Cartas al amor

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Holaa!!¿Cómo están?¿Me echaban de menos? Espero que estéis bien, por aquí estoy tirando con los estudios que por el momento me van bien y puedo descansar un poco y ponerme a escribir que es lo que me gusta.
¡Hoy es día de música!! Venimos a tope, a las personas a las que les gusta mi historia, quiero pedirles perdón por no haber subido nada todo este tiempo, pero por motivos no me ha sido posible y agradezco vuestra paciencia y cariño. ¡Muchas gracias!

Ahora, sin nada más que añadir, os dejo con el capítulo.

Disfruten.

En la casa grande-

Fina estaba quedándose prácticamente dormida mientras le acariciaba el pelo a Marta, la cual no podía dormir porque estaba buscando la manera de sacar el tema de lo de la nota.

Miamor...tengo mucho sueño, discúlpame si me duermo, hoy ha sido un día agotador- dijo Fina, besando suavemente la comisura de los labios de Marta. Estaba un poco triste, pensaba que Marta no había leído la nota que le dio o que ni se ha tomado la molestia de sacarla de su bolso, de ahí la razón por la que estaba hablando en un tono un poco seco. También era por el sueño que tenía, pero principalmente era eso lo que le disgustaba.

Descansa mi sol, te quiero- Marta dio un beso en la sien a Fina, haciendo que ésta sonriera y se diera la vuelta para dormir, pensó que estaba molesta con ella y en seguida supo de qué se trataba.- Estaba pensando... mañana podríamos ir a desayunar a una cafetería de Toledo o Madrid y tomarnos unos suizos con chocolate, no son como los de mi madre pero seguro que están deliciosos- rió la rubia, esperando que Fina se girara y le dijera que si, quitando un poco el mal sabor de boca que tenía en ese momento.
Recibió el sonido de una respiración, de un leve ronquido. La morena había caído rendida tras darle las buenas noches.- Claro que quiero ir contigo a Extremadura de nuevo...- dijo la rubia, acurrucándose en el hombro de su dependienta, la cual tenía ya un sueño profundo- Descansa mi vida...

En casa de los Merino-

Luis entraba sigilosamente por la puerta para no despertar a nadie, rozaban las 23:55 de la noche y todo permanecía silencioso y oscuro. Trató de prender la lámpara del recibidor para poder ver algo.

Ya con las cosas colocadas, desde las llaves en su cajón hasta el abrigo colgado en el perchero, comenzó a subir escaleras arriba.- mierda, las luces- a mitad de escalera sintió el calor de la luz proveniente de la entrada, por lo que volvió a bajar para apagar la lámpara.

Logró llegar a su cuarto con cautela, cerrando la puerta poco a poco entrecerrando un ojo con la esperanza de no alarmar a nadie. Y así lo hizo.
Desabrochó su corbata y zapatos y se acostó sobre su cama, cerrando los ojos, feliz de estar ya en casa, había sido un día lleno de emociones, demasiadas para el perfumista. Lo que si tenía claro es que quería ir a dar ese paseo con Rafa, costara lo que le costara.



- A la mañana siguiente -

Fina despertaba dulcemente después de haber tenido uno de los mejores descansos nocturnos que había tenido desde su llegada de París.
Estiró sus brazos, acostumbrándose a la claridad del sol que provenía desde la cristalera de la ventana y el balcón. Buscó el redondo sol con la mirada y le sonrió como si èste la pudiera ver. Miró a Marta, la cual estaba dormida todavía, dormida pero sonriente, o así se apreciaba desde fuera, la rubia tenía ambos ojos cerrados y una sonrisa dibujada en su boca. Fina dibujó una sonrisa igual que la de Marta en su rostro, sintiendo paz y tranquilidad de saber que estaba con ella, solas en una habitación en la que nadie más que ellas podía entrar. La morena besó la frente de Marta, levantándose poco a poco y dirigiéndose al sofá de enfrente de la cama, quería aprovechar para leer el libro de Madame Bovary que le había regalado Marta en Extremadura.

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Carmen despertaba con la misma sonrisa que había dibujada en el rostro de Marta, sabía que hoy podría tener su merecido descanso junto a su marido viendo un recital para luego pasear por las calles de Madrid como toda una señora.

Buenos días miamor lindo- dijo Carmen, besando a Tasio en la mejilla, despertandolo- hay mi vida, estoy deseando ver ese recital contigo- abrazó a su marido muy fuerte, transmitiéndole su emoción.

Buenos días al menos ¿no?- dijo Tasio, abriendo los ojos cansado y frotándoselos con ambas manos.

Ay si, buenos días mi vida. Anda levántate y dúchate en lo que yo preparo el desayuno- la andaluza besó a su marido, esta vez en los labios para posteriormente levantarse y cambiarse la bata por un traje normal de estar por casa- voy a preparar huevos revueltos y tortitas, que se que es tu desayuno favorito.

Pero...Carmencita hija espera- Tasio estaba tan dormido que apenas escuchaba lo que decía su mujer- ¿qué dices de recital?- preguntó bostezando, mirándola ya vestida.

El recital Tasio, al que íbamos a ir hoy. Anda, levántate y dúchate que no podemos llegar tarde, que tenemos que ir elegantes y perfectos- Carmen dio un mini salto para luego besar a su marido agarrándolo de las mejillas e irse a la cocina.

La madre que me...- Tasio sonrió a su mujer mientras asentía con la cabeza con lo del recital.
Al irse Carmen recordó que no llegó a ir a Madrid a comprar las entradas porque estaba molesto con Luis y Rafael y no lo tuvo en mente. Ahora solo quedaba ir a Madrid a comprar dos entradas para poder ver el recital.
Si es que no se habían agotado ya, claro.






¡Hasta aquí el capítulo de hoy! Ha sido más corto que otros, pero es una alegría poder haber escrito este pequeño capítulo, esta semana espero poder subir 1-3 capítulos. Espero que os haya gustado.

¿Qué hará Tasio con las entradas?¿Le dirá a Carmen que no las ha comprado?

¿Que pasará después de ese paseo por Toledo-Madrid de Rafa y Luis?

¿Qué harán en Extremadura Marta y Fina?

Lo sabremos en los próximos capítulos. Pasen feliz día, tarde o noche.

Os quiero 🫶🏻.














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