Con la llegada de la sequía al castillo de Pyros, su apariencia fue cambiando sutilmente día tras día. Las flores, aunque marchitas por la falta de agua, aún mostraban destellos de color, como si se aferraran a la vida con todas sus fuerzas.
En medio de este paisaje desolado, Jungkook practicaba sus habilidades.
El rey lo observaba, su corazón dividido entre la alegría que le brindaba ver a su hijo y la creciente preocupación que lo consumía. Las reservas del castillo se estaban agotando; cada día que pasaba sin lluvia era un recordatorio cruel de la sequía que asolaba su reino. La tierra estaba sentada y los rostros de sus subditos reflejaban el mismo temor que él sentía en lo más profundo de su ser.Desde la muerte de su reina, las visiones que antes guiaban sus decisiones habían desaparecido. Se había acostumbrado a confiar en su intuición y en los consejos de sus consejeros, pero ahora se sentía perdido. La incertidumbre lo envolvía como una niebla espesa; no sabía cuánto tiempo más podían resistir sin agua ni alimento.
En el jardín del castillo, Jungkook estaba concentrado, extendiendo las manos hacia las plantas marchitas a su alrededor. Cerró los ojos y sintió la energía que emanaba de la tierra. A medida que invocaba su magia, una luz suave comenzó a brillar desde sus palmas, iluminando las hojas secas con un resplandor dorado.
—Crece —murmuró Jungkook con determinación. La luz pura que emanaba de él comenzó a revitalizar las plantas marchitas, trayendo un destello de vida a su entorno. Las hojas comenzaron a cobrar color y frescura, aunque solo por un breve momento.
Aunque sabía que podía ayudar a las plantas a crecer temporalmente con su luz pura, también comprendía que no podía cambiar el clima ni traer la lluvia por sí mismo. Sin embargo, cada pequeño acto le daba esperanza.
De repente, sintió una presencia detrás de él y abrió los ojos para encontrar a su padre observándolo con una mezcla de admiración y tristeza.
—Padre—, dijo Jungkook con una sonrisa tímida mientras dejaba caer sus manos a los lados. —Estoy tratando de ayudar a las plantas.
Namjoon forzó una sonrisa mientras se acercaba a su hijo.
—Lo estás haciendo bien —respondió con voz suave pero cargada de preocupación. — Tienes un don especial.
Jungkook notó la sombra en el rostro de su padre y sintió una punzada en el corazón.
—¿Qué te preocupa, padre? —preguntó con sinceridad.
Namjoon suspiró profundamente antes de responder.
— La sequía… No sé cuánto más podremos resistir sin lluvias, —admitió mientras miraba hacia el horizonte desolado. — Mis visiones han desaparecido desde que tu madre y Taehyung… Desde que ellos nos dejaron.
Jungkook sintió cómo el peso del mundo caía sobre sus hombros jóvenes; sabía cuánto amaba y extrañaba su padre a su madre y a su hermano.
—Quizás… quizás deberías intentar meditar o buscar respuestas dentro de ti mismo —sugirió Jungkook con esperanza. — Tal vez puedas encontrar alguna señal.
El Rey asintió lentamente, pero no parecía convencido.
—He intentado todo lo posible —confesó con tristeza en sus ojos oscuros. — Pero nada parece funcionar. Si Taehyung estuviera aquí… Tal vez él pudiera ver…
Jungkook sintió una oleada de tristeza recorrerlo al ver los ojos de su padre llenarse de lágrimas y lo abrazó sin dudarlo.
—Estás herido —dijo Jungkook al sentir el dolor que emanaba de su padre.
Mientras Jungkook absorbía el dolor de su padre, una idea comenzó a formarse en su mente. No sabía si funcionaría, pero tampoco tenía nada que perder. Si había algo que podía hacer para ayudar a su padre a recuperar sus visiones, debía intentarlo.
—¡Eso es! —dijo emocionado separándose de su padre. — Espera aquí, Padre. Ya vuelvo.
Jungkook salió corriendo a toda velocidad hacia el interior del castillo, dejando al rey Namjoon confundido.
