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Durante el GP de Mónaco, Max Verstappen se reencuentra con alguien que solía ser una parte importante en su vida. Lo que comienza como una conversación casual se convierte en una noche que podría cambiarlo todo.
Mónaco, la noche antes del GP. Max asiste a una elegante gala organizada por su equipo. Las luces eran brillantes sobre el puerto, el ambiente está adornado con lujos y exclusividad. Max, iba vestido de negro, se siente fuera de lugar en medio de todos los lujos. Mientras conversa con un grupo de colegas, su mirada se desvía hacia la entrada, donde una figura conocida capta su atención.
-No puede ser... ¿Luisa?- dijo con una voz baja con tono de sorpresa y confución.
Luisa, una antigua amiga de la familia y su primer amor, entra al salón con elegancia. max, sin pensarlo dos veces, se excusa y se dirige hacia ella.
-¿Luisa? No puedo creer que seas tú. ¿Qué haces aquí?- dijo sonriendo con incredulidad.
-Max... Ha pasado mucho tiempo. estoy aquí por trabajo, tomando fotos de la gala y de algunos eventos para el GP. No esperaba verte aquí tampoco- dijiste sonriendo tímidamente.
-Es Mónaco, siempre es un lugar de encuentros inesperados. Pero verte aquí es... increíble- dijo con una risa suave.
-Parece que te va bien. He estado siguiendo tus carreras, has logrado mucho desde la última vez que nos vimos.- dijiste
-Sí, pero el precio fue alto. He tenido que dejar muchas cosas atrás... incluyéndote a ti- dijo con una mirada seria.
-Ambos tomamos decisiones, Max. Eras tan joven y ambicioso... No había lugar para nosotros en ese momento- dijiste bajando la mirada.
-Pero siempre pensé en ti. Me preguntaba cómo estarías, si alguna vez te arrepentiste de cómo terminaron las cosas- dijo susurrando.
-No fue fácil. Pero aprendí a seguir adelante... aunque, si soy honesta, siempre me pregunté qué habría pasado si las cosas hubieran sido diferentes- dijiste con un suspiro.
-Quizás no sea demasiado tarde para descubrirlo- dijo mirándote fijamente.
-Max, nuestras vidas han cambiado tanto. Nuestros mundos son opuestos. No sé si podemos volver a lo que teníamos- dijiste con una sonrisa triste.
-No quiero volver atrás. Quiero poder crear algo nuevo, algo mejor. Si me das la oportunidad, te prometo que no te arrepentirás- dijo acercándose con voz suave.
-Max... No sé si estoy lista para esto de nuevo- dijiste con una mezcla de esperanza y miedo.
-no tienes que decidir ahora. Solo pasemos la noche juntos, como solíamos hacerlo. Hablemos, riamos... veamos si todavía somos nosotros- dijo tomando su mano suavemente.
-Está bien. Pasemos esta noche juntos y veamos qué nos depara el destino- dijiste mirando sus manos entrelazadas, y luego a sus ojos.
Max y Luisa caminan por las calles iluminadas de Mónaco, alejándose del bullicio de la gala. Hablaban de todo y de nada, redescubriendo la comodidad y la química que siempre compartieron.
-¿Recuerdas cuándo solíamos soñar con correr por estas calles algún día? Y ahora, aquí estamos- dijo con una risa genuina.
-Sí, lo recuerdo. Siempre supiste que llegarías lejos. Y mírate ahora, a punto de competir por el primer lugar en el circuito más prestigioso de todo el mundo- dijiste sonriendo.
-Y sin embargo, esta noche, todo lo que quiero es estar aquí conmigo. Tal vez sea el momento de perseguir un sueño diferente, uno que nos incluya a los dos- dijo mirándola con ternura.
-Max, esta noche está siendo perfecta, pero ¿qué pasará mañana?¿cómo encajaremos en nuestras vidas tan diferentes?- dijiste deteniéndote, mirando el puerto iluminado.
-Mañana es un nuevo día, y lo enfrentaremos juntos. No sé cómo será, pero estoy dispuesto a intentarlo si tú lo estás- dijo tomando tu rostro entre sus manos.
-Entonces, intentémoslo. Una vez más- dijiste susurrando.
Max la besó bajo las estrellas, un beso que promete un nuevo comienzo, una nueva historia, una nueva vida que están listos para escribir juntos.
Al día siguiente, mientras Maz se prepara para la carrera, siente una nueva calma en su interior. Sabía que ganar el Mónaco siempre había sido su sueño, pero ahora, había algo más, alguien más, que hacía que todo valiera la pena. Al cruzar la línea de meta, sus ojos buscan a Luisa en la multitud, y cuando la encuentra, sabe que ha ganado más en su vida que en una carrera.
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- Awadelemon