Reencuentro

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Aquí empieza esta maravillosa historia que espero que os guste, me ha costado subir la historia, gracias a mis amigos y a las ganas que le pongo a la escrituta, he decidido lanzarme. Espero no estamparme en el fondo jaja. Disfruten 🫶🏻



Rondaba el 1998, ya se había normalizado entre comillas las relaciones del mismo género, entre comillas si, porque por España más o menos iba la cosa normal y aceptable, por Madrid iba un poco frenada pero en camino a ser libremente normal, en cambio, en Toledo, concretamente en la fábrica de los de la Reina, no estaban del todo contentos con la nueva situación. Damián era un hombre de la vieja escuela y no le entraba en la cabeza semejantes relaciones, el no quería ver ninguna persona en relación con alguien del mismo género, no porque no le haya llegado la noticia de la nueva ley de libertad, sino porque tiene metida en la cabeza la frase que le enseñó su padre desde pequeño y que tiene grabada a fuego "los hombres con las mujeres y las mujeres con los hombres, no hay más". Para el resto de la colonia, la cual tenía en mente esa frase, se mostraban más comprensivos, pero escondían la comprensibilidad en esa frase.

En la casa grande, los tres hermanos de la Reina, desde el más grande al más pequeño, estaban casados, o al menos comprometidos, como es en el caso de Andrés. El mayor de todos, Jesús de la Reina, estaba felizmente casado con Clotilde y con una hija en común, Julia. La mediana de los de la Reina, Marta de la Reina, estaba casada con un marinero médico, Jaime Berenguer, sin hijos en común. El más pequeño de los tres, Andrés de la Reina, estaba comprometido con Begoña Montes, quién fue novia de Jesús en la adolescencia pero tras la aparición de Andrés en el mismo instituto de Jesús y Martas tras volver del internado, se enamoró perdidamente de Andrés y empezó una relación con el y están muy enamorados. Todos estaban por así decirlo, encaminados a formar una vida normal, normal en el sentido de ser hombre y mujer, como dice Damián, solo hombre y mujer, este les ha comido la cabeza a sus hijos de la misma manera e incluso un poco más con respecto a esa frase. Sus hijos estaban de acuerdo con su padre, pero no por estar de acuerdo no sabían la noticia sobre esa libertad. Jesús y Andrés no le tomaron mucha importancia a esa noticia, en cambio Marta, tuvo una sensación de felicidad extrañamente, pues ella ya estaba casada pero saber aquello le género ilusión de cierta manera, volviendo a sus quehaceres se le fue de la cabeza esa ilusión y retomó todo como antes, como si no hubiera pasado.

Una mañana soleada, con intención de seguir así el resto del día, levantó a Marta con una sonrisa en la cara, dejandola perpleja tras mirar el ventanal y ver el hermoso día, se levantó, cambió de bata a traje y bajó a desayunar. Andrés y Jesús aún dormían, no fueron ni 10 minutos que tardaron en bajar a desayunar con su comprometida y con su esposa y su hija. Ya todos abajo, sentados, esperaron al patrón, Damián de la Reina, para desayunar en familia.

Tengo hambre, no puedo ir tomando un sorbo de leche- le dijo Julia a su madre abrazándola- por favor, tengo mucha hambre, no puedo esperar- insistió.

Está bien, pero solo un sorbo, que nos conocemos y te bebes la leche de una vez-le respondió Clotilde.

Muy buenos días a todos- comentó Damián tras bajar las escaleras y sentarse en su respectiva silla- veo que estamos todos, hoy se me pegaron un poco las sábanas debo admitir.

Todos rieron y comenzaron a desayunar, algunos hablaban sobre el tiempo tan maravilloso que hacía, otros simplemente disfrutaban de su desayuno, y luego estaba Julia, que hacía un sonido fuerte al sorber la leche -Julia cariño, intenta sorber más suave- dijo Jesús- estás molestando al resto.

Si por amor fueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora