«Advertencia⚠️⚠️⚠️: Este capítulo podría contener agresividad, acoso y violencia que podría perturbar a algunos lectores, si eres sensible a esto eres libre de saltarlo, no es obligatorio leerlo si no estás cómodo, evita comentarios ofensivos al respecto pues por eso se puso una advertencia al inicio, por su comprensión, gracias»
Dios apretó su agarré en la cadera de Amma pero sin llegar a lastimarla, pero atrajo más a Amma por el mentón, acercando sus labios cada vez más a los de ella.
- No -Murmuró Amma.
Dios la miró a los ojos, ella sentía como si le faltara el aire.
Dios volvió a acercarse y ella cerró los ojos y apretó la mandíbula, no lo quería cerca, eso era un hecho.
- ¿Volverás a cuestionarme?
Ella negó rápidamente y Dios la soltó abruptamente lo que causó que cayera.
- Levantate -Ordenó.
Ella tomó un respiro profundo antes de empezar a levantarse con lentitud.
Ella solo sentía odio y repulsión por él, pero hasta eso era confuso por la niebla que le rodeaba cualquier sentimiento o pensamiento negativo de él.
Dios se cruzó de brazos y volvió a mirarla de arriba a abajo.
- Supongo que así estás bien, vamos -Dijo empezando a caminar.
Ella lo siguió por detrás, se sentía como un perro faldero y eso la hacia sentir asqueada.
Dios llegó a una sala llena de angeles y los arcángeles Miguel, Uriel, Gabriel, Raphael, Jophiel, Ariel, Cassiel, Ambriel, Raziel, Chamuel, Kerubiel y Azrael.
Cuando Dios entró a la sala todos se callaron y lo miraron con devoción, respeto y cariño, pero luego miraron a Amma, el rostro de todos ahí cambió a uno de confusión, lastima y sorpresa.
Dios notó estás miradas y fulminó a todos en esa sala, lo que rápidamente extinguió el interés de todos por Amma, salvo Azrael.
- ¿Para que nos llamaste? -Preguntó Raziel.
Dios les indico que le dieran un momento y luego miró a Amma.
- Espera afuera
Amma miró a su entorno una última vez y luego salió y cerró la puerta tras de sí.
- Malnacido... -Murmuró.
Aprovechó la junta de dios para divagar por el perímetro, pero solo se encontró con lo mismo, unas blancas paredes con bordes dorados y unas lámparas de techo que parecían de ensueño.
Por estar distraida chocó con alguien.
- Disculpa -Dijo ella antes de mirar con quién chocó.
Era un ángel, parecía joven y de su edad, tenía los ojos azules y los cabellos rubios, unos labios rosas y una piel pálida.
- Disculpa, no te he visto por aquí antes -Dijo mirándola de arriba a abajo.
Ella tubó un mal presentimiento de él y tomó distancia ligeramente.
- Oh, no temas querida -Dijo mientras rodeaba su cintura con un brazo.
- Quítame tus manos de encima
Él ángel se hizo el sordo y apretó más el agarré.
- Hace tiempo que no veo un alma tan pura sin ser tocada -Dijo presionandola contra una pared cercana.
Ella empezó a empujarlo pero él era mucho más fuerte que ella.
- No temas, no pasará nada, no si no gritas -Dijo susurrandole al oído.
Amma temblaba, como ella pasaba siempre casi inperseptible, había evitado el acoso en vida, es extraño que le tocara experimentarlo en muerte.
Él ángel sonrió ante su temblor y empezó a deslizar sus labios por el cuello de Amma sin llegar a besarlo todavía, Amma cerró los ojos por el miedo y el asco que él le daba.
Amma seguía intentando apartarlo, luchaba con todas sus fuerzas y estaba al borde del pánico, se había alejado demasiado de la sala por lo que intuyó que no la escucharían.
«Por favor, quién sea, alguien ayúdeme»
Por fin sintió que él se apartaba y cuando abrió los ojos pudo ver qué otros dos ángeles lo sujetaban de los brazos, uno de cada lado.
- Al abismo -Ordenó y los ángeles se lo llevaron mientras él rogaba por piedad.
Ella volteó a ver quién había dado la orden y se encontró con la mirada de Dios.
«Estoy muerta»
- ¿Dónde? -Preguntó mientras se acercaba a ella.
Ella entendió que se refería a dónde la había tocado, ni loca le decía, había escuchado este cliché lo suficiente para saber que pensaba.
- Ya no importa -Respondió evadiendo la pregunta.
- Responde la maldita pregunta -Dijo acorralandola contra la pared.
Amma volvió a sentir que la niebla volvía.
- En la cintura y el cuello -Contestó sin poder evitarlo.
Dios no preguntó más y puso sus labios en su cuello, primero como si la ofateara, después la mordió, Amma exclamó un poco por dolor, aunque no había sido mucho.
Dios se apartó y ella tocó su marca en su cuello mientras lo miraba con cautela.
- Eres mía, de nadie más, me perteneces, si otro te llega a tocar... Le arrancaré las alas -Le susurró al oído mientras ponía su mano en la cintura de ella.
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La Esclava De Dios
FantasyDespués de una vida tormentosa, termina en las garras del mismo ser que le puso ese destino con el que hace un trato para salvar a la única persona que le importa, solo hay una condición. "Me perteneces completamente" Pero ella lo odia y no se queda...