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...


El sol comenzaba a ocultarse detrás de las colinas, tiñendo el cielo de un suave tono anaranjado. El paddock esta muy tranquilo, después de un día intenso de prácticas libres. La mayoría del equipo ya se habían ido al hotel, y solo quedaban algunos mecánicos revisando los monoplazas y ajustando detalles para el siguiente día. Lando, como siempre, parecía estar relajado, hablando animadamente con su ingeniero, aunque ambos parecían estar bromeando más de lo que discutían sobre las estrategias del día siguiente.

Estabas parada al otro lado del box, observando como Lando hablaba con tanta facilidad, siempre relajado y con una sonrisa. Sin embargo, sabías que detrás de esa sonrisa y apariencia relajada había una persona que se tomaba muy en serio lo que hacía. Era uno de los pilotos más jóvenes de la parrilla, y eso ponía más presión sobre él.

-¿Disfrutando del espectáculo?- la voz de Lando te sacó de tus pensamientos.

No te habías dado cuenta de que se había acercado. Lando te miraba con una sonrisa juguetona, ese expresión que siempre parecía hacer todo más ligero.

-Estaba viendo cómo intentabas parecer profesional mientras hacías chistes con tus mecánicos- contestaste, cruzando los brazos con una sonrisa.

Lando soltó una risa, pasándose una mano por su cabello desordenado.

-¿Intentaba? ¡Soy todo un profesional! Lo que pasa es que hay que mantener las cosas divertidas o todo se vuelve demasiado serio y aburrido- Hizo una pausa, mirándote más detenidamente - ¿Qué tal tú? Te ves un poco pensativa.

Suspiraste, no porque estuvieras realmente preocupada, sino porque habías estado dándole vueltas a algo en tu cabeza todo el día.

-Nada importante. Solo... pensando en cómo manejas todo esto. La presión, las expectativas, la prensa. Siempre pareces tan tranquilo.

Lando alzó una ceja y se apoyó en una de las cajas de herramientas, cruzando los brazos.

-Oh, claro, soy el rey de la tranquilidad- dijo con un tono sarcástico, aunque con una sonrisa -La verdad es que, por dentro, a veces siento que voy a explotar. La presión es real, no lo voy a negar. Pero he aprendido a vivir con ella. Y aveces las bromas ayudan. Mantienen las cosas en tranquilidad.

Asentiste, aunque sabías que Lando no siempre dejaba ver lo que realmente sentía.

-Me sorprende cómo lo manejas. Yo no sé si puedo o podría hacerlo.

Lando se encogió de hombros, como si no fuera gran cosa pero sus ojos mostraban algo más. Algo más profundo.

-Bueno, no soy invencible. Tengo mis momentos- Miró hacia el monoplaza, como si estuviera recordando algo - Hoy, por ejemplo, no fue mi mejor día. No di mi mejor vuelta en los entrenamientos, y eso me tiene dándole vueltas. Pero al final, no puedes dejar que eso te afecte demasiado, ¿sabes?.

Te mordiste el labio, queriendo decir algo que pudiera animarlo, aunque sabías que Lando era el tipo de persona que rara vez mostraba que necesitara ayuda.

-Lo que me gusta de ti- comenzaste, sorprendiendo incluso a ti misma con lo directamente - es que no importa que pase, siempre tienes una sonrisa en el rostro. Es... refrescante.

Lando te miró con una expresión que no habías visto antes. Era como si no esperara ese tipo de comentario de tu parte.

-¿Refrescante?- dijo con una sonrisa tímida - Bueno, no sé si lo había pensado así, pero gracias. Intento no dejar que las cosas me afecten demasiado. La vida es más que solo estar corriendo en el monoplaza por todo el mundo, ¿sabes? Aunque... - se acerco un poco a ti, como si estuviera diciéndote un secreto - A veces no es tan fácil; hay días en los que quisiera simplemente desaparecer un rato, alejarme de todo.

Te quedaste callada, asimilando lo que había dicho. Nunca lo habías escuchado hablar así antes. Siempre era el Lando risueño, sonriente y bromista, pero hoy te estaba dando a saber que tiene un lado más profundo.

-¿Por qué no lo haces?- le preguntaste - Quiero decir, tomar un respiro de vez en cuando no tiene porque ser malo. Te lo mereces.

Lando sonrió, pero esta vez su sonrisa fue más suave, más sincera.

-Sí, tal vez debería. Pero no es tan sencillo como se escucha- te miró a los ojos, como si buscara algo en ti - Aunque... si tuviera una buena compañía, tal vez podría hacerlo.

Tu corazón dio un brinco ante la insinuación. Sabías que él estaba siendo medio bromista, como siempre, pero había algo en su tono que te hizo pensar que tal vez había más detrás de sus palabras.

-¿Estás insinuando que debería ser tu compañía para una escapada secreta?- preguntaste un poco nerviosa, tratando de mantener un tono ligero.

Lando se rió y asintió.

-¿Por qué no? Podríamos escaparnos a algún lugar lejos de todo este mundo de las carreras, solo nosotros dos, sin cámaras, sin presión, sin prensa. Solo... siendo nosotros.

Tu sonrisa se desvaneció un poco ante la seriedad en sus ojos. Estaba bromeando, sí, pero al mismo tiempo, no lo estaba. Sentiste un nudo en el estómago, porque sabías que, si lo propusiera en serio, probablemente dirías que sí.

-Tendría que ser un lugar con una muy buena conexión a internet- dijiste, tratando de aliviar la tensión con una broma - No creo que puedas sobrevivir sin tus videojuegos o instagram.

Lando soltó una carcajada, pero sus ojos todavía brillaban con esa chispa de emoción que siempre tenía.

-Eso es cierto, no puedo estar mucho tiempo sin ellos. Pero, en serio... - Su tono cambió ligeramente, más suave -Creo que me vendría bien alejarme de todo por un tiempo, y no puedo pensar en una mejor compañía que tú.

Te sonrojaste por su comentario, y aunque intentaste disimularlo, sabías que Lando lo había notado.

-Yo... no sé qué decir.

-No tienes que decir nada. Solo piénsalo- dijo él, dándote un suave golpe en el brazo antes de volver a sonreír con su típica picardía - Pero ten en cuenta que una vez que me comprometa con una escapada, no hay vuelta atrás.

Ambos se rieron, pero en el fondo sabías que había algo más que simple broma en su tono. La idea de escaparte con él, lejos de todo, comenzaba a parecer más atractiva de lo que habrías admitido.

Lando te lanzó una última mirada, antes de caminar hacia el monoplaza para revisar los últimos detalles para el día siguiente. Sabías que esta conversación no había terminado. Era solo el comienzo de algo que, en el fondo ambos sabían que estaba destinado a suceder.


...


-Awadelemon

One Shots - Fórmula 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora