramente en sus ojos; estaba desnuda frente a él y en lugar de devorar mi piel la acaricio con dulzura, rodeo los lunares que tengo en mi torso como si los adorara. Reanudó sus besos y caricias por todo mi cuerpo, tan gentil, tan amoroso como si fuera una criatura frágil, cuidando sus besos y caricias.
Quise retribuirle así que pasé mis dedos por sus pectorales y espalda, todo era firme, su piel tersa y suave, pude notar algunas protuberancias mientras pasaba mis yemas, bultos en su piel de cicatrices antiguas, algunas eran circulares, supongo de alguna bala, otras eran lineales, cortes de cuchillo o navaja, segui cada una hasta perderme cuando tomo mi cuello entre sus dientes, gemi por el placer que me provocaba, luego descendió para bajar a mi pecho en donde se perdio por varios minutos chupando uno de mis pezones y luego el otro, jamas había sentido este placer el cual aumento cuando su mano bajo por mi abdomen y vientre hasta llegar a mi sexo, comenzó acariciarme con su pulgar, aquella sensación hizo que arqueara la espalda, comenzó a darme un suave masaje provocando que abriera las piernas, yo no podía soportarlo más, necesitaba mas placer, y lo necesitaba ahora.
Baje su pans para liberar su miembro quien estaba más que listo para conocer mi interior y yo se lo iba a permitir.
- Ya no hay marcha atrás Chica. - Me dijo mientras metía un dedo y luego otro en mí, masajeandome con su pulgar, todo al mismo tiempo.
- Lo sé. - Le respondí con un jadeo abriendo más las piernas para invitarlo a tomarme. Vi que sonrió, saco sus dedos y se los llevo a la boca.
- Ya estás lista para mí Chica. Se acomodo sobre mi, estábamos tan cerca pero no lo suficiente, mis ojos le suplicaban que me tomara, el los pudo leer, sonrió inclinándose para besarme al mismo tiempo que  me frotaba con su miembro. Comencé a jadear, él se fue introduciendo poco a poco hasta llenarme, solté un gemido y el igual.
- Cielos Chica, estás increíble. Jadeo moviéndose a adentro y a fuera, primero lento, suave pero constante. Era deseo lo que el tenía, deseo por poseerme, no era un arrebato de sexo con lujuria, no, era adoración, satisfacción, y tal vez amor.
- Más. - Le pedí. Volvió a tomar mis labios y comenzó sus embestidas un poco más fuertes, más profundas pero sin lastimarme.
Hacia mucho que no tenía sexo, y mi última experiencia no fue del todo mi agrado, pero está, me estaba haciendo llegar a las estrellas.
Jonathan tomo mis caderas y comenzó a penetrarme más fuerte, comenzaba a sentir un poco de dolor, el cual su pulgar calmo al masajear mi clítoris justo como me gusta, con la presión necesaria para dejar escapar un grito de placer.
- Grita mi nombre.
- Oh Jonathan.
Al escucharme aumento su ritmo. Nuestros cuerpos sudados chocaban entre si, nuestros labios se buscaban, nuestras manos acariciaban lo que podía.
Cerré mis ojos por el exquisito placer que me estaba llegando.
- No...  No lo hagas.
- ?
- Veme, quiero ver tus ojos cuando te vengas por mi.
- No podré hacerlo.
- Hazlo por mí. Quiero ver tus ojos, quiero que me veas cuando te corras.
- Jonathan, ya....
- Mírame.
Y entonces lo estaba viendo, veía sus ojos clavados en los míos, el sudor corría por su frente, sus labios estaban hinchados, quería tomarlos nuevamente, pero estaba tan sumergida en la sensación de mi sexo que me mordí un labio.
- Joder! Te ves preciosa haciendo eso. - Una embestida fuerte y profunda. - Me encanta tu cara sonrojada. - Otra embestida. - Tus ojos. - Otra. - Solo esa estúpida cinta, y aún con ella eres perfecta. - Otras embestidas más y ya no pude soportarlo, me vine.
