Capítulo 26: Poseida (F)

123 3 0
                                    

–Molly–me abracé a mí misma–esto no me gusta... ¿y si regresamos en la mañana?

–¿Cuándo salga el sol? Kate sé que el anillo te protege pero veo cómo aún te molesta ¿acaso no eres una criatura nocturna?

–No. Me. Digas. Criatura.– escupí, fulminandola con la mirada, a pesar de que el miedo persistía.

–Lo lamento.

Treinta minutos habían pasado y seguíamos caminando. Con la velocidad que ahora poseía podía ahorrar tiempo pero Molly se negaba a dejar que la llevase a pesar de que su peso para mí era como el de una pluma. Caminaba sin ver, sin guiarme por otra cosa que no fuese la silueta de Molly. El sol ya se había ocultado y me sentía desprotegida. Claro que había estado en el bosque cuando a este lo iluminaba la luz de la luna...pero no estaba sola si no con Brian, y de cierta manera me sentía más segura a su lado. Por que Molly no sabia de caza ni de defensa, solo se protegía con su magia y aún no la dominaba del todo.
¿En dónde estaría Brian ahora...?

–Es por allí–expresó Molly, por primera vez observé el entorno y sentí que las piernas me flaquearon. El dedo de Molly señalaba una hermosa cascada que yo conocía perfectamente.

–¿Estás segura?–dije algo temerosa.

–¿Crees que la magia se equivoca?

–Yo...eh...no lo sé...es solo que...

–¿Tienes miedo?

Suspiré.

–Se a donde te diriges–elevó una ceja–he estado aquí antes. Detrás de la cascada está el lugar a donde la magia te guía...no quiero hacer esto, te ayudaré a acomodar todo y te esperaré aquí.

–Kate...gracias.

...

–¿Dónde lo pongo? Creo que es el último que falta.

Molly inspeccionó el objeto rápidamente y me indicó el lugar.

–Todo listo...creo que te esperaré en la cascada...suerte.

–Gracias–contesto Molly, dirigiéndome una sonrisa sincera.

No había salido del claro cuando algo me noqueó. Cuando desperté mi cuerpo estaba en movimiento, al parecer acercándose a Molly. Confundida trate de ir en dirección contraria pero era imposible, no controlaba mi cuerpo.

–Molly–oí mi voz a la distancia, ella giro, sorprendida de verme allí– lo haré.

–¿Qué?–preguntó con el ceño fruncido–¿Estás segura?

–Sí–  «¡no! ¡No! ¡NO! »

Estupendo–añadió sonriendo–Colócate allá.

Me sentía completamente impotente, inútil, ¿cómo era posible que mis piernas se movieran a voluntad propia? Las lágrimas habrían salido por mis ojos de no ser que ya no lo controlaba yo.

<<Todo pasara rápido pequeña vampira, esto es necesario para tu destino, no contábamos con que dijeses que no...aún no comprendemos por qué lo has hecho>> las palabras salieron de mi boca como un murmullo, solo para que yo las escuchase.

¿Vampira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora