De vuelta al castillo de Pyros, una vez lleno de risas y alegría, ahora se encontraba envuelto en un silencio pesado. Las paredes parecían llorar la pérdida de la reina y el príncipe. El rey Namjoon, con el corazón desgarrado por la muerte de su amada reina Jane y la desaparición de su hijo Taehyung, se enfrentaba a un nuevo desafío: cuidar de su bebé, el pequeño príncipe Jungkook, y guiar a sus hijos mayores en este tiempo de dolor.
Cada mañana, el Rey se despertaba antes del amanecer. Se sentaba en el balcón del ala oeste del castillo, mirando hacia el horizonte mientras el sol comenzaba a asomarse. La luz dorada que iluminaba el cielo le recordaba a su reina; ella siempre había amado esos momentos tranquilos al amanecer. Pero ahora, esa luz parecía más bien un recordatorio de su ausencia.
A pesar de su tristeza abrumadora, sabía que debía ser fuerte por su hijo y sus príncipes mayores. Con cada día que pasaba, se daba cuenta de que no solo necesitaban un padre presente; también necesitaban un líder que les mostrara cómo seguir adelante.
Una mañana, después de haber pasado horas contemplando el amanecer, Namjoon decidió que era hora de enfrentar la realidad. Se dirigió a la habitación donde dormía su bebé. Al entrar, vio al pequeño Jungkook acurrucado entre suaves mantas. Su rostro inocente y sereno le trajo una chispa de esperanza en medio del dolor.
—Buenos días, pequeño, —murmuró el rey mientras acariciaba suavemente su cabello blanco. Con cuidado, levantó al niño en sus brazos y sintió cómo una oleada de amor lo envolvía.
—Eres todo lo que me queda de ella —dijo con voz temblorosa.
En ese momento, Jimin entró en la habitación. Sus ojos aún estaban somnolientos, pero al ver a su padre sosteniendo a su hermano menor, sonrio débilmente. Jimin no se había separado ni un día del pequeño Jungkook desde que nació.
Jimin se acercó y acarició suavemente la cabeza del bebé.
— Es tan pequeño… No he dejado de hablarle de la reina —admitió con tristeza.
Namjoon sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de su hijo.
—Está bien que lo hagas —dijo firmemente. —Aunque hemos perdido a tu madre, debemos encontrar formas de honrar su memoria mientras cuidamos del bebé.
—Podemos hacer cosas que le gustaban a ella —sugirió Jimin— como cultivar flores en el jardín.
Namjoon sintió una mezcla de orgullo y tristeza al escuchar las ideas de su hijo.
—Eso es perfecto, —dijo él. —Ella siempre amó las flores, y con sus historias podremos mantener viva su memoria.
Los siguientes meses fueron desafiantes a medida que el pequeño Jungkook crecía.
Un día en una de las habitaciones del ala este, el pequeño príncipe jugaba en su cuna, rodeado de suaves mantas y juguetes de colores brillantes. A pesar de su corta edad, ya había comenzado a mostrar destellos de sus habilidades mágicas, aunque aun no podía controlarlas.
Esa mañana, mientras su hermano Jhope lo sostenía en sus brazos, miraba por la ventana y vio a un grupo de pájaros posados en una rama cercana. Sin pensarlo dos veces, el pequeño príncipe extendió su mano diminuta hacia ellos. En ese instante, una luz suave comenzó a emanar de sus dedos, iluminando la habitación con un brillo cálido.
Los pájaros se acercaron volando, atraídos por la luz que emanaba del pequeño príncipe. JHope quedó atonito al ver cómo los animales respondían al pequeño Jungkook. Pero pronto, el pequeño príncipe sintió una oleada de emociones que no eran solo las suyas. El brillo se intensificó y los pájaros comenzaron a revolotear nerviosos.
—¿Qué sucede? —exclamó Jhope mientras intentaba calmar al niño.
El pequeño príncipe sintió cómo la energía se desbordaba dentro de él; no sabía cómo controlar esa luz brillante que parecía tener vida propia. En ese momento, el príncipe Suga entró en la habitación.
—¿Qué está pasando? —preguntó Suga con preocupación al ver al montón de pájaros volando en la habitación y a su hermano tratando de calmar al pequeño príncipe.
—Él… él no puede controlar su habilidad —respondió Jhope mientras intentaba atrapar a uno de los pájaros que había aterrizado cerca.
Suga se acercó rápidamente y tomó al pequeño Jungkook en sus brazos para intentar calmarlo. El resplandor aumentó cuando lo sostuvo, y el pequeño príncipe miró a su hermano con ojos grandes y asustados. De repente una barrera se creó alrededor de los tres príncipes y fuera de esta los pájaros revoloteaban tan freneticamente qué se golpeaban contra las paredes.
— ¡Ya basta! ¡Detente! —gritó Suga.
Un segundo después, el pequeño Jungkook comenzó a llorar inconsolablemente, todos los pajaros cayeron al suelo y la barrera desapareció repentinamente. Suga entonces devolvió al pequeño Jungkook a los brazos de Jhope y salió corriendo de la habitación. Poco a poco el bebé se calmó y quedó rendido en brazos de su hermano Jhope.
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PYROS Reino en Llamas [#starpop2024]
FanfictionEl reino mágico de Pyros se encuentra al borde del colapso cuando una trajedia amenaza con consumir al Rey y al reino entero. Taehyung, uno de los príncipes del reino es traicionado en medio del colapso, en su nuevo camino deberá descubrir el signif...