- Jonathan... El me siguió y me llenó con sus fluidos. Y permaneció dentro de mi sin moverse, ambos teníamos la respiración agitada, el sudor escurriendo por nuestro cuerpo.
Se dejó caer sobre mi sin salirse y sin poner todo su peso. Respiraba frenéticamente en mi cuello y poco a poco fue regulando su respiración al igual que yo. No pude evitarlo y deslice un dedo por su espalda, cuello, bíceps y rostro.
- Estás bien? Me preguntó mirándome con una extrema dulzura.
- Si. Le respondí quitándole un mechón de su cabello de la cara, se acomodo a mi lado. Tomo una de la sábanas y le limpio.
- Te lastime? Me preguntó preocupado.
- No, por qué lo dices? - Me incorpore y observé que la sabana tenía un poco de sangre. Jonathan tomo la tela y me limpio, nuevamente se mancho.
- Lo lamento...
- Ha pasado mucho desde que tuve sexo y nunca había sido de esta forma.
- Te duele?
- No. - En realidad no me dolía, tal vez por la exitación, pero lo vi preocupado, le sonreí para calmarlo. - Tal vez si lo hacemos más seguido mi cuerpo se acostumbre a ti. - Le dije para calmarlo, aunque en realidad deseaba volver hacerlo con él. Jonathan me sonrió y me beso en la frente.
- Claro que lo volveremos hacer, solo que tendré más cuidado contigo. Eres más frágil de lo que pensé.
Fruncí las cejas y lo mire con cierto enojo.
- No, quiero que sea igual. - le exijo y el solo me sonríe con satisfacción.
- No, será mejor, te lo aseguro. Ahora vamos a dormir.
- Si. Solo iré al baño.
Me levanto tapándome con la sábana, tomo la playera que quedó en el suelo y me meto al baño. Sentí una ligera molestia a la hora de caminar y un pequeño ardor, aún así no me arrepiento de nada, fue el sexo más placentero que he tenido en toda mi vida.
Regreso a la cama ya con la playera puesta me acuesto y Jonathan nuevamente me trae hacia él, quedo dormida en cuestión de minutos. Cuando despierto el ya no está, jajajaja no hubo beso de buenos días ni desayuno en la cama, era de esperarse de alguien que solo quería sexo. Al parecer solo fui un deseo a satisfacer, un muro juguete con el que jugar, me dolió el no verlo en la cama a mi lado, pero en e fondo sabía que sería así, yo solo era algo nuevo que probar, sabía que con personas como el no habría un sentimiento sincero. Me levantó con el dolor un poco más intenso, es soportable pero molesto, no puedo negar que fue una noche placentera, algo de solo un momento, tengo la sensación de que solo fui utilizada, me siento un poco deprimida pero sabía que esto iba a suceder tarde o temprano.
Inicio mi día con un desayuno ligero, para el desayuno principal solo las colores estan en el comedor, ni Jonathan ni sus hombres están presentes. Habrá pasado algo?
Después me voy a limpiar el gimnasio ahí tampoco veo a nadie, de hecho hay muy pocos guardias cuidando la mansión. No lo sé pero tengo un mal presentimiento.
En la cena tampoco están ellos, eso empieza a mortificarme. Lo mismo sucede por tres días más.
A mitad de la cuarta noche salgo para la cocina con la playera de Jonathan. En estos días he dormido con ella, me gusta porque es muy cómoda y puedo percibir su olor.
Entro a la cocina y veo a un hombre que jamás había visto. Viste completamente de negro como el hombre que me estranguló solo que este tiene la cara descubierta, puedo ver sus cejas cortadas a la mitad por una línea, sus labios delgados y un lunar en el lobulo de su oreja izquierda. Intento captar cada rasgo por si llega huir tener una descripción física de él, es casi de la misma estatura que Jonathan.
- Quien eres? Le pregunto y el solo sonríe, camina hasta mí, mirándome de pies a cabeza.
- Tu quien eres?
- Vete de aquí o gritaré.
- Y que con eso?
