¿Vampira?

Capitulo 28: Last first kiss

Me dirigí a mi departamento, sin embargo, esta vez no me quedaría allí. Al encontrarme a Margaret le di unas indicaciones y continúe hacia mi hogar.  En el cuarto secreto deje dos cartas, una para Sean y la otra para Brian. Solo ellos serían capaces de hallarlas. Suspiré, allí dentro sentí como mi mundo se estaba desmoronando cada vez más rápido. Ese pequeño cuarto tenía cada pieza de mi, eran mis cosas, pinturas, cuentos, recuerdos, un diario... tome los dibujos de Brian y la parte posterior de uno de ellos escribí "Nunca te olvidaré" mientras un nudo se formaba en mi garganta. ¿Por qué sentía que no iba a salir de esta?

Tenía planeado irme a Nueva Caledonia por un tiempo aún indefinido. Aquí ya no estaba segura. Ya había comprado mi boleto de ida, el cual salía esa misma noche. Pero antes de irme tenía que ir una última vez a la cascada, necesitaba comprobar algo.

...

Narrador externo

Salió del auto sin prisas, a pesar de que la expresión en su rostro era neutro, por dentro los nervios la carcomían lentamente.
Su mano se dirigió temblorosa hacia la parte interior de la bota derecha y, con cuidado, tomó la bolsa de terciopelo negro que contenía a la daga. Al incorporarse tomo la pistola, con la sensación de que en cualquier momento alguien aparecería para asesinarla.
La daga comenzó a vibrar, ella se sobresaltó a pesar de que ya lo esperaba, por ello estaba allí. Quito la tela que la cubría y la metió en su bolsillo. El arma blanca estaba emitiendo un ligero brillo y, nuevamente, el último símbolo se había movido. Extendió su mano y trató de encontrar el lugar a donde debía dirigirse, aunque ella creía ya saberlo, todo siempre ocurría allí. En la otra mano sostenía con firmeza la pistola, lista para disparar al más mínimo movimiento.

Al avanzar una parte de ella tenía la esperanza de que esa extraña voz le volviese a decir que aún no era el momento pero eso no ocurrió. Por el contrario, su cerebro se encargó de recordarle una palabras que había escuchado hacía ya tanto tiempo que le pareció que podría ser en otra vida y, en cierto modo, lo era.
... seré el autor de tu primer fin, tú lo serás de mi segundo fin (al igual que del tuyo) y así ambos podremos llegar al tercer y último fin que tanto anhelo...
Habían pasado muchísimos años desde que oyó aquellas palabras y aún no las comprendía del todo. No sabía si con "su primer fin" se habría referido a convertirla en vampira y en todo caso de que fuese así ¿qué pasaba con los otros dos? ¿Lo mataría a él y posteriormente se sacrificaría a sí misma? ¿Y después que? ¿Dónde quedaba aquel tercer fin?

Había caminado a un ritmo acelerado, aunque sin correr. Le atemorizaba que alguien saliese de entre los árboles y le asesinase, pero la idea de llegar a su destino le aterrorizaba y, sin embargo, su lado curioso la impulsaba a seguir avanzando.
La daga iba ganando luminosidad conforme avanzaba, tal vez era eso, o tal vez se debía a que la oscura tela de la noche había caído, a su parecer, demasiado rápido. Llegó, como había previsto, a la cascada. Aquella cascada que le traía tantos recuerdos, buenos y malos. Suspiro, era hora. Y sin pensarlo del todo supo que una vez que atravesase esa cascada no habría marcha atrás, tal vez allí terminaría su "vida", de nuevo.
Entonces lo comprendió. Temblando retrocedió unos pasos y soltó la daga, la cual no cayó sino que se agarro a su muñeca." ... seré el autor de tu primer fin," y lo había sido al matarla para convertirla a vampira; "tú lo serás de mi segundo fin (al igual que del tuyo)" entonces si se iba a sacrificar y, de alguna bizarra manera al hacerlo, también lo mataría a él; y así ambos podremos llegar al tercer y último fin que tanto anhelo..." Y tal vez con tercer fin se refería a morir, esta vez, sin la inmortalidad de por medio. Le había pedido algo que ella sentía imposible de llevar a cabo. Si la amaba, ¿por qué lo había hecho? Suspiró y atravesó la gran fuente de agua.