CAPÍTULO 26

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(...Hace unos años atrás…)

La noche era oscura y silenciosa, interrumpida solo por el sonido lejano de los cánticos fúnebres que resonaban en el castillo. Me movía con sigilo por los pasillos, mi corazón latiendo con fuerza, mientras me acercaba a la habitación del bebé, Jungkook. La tristeza y la rabia me impulsaban, y cada paso que daba me acercaba más a mi objetivo.

Al llegar a la puerta de la habitación, me detuve un momento para escuchar. El llanto de los nobles y las súplicas de consuelo por la muerte de la reina y el príncipe aún resonaban en mi mente. Pero en ese instante, todo lo que podía pensar era en el pequeño ser que dormía plácidamente al otro lado de la puerta.

Con un movimiento rápido, empuje la puerta y entre en la habitación. La luz de una vela parpadeante iluminaba suavemente el rostro del bebé, quien estaba envuelto en mantas blancas como si fuera un ángel. Sin embargo, para mí, no era más que un recordatorio de la traición del rey Namjoon. 

Me acercé lentamente a la cuna, sintiendo cómo el odio burbujeaba dentro de mí.

—Eres tú quien ha causado todo esto, —murmuré entre los dientes mientras observaba al niño dormir. —Tu existencia es un insulto a la memoria de mi reina. 

El pequeño Jungkook respiraba suavemente, ajeno al tormento que lo rodeaba. Para él, el mundo era un lugar seguro; sin embargo, para mí, cada inhalación del niño era una burla a mi dolor.

—Si no hubieras nacido… —continue con voz temblorosa. — Ella estaría aquí ahora. Y tú… Tú eres solo un recordatorio constante de lo que he perdido.

Mientras miraba al bebé, una idea oscura comenzó a formarse en mi mente. Si lograba desestabilizar a Namjoon y hacerle sentir el mismo dolor que yo sentía por la pérdida de la reina, podría finalmente obtener venganza.

—Debo aprovecharme de su vulnerabilidad, —pensé mientras mis ojos se llenaban de determinación. —Si te muestro que tu pequeño Jungkook está en peligro… Si te hago creer que el pueblo está en tu contra… entonces perderás toda razón y control.

Di un paso atrás y contempló al niño una vez más. 

—¿Qué debo hacer contigo? —digo pensando. —¿Debo matarte o debo destruirlo a través de ti…?

En ese momento, escuché pasos acercándose por el pasillo. Con rapidez, salí de la habitación y cerré la puerta tras de mí, ocultándome en las sombras mientras los ecos del luto seguían resonando en el castillo.

Mientras me alejaba, mi mente estaba llena de planes oscuros. Sé que debo actuar con astucia; cualquier error podría costarme caro. Pero también sé que tengo aliados que están dispuestos a ayudarme a llevar a cabo mi venganza.

—Primero debo sembrar las semillas del miedo, —murmuré para mí mismo mientras caminaba hacia mis aposentos. — Luego veré cómo se desmorona todo a tu alrededor, Namjoon. 

La imagen del pequeño Jungkook quedó grabada en mi mente: un símbolo de todo lo que había perdido y todo lo que deseaba destruir. Con cada paso que daba hacia mis planes oscuros, sentía cómo crecía dentro de mí una determinación implacable.

La noche avanzaba y con ella también mis intenciones maliciosas; Pyros estaba a punto de entrar en una tormenta que cambiaría el destino del reino para siempre.

Otra noche ha caído sobre el castillo de Pyros. En una habitación oscura, lejos de las miradas curiosas, me encuentro en compañía de mi cómplice. 

—¿Estás seguro de que este es el camino que deseas seguir? —preguntó él, observandome con interés.

—Namjoon es un hombre herido; su vulnerabilidad puede ser nuestra oportunidad.

Pase una mano por mi cabello, con expresión tensa. 

—No puedo perdonarlo. Prefirió la vida de ese niño antes que la de la reina. Él sabía los riesgos, pero lo hizo porque amaba a ese niño más que a su propia vida. Y ahora él vive mientras ella está muerta. 

Él asintió lentamente, comprendiendo la profundidad de mi dolor. 

—Ese niño es una amenaza para todos y también para tu venganza. 

—Lo sé, —respondí con voz firme. 

—Es un recordatorio de lo que le fue robado a la reina. Debo asegurarme de que Namjoon pierda poder sobre Pyros y sobre el futuro del niño.

—¿Y qué propones hacer? —preguntó él, sintiendo cómo la ambición comenzaba a arder dentro de mí al escuchar mis palabras.

—Sigamos ocultando información al rey, como hasta ahora —dijé mientras caminaba nerviosamente por la habitación. — Si logramos hacer que el pueblo esté descontento con él, perderá toda autoridad. Y cuando eso suceda, podremos actuar.

—La sequía ya llegó en las aldeas más lejanas. Y hasta ahora no han recibido ninguna ayuda de parte del rey. Si logras convencerlos de que Namjoon es incapaz de gobernar…

—Entonces será más fácil derrocarlo, —terminé diciendo por él con una sonrisa sombría.

Ambos compartimos una mirada cómplice; sabía que estábamos jugando un juego peligroso, pero estábamos dispuestos a arriesgarlo todo por nuestra venganza.

—Pero hay algo más, —continue, con voz baja y amenazante. —El niño… Tiene más habilidades que sus hermanos, y son peligrosas. Debe ser eliminado antes de que crezca lo suficiente como para convertirse en un rival para mí.

Él frunció el ceño ante esa declaración. 

— ¿Estás seguro? Es solo un niño; no representa ninguna amenaza inmediata. 

—Pero crecerá, —insisti con fervor. —Y si llega a ser rey algún día, podría descubrir la verdad. No podemos permitirnos dejar cabos sueltos. 

—¿Qué hay de sus hijos mayores?

—Esos bastardos ni si quiera eran hijos legítimos de la reina… No tienen derecho sobre el trono, será fácil acabar con ellos…

Me siento satisfecho con el plan que estamos trazando juntos. 

—Namjoon nunca verá venir nuestro ataque; está demasiado ocupado lidiando con sus propios demonios.

PYROS Reino en Llamas [#starpop2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora