Capítulo 19: Cambio

189 8 0
                                    

Caí pesadamente sobre la cama. Era la primera vez que agradecía la habitación que me habían asignado: nadie me buscaría allí. A pesar de mi enojo inicial, en ese instante lo agradecí infinitamente. Pues me encontraba en LA habitación de lujo, más específicamente la habitación en la que,en un principio, me había alojado, si, la habitación de Alex.

Supongo que sonara como un cliché esperando a suceder, pero nada iba a pasar entre Alex y yo, estaba más que segura, solo lo consideraba como alguien que se estaba convirtiendo en un amigo pero ¿cómo no hacerlo? Si su físico no te atraía entonces su actitud lo hacía, sinceramente sin su ayuda me hubiera delatado desde el principio ya que no sabía nada sobre cómo actuar en una escuela, al menos no actual.

Inútilmente inspiré hondo, mi cabeza parecía a punto de explotar. Aunado al hecho de haber utilizado mi poder, ahora estaba el caso de que me habían descubierto, bueno, mi espalda. No podía huir pero sí que podía hacer un cambio. Me levante, aún sin energía, y camine hacia el único baño en la habitación, allí tome una bolsa pequeña y me mire en el amplio espejo...perdí el equilibrio al instante, cayendo con fuerza en el suelo, me sentí muy débil.
Estaba segura de que mi rostro era un poema, ni siquiera sabía que pasaba por mi cabeza. Alegría, miedo ¿qué se supone que debía sentir? ¡¡¡MIRÉ MI REFLEJO!!! Todo parecía dar vueltas, un vampiro NO tiene reflejo. Recordé entonces lo que Sean me había dicho, mi esencia había cambiado pero, ¿cómo me afectaba?

Una vez pasado el susto me incorporé lentamente y, con cuidado, asomé mi cabeza por encima del lavabo, como si la persona del reflejo me fuera a hacer daño. Pero no lo hizo, en lugar de eso, siguió mis movimientos a la perfección. El miedo inicial fue sustituido por una alegría inconcebible, no me era posible creer lo que veía, ¡Me veía! Después de tantísimos años de imaginarme mi aspecto, de acudir a artistas para que me pintasen y así lograr imaginarme  mi rostro por poco tiempo (ya que después destruía los retratos por seguridad), después de tanto tiempo volvía a verme.

No reconocía del todo a la persona que me devolvía la mirada. Sus rasgos era más finos y las pecas que antes habían estado en su rostro se esfumaron. Su cabello era negro con algunas mechas rojas en la parte de enfrente, y caía con rizos a lo largo de su espalda, llegando hasta sus caderas. Así que era cierto, el estilo que tenía me quitaba el aire de princesa. Sonreí, Sean había escogido bien el color negro y Drake lo había mejorado con las mechas rojas, incluso cuando se había quejado todo ese rato sobre mi cambio de look: a él le gustaba el tono castaño que naturalmente poseía mi cabello. Mi sonrisa se evaporó cuando los recuerdos comenzaron a asaltarme, miré mis ojos en el espejo mientras una idea se forjaba de a poco, sabía lo que haría y sería por su recuerdo.

Comencé separando mi cabello por capas, usar el espejo facilitaba mucho mi tarea. Con cuidado fui quitando las extensiones que portaba, una por una, cuando hube terminado las metí en la bolsa. El largo de mi cabello se había reducido, ahora llegaba poco más arriba de la mitad de mi espalda, solo faltaba sacar ese tinte negro que ocultaba mi color.
Miré al espejo, por un momento recordando como era verme antes, cuando aún era humana, sin embargo al ser un vago recuerdo fugazmente se alejó gracias al hecho de que no parecía yo. Además aún faltaba algo. Removí las lentillas azules de mis ojos.  Hábilmente recogí mi cabello en una trenza de cinco cabos y la pase sobre mi hombro. Quité el poco maquillaje, que sabía ponerme sin utilizar un espejo, de mi rostro. Dirigí mis manos a los lados de mi cabeza y cerré los ojos, concentrándome. Sabía que remover el tinte así me quitaría lo poco que quedaba de energía en mi, pero valdría la pena.

Exhausta me dejé caer sobre la cama más cercana, esperando que fuese la mía.  El sol entraba de lleno en la habitación pero no me apetecía verlo, lastimaba mis ojos. Extendí mi mano hacia las cortinas y con un solo movimiento las cerré agotando por completo mi energía, caí en la obscuridad.

¿Vampira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora