Hoy Y Siempre // Kivi OT 2023

Capítulo 42: Dejar de latir al mismo compás

No pov:

Jueves, 17:05 p.m

Violeta entra a la consulta de Claudia, le tiemblan las manos y no cree que su caminar sea muy normal. Está nerviosa. Demasiado.

Claudia la ve entrar y, con una sonrisa cálida que logra en cierta parte tranquilizar a Violeta, se levanta a abrazarla.

La pelirroja de inmediato le devuelve la genuina sonrisa que le sale nada más verla.

Se abrazan de una manera efusiva, como el reencuentro lo requiere. Violeta reposa su cabeza en el hueco que hay entre el cuello y el hombro de Claudia, se deja abrazar y la contraria la abraza de verdad, sabiendo su necesidad.

Al abrazo se le suman unas cuantas caricias por parte de la psicóloga en la espalda de la de Motril, provocando que a esta última se le empañe la vista por culpa de las lágrimas que amenazan con salir, haciendo que, por acto reflejo, cierre los ojos con fuerza, se calle los sollozos y los cambie por suspiros involuntarios.

- Cuánto tiempo, Vio. - La voz dulce y susurrada de Claudia entra en los oídos de Violeta como si de una suave melodía se tratase.

Se separa para poder mirarle a la cara. Las manos de Claudia van a sus mejillas, las acarician con ternura y Violeta cree que le duelen los pómulos de tanto sonreír. Las lágrimas amenazan con salir, haciendo que le escuezan los ojos de tanto retenerlas.

- Estás guapísima. - Alaga la psicóloga y provoca una risita en la pelirroja.

Ella también está muy cambiada, piensa Violeta. Ahora es rubia, teñida supone ella. Siempre había bromeado con teñirse al llegar a los 50, al parecer no había quedado como coña. Sus ojos azules calan a Violeta, la observan de arriba a abajo, siente que con su mirada puede leerla, y le da miedo, pero también ternura. Es bonito que alguien te conozca a tal punto que, con solo mirarte, pueda saber lo que te pasa.

"Lo que me pasa a mí con Kiki" piensa la pelirroja.

- Tú también estás cambiada. - Su voz tiembla. Pero supone que es normal. El reencuentro ha sido emotivo.

- Hombre, he cambiado a mejor, ¿a que estoy más guapa? - Bromea la psicóloga y logra arrancar una carcajada de lo más profundo de Violeta.

- Muchísimo más. - Violeta sigue la broma. No es mentira. Para tener sus años, se mantiene bastante bien.

- ¿Quieres que nos sentemos a hablar? - Claudia tantea el terreno, se separa definitivamente de Violeta y, al ver cómo ella asiente con la cabeza, se sienta en un pequeño sofá individual que hay junto a otro más grande.

La pelirroja sigue sus pasos, sentándose ella en el sillón más grande. No recordaba que fuese tan cómodo, pero sin duda lo es. Se recoloca en una posición que le ayude a estar más cómoda, pero sus nervios hacen que su objetivo sea complicado.

Suspira y mira a Claudia con una sonrisa, esta vez no tan genuina.

Coge uno de los cojines que en el sillón reposa y se lo coloca sobre su regazo, poniendo a su vez sus propias manos entrelazadas sobre él. También es bastante cómodo, allí parecía serlo todo.

- Bueno, ¿qué te ha traído a pasarte por aquí de nuevo? - Cuestiona Claudia mirándola directamente, siente que su mirada la traspasa y puede canalizar todas y cada una de sus emociones.

- Todo.

- ¿Todo? - Repite ella, bastante desconcertada por su respuesta.

- Sí, todo. - Violeta no parece querer responder algo más claro. Sino todo lo contrario, todo lo que dice confunde cada vez más a la psicóloga.