Capitulo 24

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Emiliano

El sol se ponía sobre el océano, tiñendo el cielo de naranja y rosa. Sentado en la arena, miraba las olas romper en la orilla, el sonido familiar que solía traerme paz ahora solo acentuaba el vacío que sentía. Me senté en el porche, mirando hacia el océano. El atardecer pintaba el cielo de tonos cálidos, pero por primera vez en mucho tiempo, no sentía la usual paz que me traía este espectáculo.

Luciana se había ido esta mañana. No a la playa como tantas otras veces, sino rumbo a España, para estudiar y perseguir sus sueños. La despedida en el aeropuerto seguía fresca en mi mente: sus ojos brillantes de emoción y miedo, su abrazo fuerte, como si quisiera llevarse un pedazo de nosotros con ella.

"Ve y conquista el mundo", le había dicho. Y lo haría, estaba seguro. Pero eso no hacía más fácil el dejarla ir.

Recordé el día que llegó, una chica perdida buscando su lugar en el mundo. ¿Cómo podía saber entonces que se convertiría en una parte tan importante de nuestras vidas? Que llenaría nuestra casa de risas, de energía, de vida. Saqué mi teléfono, mirando la última foto que nos tomamos juntos. Luciana sonreía ampliamente, sosteniendo su carta de aceptación de la universidad. Yo, con un brazo alrededor de sus hombros, tratando de ocultar la mezcla de orgullo y tristeza que sentía.

Luciana había llegado a nuestras vidas como una brisa fresca, cambiándolo todo a su paso. Y ahora se había ido, dejando tras de sí recuerdos y un espacio que nadie más podría llenar. El sol casi había desaparecido en el horizonte cuando mi teléfono vibró. Era un mensaje de ella:

— Llegué bien. Los extraños ya. Gracias por todo, Emi. —

Sonreí, sintiendo un nudo en la garganta. Quizás se había ido, pero no la habíamos perdido. Y quién sabe, tal vez esta no era un final, sino el comienzo de algo nuevo para todos nosotros. Respiré profundo, dejando que el aire del océano llenara mis pulmones. Mañana sería otro día. La vida continuaría, diferente pero no menos valiosa. Y siempre tendríamos los recuerdos de la chica que llegó buscando su camino y se fue para forjar su futuro.

Me levanté, dando una última mirada al océano antes de entrar en la casa. Era hora de seguir adelante, llevando con nosotros el espíritu de Luciana y esperando el día en que volviera a visitarnos, trayendo consigo historias de nuevas experiencias y muchos logros académicos

Aquí les dejo un capítulo ,un poco corto, lo siento.
He estado un poco liada con el trabajo. 🌺🌅✨🌊❤️

Hasta el último atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora