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Había sido otro día frenético en el paddock. Carlos acababa de asegurar otra victoria, pero esta vez la celebración no fue tan ruidosa. La lluvia comenzó a caer poco después de la carrera, enfriando el ambiente. Aunque la adrenalina aún corría por sus venas, Carlos necesitaba un momento a solas para procesar todo lo que había sucedido. Como siempre, sabías que lo encontrarías en el garaje cuando todos los demás ya se habían ido.
Te acercaste a él en silencio, viendo cómo repasaba los datos de la carrera en su tablet. Estaba absorto, pero parecía tranquilo. Finalmente, rompiste el silencio.
-¿No vas a celebrar hoy?
Carlos levantó la vista y sonrió al verte. Era una sonrisa cansada, pero genuina.
-Lo he hecho. Ya sabes, con el equipo, un par de fotos, las típicas entrevistas. Ahora necesito algo de paz.
Te sentaste a su lado, tomando un par de herramientas que estaban sobre la mesa y jugueteando con ellas.
-Pensé que nunca te cansabas de ganar.
Carlos soltó una risa suave y dejó la tablet a un lado.
-No me canso de ganar. Pero hoy ha sido... diferente.
-¿Diferente cómo?
Carlos suspiró, como si estuviera pensando en cómo explicarse.
-Es difi3cil de decir. A veces, las victorias no se sienten tan dulces cuando sabes que, al final del día, sigues luchando contra algo más. Algo que no tiene que ver con la pista.
Te quedaste en silencio por un momento, esperando que continuara. Carlos siempre había sido reservado con sus emociones. Como piloto, se mostraba fuerte y casi indestructible, pero tú sabías que había mucho más detrás de esa fachada.
-Carlos... ¿qué está pasando?
Él te miró por un largo momento, como si estuviera debatiendo si debería contártelo o no. Al final, dejó escapar un suspiro largo y habló.
-No lo sé... A veces siento que estoy atrapado en este ciclo. Cada carrera es un reto, pero también es como si todo el mundo esperara que yo siempre sea el mejor, que siempre gane. Y cuando lo hago, no siento esa satisfacción que debería- Se pasó un mano por el cabello mojado, claramente frustrado - Y luego está esto... lo que siento cuando tú estás cerca.
Te quedaste helada ante su última confesión. No esperabas que Carlos fuera tan directo, por un momento no supiste cómo responder.
-Carlos...- dijiste sorprendida -¿De qué estas hablando?
Carlos se puso de pie, alejándose un par de pasos, como si necesitara espacio para ordenar sus pensamientos.
-Es complicado. Yo no quería que esto sucediera, pero cada vez que estás cerca... todo lo demás desaparece- se giró hacia ti, sus ojos intensos clavándose en los tuyos -He intentado ignorarlo. No quería poner en riesgo nuestra amistad, pero ya no puedo seguir fingiendo que no siento nada por ti
Te quedaste sin palabras. Carlos Sainz, el ahora campeón del mundo de Fórmula 1, estaba confesando sus sentimientos por ti, y no tenías idea de cómo procesarlo.
-Carlos, no sé que decir- Finalmente lograste hablar, sintiendo que el corazón te latía con fuerza.
Él dio un par de pasos hacia ti, sus ojos nunca dejando los tuyos.
-No tienes que decir nada. Solo quiero saber si tú... alguna vez me has pensado de una manera diferente, no hablo como amigos, ¿alguna vez has pensado en nosotros de la manera romántica?
Sabías que Carlos no era del tipo que se abría fácilmente a hablar con las personas. Había pasado años haciendo creer a la gente que era alguien con mucha fuerza y control, y verte a ti era como una grieta en esa armadura que había construido. Te diste cuenta de que ese momento era raro, donde él estaba completamente vulnerable ante ti.
Respiraste hondo, sabiendo que no había vuelta atrás.
-Carlos, yo... no quería arruinar lo que tenemos. Pero sí, sí lo he pensado- Lo miraste a los ojos, esperando alguna reacción de su parte -Más de lo que debería, creo.
El alivio en el rostro de Carlos fue notable. Su rostro relajado, la tensión que había cargado desde que había comenzado la conversación, desapareció en ese instante. Él dio un paso más cerca de ti, esta vez sin dudarlo.
-No tiene idea de lo que eso significa para mi, poder oírte decir eso- murmuró casi en un susurro.
Antes de que pudieras responder, sentiste sus manos rodeas las tuyas. El tacto de sus dedos era cálido, a pesar del frío que traía la lluvia de afuera. Carlos te miró como si el tiempo se hubiera detenido, y luego, lentamente, te acercó hacia él.
-No quiero que esto cambie lo que somos- dijo suavemente, como si tuviera miedo a arruinar el momento - Pero no puedo seguir escondiendo lo que siento por ti.
El silencio se alargó entre ustedes, las palabras se quedaron en el aire mientras ambos procesaban lo que estaba ocurriendo. Y entonces, antes de que pudieras pensarlo, te acercaste a él, inclinándote hacia sus labios.
El beso fue suave, lleno de la tensión acumulado de semanas, meses, hasta quizás años, de los sentimientos que los dos tenían. Carlos te sostuvo con firmeza pero también con ternura, como su temiera que te pudieras desvanecer. Cuando se separaron, ambos estaban sin aliento, mirándose como su hubieran descubierto algo que siempre había estado allí pero nunca se atrevieron a admitir.
-Esto puede complicar un poco las cosas- dijiste con una pequeńa sonrisa.
Carlos sonrió también, su típica sonrisa que enamoraba a todos.
-Tal vez. Pero creo que podemos manejarlo.
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Espero que les haya gustado. Voy a estar actualizando los Lunes y Viernes, esperen los siguientes, tqm.
- Awadelemon