Las paredes del castillo parecían desvanecerse mientras Jungkook corría por los pasillos. Su mente estaba centrada en una sola cosa: encontrar a JHope. Sabía que su hermano tenía un don especial para sanar; siempre había sido capaz de aliviar el sufrimiento de quienes lo rodeaban.
Finalmente llegó a la habitación de JHope y tocó la puerta con urgencia.
— ¡Jhope! ¡Abre! ¡Es urgente!
La puerta se abrió rápidamente y Jhope apareció con una expresión preocupada en su rostro.
—¿Qué sucede, Jungkook? Te ves pálido.
—Necesito que me acompañes —dijo Jungkook sin aliento. —Es sobre papá… Creo que puedo ayudar.
—¿Su Majestad está herido? —preguntó Jhope preocupado.
Ambos hermanos corrieron hacia el jardín donde Namjoon aún esperaba, confuso y preocupado por la arrepentida desaparición de Jungkook. Al verlos llegar juntos, levantó una ceja.
—¿Qué está pasando?, —preguntó el rey.
—Padre, —comenzó Jungkook con determinación en su voz. —Creo que si Jhope sana tu corazón herido, podrías recuperar tus visiones. Creo que incluso mi habilidad puede ayudar.
—¿Has perdido tus visiones? —preguntó Jhope —¿desde cuando?
Namjoon miró a Jhope y luego volvió a mirar a Jungkook, buscando respuestas en los ojos brillantes de su hijo menor.
—¿Sanar mi corazón? ¿Cómo podría eso ayudarme?
—Siento tu dolor, padre, y es tan profundo que ha nublado tu mente, —explicó Jungkook rápidamente. —Si JHope y yo podemos aliviar ese dolor… tal vez puedas volver a ver lo que está por venir.
JHope se acercó al rey con confianza renovada.
—Hasta ahora solo he usado mis habilidades en heridas físicas. Nunca se me ocurrió sanar una herida emocional. Déjame intentar ayudarte, Su Majestad —dijo con voz suave pero firme.
Namjoon dudó un momento antes de asentir lentamente; sabía que debía intentar cualquier cosa para recuperar sus visiones perdidas. Se sentó en un banco del jardín mientras JHope y Jungkook se colocaban frente a él.
Concentrándose profundamente, ambos principes cerraron los ojos e inhalaron profundamente antes de extender las manos hacia su padre. Una luz suave comenzó a emanar desde sus palmas; era cálida y reconfortante, como un abrazo envolvente.
Mientras la luz iluminaba el jardín sombrío, Jungkook observaba atentamente cómo la energía sanadora fluía entre ellos. Podía sentir cómo las emociones comenzaban a cambiar; la tristeza y la desesperación del rey empezaron a disiparse lentamente bajo la luz brillante.
—Recuerda lo bueno, —murmuró Jhope mientras mantenía su enfoque en Namjoon. —Recuerda los momentos felices junto a Taehyung y a mamá… Deja que esos recuerdos te llenen.
A medida que las palabras resonaban en el aire tranquilo del jardín, Namjoon sintió cómo algo dentro de él comenzaba a cambiar. Las memorias dulces de sus amados Jane y Taehyung inundaron su mente: risas compartidas bajo los cerezos en flor, noches estrelladas hablando sobre sueños futuros y promesas hechas bajo la luna llena.
De repente, un destello brillante iluminó sus ojos cerrados; era como si una cortina se hubiera levantado ante él. En ese instante mágico, sintió una conexión profunda con todo lo que había perdido —y también con todo lo que aún tenía por delante.
Cuando finalmente abrió los ojos, había lágrimas brillantes en ellos; no solo eran lágrimas de tristeza sino también de esperanza renovada.
—Lo siento… lo siento tanto —murmuró Namjoon mientras miraba fijamente a sus hijos; comprendía ahora cuánto habían estado sufriendo también ellos por su dolor.
Jungkook sonrió al ver esa chispa renacer en los ojos de su padre; sabía que habían logrado algo importante juntos.
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PYROS Reino en Llamas [#starpop2024]
FanficEl reino mágico de Pyros se encuentra al borde del colapso cuando una trajedia amenaza con consumir al Rey y al reino entero. Taehyung, uno de los príncipes del reino es traicionado en medio del colapso, en su nuevo camino deberá descubrir el signif...