Holaa!¿Cómo están? Espero que bien. Nos volvemos a ver después de un tiempito mis queridos lectores y lectoras. Hoy es día de música!! Me encantan los días de música, no me cansaré de decirlo.
Ahora sí, os dejo con el capítulo.
Disfruten.
Carmen estaba un poco mosqueada, bueno, perdida más bien, estaba sentada en la mesa de la cocina, tomando su café y probando un trozo de las tortitas que le preparó a Tasio.
El moreno bajó las escaleras de la casa con sigilo, tratando de no alarmar a su mujer. Se acercó a ella aprovechando que estaba de espaldas a las escaleras y le tapó los ojos con las manos, suavemente.
-¿Quién soy?
- Si no eres el que cobra el alquiler...
-Muy alegre tú. ¿Quién soy?
- Pue quien vas a ser. Tasio, el hombre de mi vida.
Tasio le destapó los ojos y le dió un beso, caminando hasta el centro de la cocina para coger unas tortitas y la jarra de café para servirle a su mujer (y a él también). Se sentó en la mesa y le sirvió café a su mujer, mostrando una sonrisa nerviosa.
A tí te pasa algo- dijo Carmen, notando la expresión facial de Tasio- ¿Pasaste una mala noche?- preguntó, tomando una tortita del plato de Tasio.
Pero que son mis tortitas- se quejó Tasio al ver que la andaluza tomó una pieza de su comida- bueno, no, no pasé mala noche no, solo que me duele un poco la cabeza, nada más allá de lo normal vamos.
Ajá...- Carmen dudó, pero prefirió no darle mucha importancia- Bueno, ahora te tomas algo para ese dolor de nada y nos vamos pal recital, que tengo unas ganas de verlo que vamo, me comería tú plato y tres más de comida.
En la casa grande-
Uf...- Marta suspiró aliviada, por un momento pensaba que Andrés podría haber visto a Fina o alguna cosa fuera de lo normal. La rubia fue hasta el baño y abrió la puerta- ya marchó, puedes salir.
La morena miró la habitación desde el baño, percatándose de que no había nada ni nadie, luego salió del baño y se sentó en el sofá que había en la habitación.
-Marta, ¿Tú crees que se habrá dado cuenta?
-No, que yo sepa, no noté ninguna expresión fuera de lo normal en la cara de mi hermano. Ahora lo que tengo que mirar es como vas a bajar a desayunar y demás, no saben que estás aquí y no podemos correr el riesgo de decir que entraste antes ni mucho menos que dormiste aquí.
Tienes razón. En cuanto al desayuno, no tengo mucho apetito sinceramente, baja tú a desayunar, yo te espero aquí, tenemos que cuadrar la hora a la que nos veremos en la parada de buses de Madrid, ya sabes, para ir a...
-Extremadura, si. ¿Estás segura de que no quieres ni que te traiga nada para comer?
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Si por amor fuera
RomanceDos almas confundidas destinadas a estar juntas, tanto, que conectan hasta en los sueños. Es posible ser felices unidas, pero a la vez es complicado. Damián de la Reina no acepta la situación de libertad a pleno 1998. Tendrán que abrir los ojos y de...