⚡Capítulo 9: Otra vez

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   Despierto y observo la blanca pared de la habitación, siento el perfume de Max y observo su brazo en mi cintura abrazándome, giro mi cabeza y lo veo profundamente dormido, sonrío y tomo su mano llevándola a mi pecho y entrelazando nuestras manos, me quedo justo así por unos minutos, esto es demasiado difícil, ¿Cómo avanzar así?, respiro hondo y suelto su mano, la acomodo en la cama y me levanto, lo vuelvo a observar y siento mucho enojo, no debía ser así, no debíamos acabar así...

   Salgo de la habitación y me topo con Gueil, me sonríe y le comento que debo irme, me pregunta si quiero que me acompañe y acepto, estoy agotada, quiero una ducha y llegar viva a mi casa.

   En cuanto llego a casa Keira me abraza asustada, Damon y Patric llegan a los minutos, me piden que les cuente todo, cosa que hago con lujo de detalles, cuando termino ella sonríe, evito continuar con la conversación, estoy agotada y la verdad no es con ellos con quien de verdad deseo hablar. Damon antes de marcharse me entrega los exámenes que yo debía tomar, los realizo por mi.

   Me ducho y me meto a la cama, tomo mi teléfono y le marco a Isabel, necesito un consejo y es la única persona realmente madura que podría ayudarme. Contesta al segundo tono y le cuento todo lo que sucedió durante la noche. Pasa del enojo a la preocupación y de está a la calma, finalmente voy al punto de mi llamado.

— No sé que hacer... — digo casi inaudible — no puedo olvidar lo que pasó, pero tampoco quiero estar sin él, esto es muy fuerte, yo de verdad no sé... No quiero equivocarme más...

— ¿De verdad no sabes? — pregunta — yo creo que lo sabes...

— Ayúdame — pido — tu siempre vez más allá.

— Bueno... Lo que yo creo honestamente es que si hubieses hablado a tiempo nada hubiese pasado... — se pausa — es que como rayos se te ocurrió no decirme a mi o a él lo que estaba pasando Emma — su tono es molesto — ¿En que estabas pensando?, cuantas veces hablamos, cuantas veces te dije que si alguien te hacia sentir incomoda a la primera señal debías avisar, aunque no fuese nada, aunque fuese algo pequeño — me regaña nuevamente.

— Lo sé — digo — pero tenía de verdad tanto miedo, ni siquiera era capaz de contestar el teléfono, sé que me equivoque, me demoré demasiado...

— Con Richard nos hubiésemos ido a tu casa o tu a la nuestra, te pudimos haber cuidado apoyado, pero no, confiaste en una muchacha que no hizo nada, basto con que le dijeran que si hablaba la despedían para cerrar el pico — pongo los ojos en blanco — y no pongas los ojos en blanco — abro la boca, me conoce demasiado — te conozco desde que tenias siete años, sé cada gesto de tu rostro — ambas reímos — incluso te pusieron un guardaespaldas y ni siquiera así hablaste hija, que ganas de darte un golpe.

— Ya sé que me equivoque, no ayuda que siempre que lo recuerdes me regañes.

— Lo hago para que te quede claro lo que pasa cuando callas cosas así, todo empeora, siempre nos has tenido, cuando le dije a Richard enserio quería asesinarlo, si lo ve lo hará, él punto es que tenias una red de apoyo, tenias personas que darían lo que fuera por cuidarte y no dijiste nada, todo se confundió y se enredo, él se equivoco, totalmente, ¿lo vas a olvidar?, nunca, ¿te va a doler?, siempre, ¿Se pueden dar otra oportunidad?, sí, siempre y cuando tengas la madures suficiente y no sea algo que mencionen cada vez que tengan un problema.

— Nos equivocamos mucho, ¿Cierto?

— Sí, pero si hay algo de lo que creo estar segura es que si sentía algo por ti, dijiste que siempre fue claro con todas, siempre dijo que no quería nada, contigo no fue así. Creo que ambos son victimas de las circunstancias, lo que no significa que es perdonable, pero sí para al menos considerar...

Tormenta y Trueno [ LIBRO 2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora