¿Vampira?

Capítulo 3: Leyenda

Regresé con dos minutos de sobra al lugar donde la mujer con voz chillona me había dicho y... ¿por qué demonios seguía allí? Decidí irme, pero cuando voltee me encontré con la enorme sonrisa seductora de Josh. Tenía que ser. Algo más para alegrar mi día. Genial

-No te has ido- dijo alegremente. Rodé los ojos, era más que obvio.- tengo módulo libre, te enseño la escuela.

Antes de que pudiera contestar me agarró la muñeca y me arrastró por uno de los pasillos el cual parecía ser el principal, había lockers y algunos alumnos, las chicas me veían, orgullosas y con odio mientras que algunos chicos se humedecían los labios, me daban asco.
El pasillo se fue despejando a medida que pasamos. Llegamos a unas puertas que parecían ser la entrada a la cafetería. Josh estaba a punto de abrirla cuando una voz lo detuvo.

-Novato, ve a clase yo le muestro el colegio a la chica - arrogante y masculina, acompañada de unos estruendosos tacones ¡agh! Simplemente genial.

Nos dimos la vuelta, la mujer que me había recibido venía acompañada de un chico muy guapo, demasiado, y ahí regresaba esa sensación de que algo no estaba bien.

-Pe pero no tengo clase- tartamudeo Josh, su sonrisa se había esfumado.

-Les asignamos una clase de gimnasia a su grupo-dijo la voz chillona.

-Bien-rezongó Josh, soltó mi muñeca y me miró, entre disculpándose y haciendome saber que habría una próxima vez. Después se alejó.

-Señorita el es Alexander, del grupo de los avanzados, él le dará un recorrido por la escuela- su voz enserio me estaba irritando.

- Solamente Alex- corrigió con una sonrisa muy fingida. No me inspiraba nada de confianza. Tenía una sensación rara, se me hacía un poco familiar pero no tenía idea de donde.

-Claro- dijo medio disculpándose, ¿disculpándose? ¿Por qué se disculpaba con él?.-, en fin la dejo en las capaces manos del joven Alex. Disfrute su estancia- dijo con una sonrisa que más se asemejaba a una mueca y luego se dirigió al chico-. Tienes permiso de estar aquí, tárdate lo que sea necesario.

-Lo haré, gracias señorita White.- contestó el chico, Alex, con voz seductora.

White sonrío y asintió, dio media vuelta y se alejó haciendo sonar sus tacones.
Alex me miró mientras creía que yo no veía y frunció los labios.

- Sígueme- dijo arrogante, autoritario. Asentí con la cabeza, lo que menos quería era recorrer el colegio, ya había comido, no tenía nada que hacer ahí.

El recorrido iba siendo bastante aburrido, que si el gimnasio, la biblioteca, los laboratorios, uno del grupo de los "avanzados" y otros para el resto de la escuela. Entre más hablaba mas ganas me daban de ahorcarlo, tenía ese tono de 'soy el mejor del universo y lo sé'. Pero había algo raro, tenía una sensación extraña estando con él, no, no era el inicio de una gran historia de amor, la había tenido hacía mucho tiempo atrás, antes de alejarme del mundo al que pertenezco. Trataba de recordar a que se debía y cuando lo hice me detuve en seco.

Esto estaba mal, realmente mal.

Y claro, Alex se dio cuenta rápidamente de que no lo seguía.

-¿Estás bien?- preguntó.

- Si, sólo... -piensa, piensa- necesito ir al sanitario. - ¿En serio?¿Es lo mejor que se te ocurrió?

Señaló una puerta un poco alejada, asentí y camine a ella, sentía su mirada clavada en mi espalda, no me gustaba, estaba segura de que el se dio cuenta de mi mentira, a quien quería  engañar, yo sabía perfectamente como engañar ¿pero eso? eso había sido de aficionados.