- Vendrán los guardias y te matarán.
- Jajaja que lo intenten.
Se acerca a mi y me quiere tomar de los brazos, lo empujó con una patada de frente al pecho, el se sorprende y sonríe.
- Lindas pantis.
- Cállate.
- Eres una nueva guardia?, porque no creo que seas un color, no tienes las características de una y más con esa espantosa playera y tu simple ropa interior.
Intento patearlo nuevamente pero lo esquiva, parece que sabe pelear. Entonces le lanzo un puño, no llega completo pues se balacea atrás. Aprovecha para tomar mi brazo y me gira haciéndome una palanca.
- Ah! Gritó de dolor.
Me lleva hasta la isla de la cocina y me empuja sin soltar mi brazo, quedó recostada sobre la barra mientras sigue apalancando mi brazo.
- Veamos que tan buena eres.
Comienza a subir mi blusa dejándola a mitad de mi espalda.
- Suéltame! Gritó con todas mis fuerzas, entonces escucho unos pasos que corren hacia nosotros.
- Arriba las manos hijo de puta - Jonathan entra con la pistola desenfundada apuntando al hombre. - Maldito, suéltala!! - Lanza  un disparo que hace que él hombre que me sujetaba me suelte, me incorporo giro y lo vuelvo a patear, está vez de doy en el hígado haciendo que se doble del dolor. Lo veo y me doy cuenta que la bala solo le rozó el brazo. No sé lo que sucede pero corro hasta Jonathan.
- Dime qué no te hizo nada! Porque sí lo hizo lo mataré al instante.
- No, estaba a punto.
- Maldito Ismael!
- A mi también me da gusto verte hermano.
- Son hermanos?
- Que prendías Ismael?
- Lo siento, solo quería divertirme, pensé que no era nadie importante.
- Ella es mi Chica, Nadie la toca!
- Ok, ok, no lo haré, iré por Karla, ella es más accesible y siempre me recibe con los brazos abiertos, bueno, más bien, las piernas jajaja.
- Disculpa mi actuar. Cuál es tu nombre?
- Soy Chica.
- Enserio?
- Si. Perdón, no suelo meterme con las mujeres de mi hermano, somos hermanos y tenemos un código. Las mujeres del otro están prohibidas, pero como no te vi con uniforme ni con un color en específico, pensé que estabas disponible
- Que? Aún así no te da el derecho de tomar a una mujer a la fuerza!
- Querida, acaso no sabes en dónde estás? Solo dime una cosa, como fue que llegaste aquí? No me digas, llegaste y tocaste el timbre, mi hermano te abrió la puerta y decidiste vivir aquí. Fue así, no es así? Lo dijo con ironía y una enorme sonrisa burlona que me provocaba golpearlo y lo haría si no estuviera mal de la mano.
- Eres despreciable.
- Jajaja! Si, todo mundo lo dice. Un gusto conocerte cuñadita.
- Te quedarás aquí? Preguntó Jonathan con fastidio.
- Si un tiempo, en lo que las cosas se calman, con el otro cartel.
- Malditos, parece que quieren guerra.
- En unos días me darán cierta información que usaremos en su contra. Mientras tanto estaré por aquí.
- Solo respeta.
- Si, si, ya lo sé.
Jonathan se quedó mirando mi brazo y noto el enrojecimiento por el agarre de Ismael.
- Porque eres tan frágil.
- No soy frágil!
- Ja! Lo dice la que tiene la nariz fracturada. - Agache la cara avergonzada, bueno si era frágil, mi cuerpo lo era, pero podía defenderme. Él me levantó la cara y susurro. - Te extrañe, duerme conmigo.

ㅤ➻ 𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒂𝒓𝒂...

ꜱɪ ʟᴇꜱ ɢᴜꜱᴛᴏ ᴇʟ ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ ᴛᴇ ɪɴᴠɪᴛᴏ ᴀ ʟᴇᴇʀ ᴍÁꜱ ᴇɴ ᴍɪ ᴘÁɢɪɴᴀ:

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