Capítulo 7: Intruso

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La carretera estaba desierta, por lo cual agradecí y aceleré lo mas que pude. Para cuando llegue a mi departamento faltaba poco para el atardecer.

-Señorita-dijo una de las sirvientas.

-¿Si, Margaret?- respondí, ella había trabajado en el edificio por mucho tiempo y siempre me avisaba si alguien nuevo había llegado o algo importante que ocurriera, incluso cosas sin importancia, no era muy alta, tenía el cabello rubio siempre recogido en una coleta alta y los ojos azul oscuro.

-El sensor en su departamento, no ha dejado de titilar.- me tensé.

-Gracias Margaret, seguro es un corto circuito- dije sin darle importancia, ella asintió y siguió caminando. Apuré el paso para llegar a mi puerta. La cerradura no se veía forzada, lo cual delataba algo peor así que entre con cautela, atenta de hasta del menor ruido.

Mi departamento era amplio y al igual que mi auto, de lujo. Sala, comedor, balcón con jacuzzi, mi dormitorio...y un pequeño cuarto secreto, por que me encantaban y además debido a mi situación era más que necesario. El sensor que titilaba era de movimiento, avisaba si había algo o alguien que se moviera adentro del cuarto.

Tomé un arma de mi dormitorio, las balas eran de plata con el centro de madera, utiles para cualquier ocasión, ademá poseía un silenciador, por supuesto la tenía más que escondida en una de las lámparas aunque había otras por la casa, ¿la razón? Eran muy peligrosas y a pesar de que solo yo las podía activar, alguna bruja podría hacer lo mismo y matar fácilmente a las criaturas de la noche, balas como esas habían sido sumamente difíciles de conseguir, por que hacerlas no era cosa de una hora.

Me quite pulseras, collares y aretes, cualquier cosa que me pudiera estorbar o delatar con el sonido y los deje sobre una pequeña mesa de la entrada.
Tenía un cuadro en uno de los pequeños pasillos, este era de alto lo que la pared y claro, atrás de este estaba una pared "falsa", era la entrada y estaba abierta, esto sólo logró que mi cuerpo se tensara aún más, pero ahora el arma en mis manos ya no tenía seguro, y mis dedos rozaban tentativamente el gatillo.

Entré sosteniendo con fuerza la pistola, mi labio superior temblando. El cuarto estaba oscuro salvo por una pequeña luz de escritorio, sentada frente a ella, había una silueta perfectamente delimitada, apunte a ella y puse más presión en el gatillo, aunque lo suficiente para no activarlo. Gruñí, dejando saber que estaba allí.

-Vaya, vaya, tardaste mucho en llegar- dijo una voz seductora y extrañamente familiar- ¿me vas a disparar...princesa?

Esa palabra, la manera en que hacía que sonara... la reconocí al instante, sentí como si me hubieran sacado el aire, si fuera humana estoy segura de que sehubiera ido el color de mi piel y con eso el calor, mis piernas temblaban amenazando con dejar de sostenerme, el arma casi cae al piso, ese nombre, esa maldita voz... era suya.

-¿Sean?- pregunte con un hilo de voz.

-¿Princesa? Vaya había pensado que me recibirías con un beso- dijo burlón.

-¡Maldición Sean! ¡Por poco te pego un tiro!-le grité enojada y si, aliviada-¡¿de todos modos que haces aquí?!

-Lo sé, lo siento-dijo encogiéndose de hombros, pero sin inmutarse por mi tono de voz- te vine a buscar, algo paso.

Él no vendría si no tuviera gran importancia, los tres habíamos acordado separarnos, nos mantendría seguros, ahora estaba mas nerviosa que cuando entré, tragué saliva.

-¿Drake?- pregunté, anhelando que no fuera la respuesta que imaginaba.

-Si...-se pasó una mano por el cabello y me miró con tristeza, esperando el momento.

-¿Qué pasó?- dije comenzando a desesperarme por que a estas  alturas creía saber la respuesta y ahnelaba estar equivocada.

-Él esta...-desvió la mirada, pero mi cerebro ya había formulado teorías y a pesar de que esperaba lo que iba a decir, oírlo me dolió- muerto, lo lamento.

Vaya que tacto.

Debería estar llorando, Drake era mi familia, tal vez no directamente pero lo era. Sin embargo lo que sentía era ira, esos idiotas me la iban a pagar, habían matado a mi familia, ahora solo me quedaba Sean, lo tenía que proteger, no lo iban a matar, no por mi culpa, no de nuevo.

-Oye, cálmate- oí la voz de Sean lejana, sus manos estaban en mis hombros pero yo seguía sintiendo esa ira irrefrenable. -¿Kate?-su voz se oía entre preocupada, el miedo saliendo a flote.

Sentía la energía a través de mi cuerpo hasta que de pronto esta se fue desvaneciendo y con ella la luz, oí un grito y me sumí en la oscuridad- ¡Katelyn......!

¿Vampira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora