Tormenta y Trueno [ LIBRO 2 ]

⚡Capítulo 33 : Mírame

   Anoche por fin logramos hacer el amor y fue perfecto, después de meses, logré levantarme nuevamente y lo nuestro en vez de debilitarse se volvió mucho más fuerte.

   Desayunamos y nos metemos a la ducha, para luego salir, Max debe ir al laboratorio y ya va algo tarde, lo acompaño y cuando llegamos Daniel nos ve , me saluda muy feliz y a Max lo saluda con mucho respeto, finalmente es el jefe, también veo a Hilary, ella me mira y corre en mi dirección.

— Zu — dice sonriendo.

— Hola — sonrío.

— ¿Zu? — pregunta Max.

— Hola director, Es más fácil, aún no me acostumbro a Emma — él asiente y Daniel comienza a hablarle de trabajo.

   Me quedo con ella conversando unos minutos y luego me voy a la oficina de Max, lo acompaño hasta que terminamos de leer cada informe que hay para que se ponga al día con lo que a sucedido en la empresa.

— Max — digo y me mira — me gustaría aprender a disparar — sonríe — quizá me ayude a sentirme más segura.

— Es una excelente idea — comenta y sonrío — y sé quien es el indicado para enseñarte, Gueil — aplaudo.

— ¿Tu sabes? — asiente y lo observo sorprendida.

— Él me enseño, es el mejor  — comenta.

— No te imagino disparando — se ríe — ¿Cuándo aprendiste?

— También sé pelear muy bien, él es un experto en todo eso — sonrío — aprendí poco antes de salir de la universidad, necesitaba mantener mi cabeza ocupada.

— ¿Por qué? — pregunto y me arrepiento, noto que se incomoda un poco y no sé por qué viene a mi el recuerdo de su padre en la presentación anual, cuando me comento que Max había estado con una chica y fue su primera decepción amorosa...

— Estaba pasando por un mal momento — dice sin mas y no planeo preguntar más.

   Al salir Max me lleva a un gimnasio, ¿Cómo es que consigue los lugares con tanta facilidad?, impresionante lo que hace el dinero, saludo a Gueil y me entrega una bolsa con un conjunto deportivo, me cambio rápido y al salir veo a Max con un pantalón corto deportivo y una camiseta que se apega completamente a su pecho, maldición tengo un serio problema con ese hombre.

— Primero practicaremos tiro — dice Gueil sacándome de mis pervertidos pensamientos.

— Yo estaré allá, entrenando un poco — comenta Max apuntando el otro extremos del lugar — se acerca mi y me toma por la cintura  — te vez muy sexy Nena...

   En cuanto se marcha, Gueil ocupa cada minuto para hacerme disparar, me indica la posición de las piernas, también de los brazos y hombros, en un principio se me hizo bastante difícil, no podía coordinar todo, pero al pasar las horas todo iba fluyendo con mayor facilidad, aunque aún no logro darle a nada. Luego de cuatro horas Gueil me entrega un chaleco anti balas.

— Póngaselo — indica.

— No sé como hacerlo — contesto.

— Yo le enseñare — sonrío — practicaremos hasta que se lo pueda poner en el menor tiempo posible — asiento — también debe correr con el, ya que es un peso más en su cuerpo, debe poder desplazarse con facilidad.

   Practico una y otra vez hasta que los tiempos comienzan a disminuir y Gueil sonríe, lo que indica que lo estoy haciendo bien, cada vez que me coloco el chaleco debo correr de extremo a extremo, él toma mis tiempos y los anota, es muy estructurado, de vez en cuando observo a Max haciendo ejercicio mirándome, nos regalamos una sonrisa y vuelvo a concentrarme.