Planificación

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Amma paseaba de un lado a otro en su habitación, la conversación con Uriel le había dejado bastantes pistas, pero, sobre todo le había aclarado lo que tenía que hacer.

Liberarse de sus alas.

«Es extraño que todos usen las alas como símbolo de libertad y el las use como restricción a ella»

Ella suspiró y se acercó a mirar a la ventana, había bastantes ángeles volando por todas partes y caminando juntos mientras se mostraban satisfechos. Amma frunció el ceño ante esto.

«¿Es que no se dan cuenta?»

"En este plano o eres Azrael o eres un arcángel"

Ella suspiró, trataba de analizar las palabras de Uriel, se movía de lado a lado aún cerca de la ventana.

«Se ven muy gratos... ¿Me habrá mentido?, no, ¿Qué ganaría con eso?, ponerme aún más en contra de Dios, aunque Dios no necesita ayuda en eso, ¿Entonces?...»

Amma se detuvo en seco, analizando algo a profundidad, una pequeña probabilidad.

«Filtrar la conversación a Dios...»

Una vez aclarada la idea se apresuró a salir de su habitación, al hacerlo vió a un ángel (Tal como se lo esperaba) el cual se le acercó.

- Señorita, no debe-

- Llévame con Dios -Le interrumpió, necesitaba comprobar si Uriel había abierto la boca.

El ángel se sorprendió un momento pero después asintió y la guío a través del laberinto de pasillos, Amma tuvo que cubrirse el cuello con el cabello que le llegaba a poco más de los hombros para no ver su marca, le causaba repulsión y asco.

Finalmente el ángel se detuvo frente a las doradas puertas de Dios.

- Espere aquí, daré aviso

Amma asintió y vió al ángel perderse tras las puertas, mientras tanto se mentalizó para verlo y que se le revolvieran las tripas mientras tenía que mantener un perfil bajo.

El ángel salió con cara preocupada y la miró.

- Dijo que no quiere ver a nadie

Amma frunció el ceño, luego se acercó al ángel pero este retrocedió, ella entendió al instante.

Miedo.

El ángel parecía joven e inocente al tiempo que tímido.

Ella levantó la mano y acarició su cabeza, esto lo calmó lentamente.

- ¿Le dijiste que estoy aquí?

- No me dejó hacerlo

- Bien... ¿Puedes ir por un poco de agua?

El ángel asintió y se fue por el agua, dejando a Amma frente a las puertas doradas sin vigilancia.

No lo pensó dos veces antes de entrar de un portazo, con aura de seguridad.

Dios estaba escribiendo algo en su escritorio, no levantó la mirada y pronto Amma pudo sentir su molestia.

- Dije que no me molestarán -Dijo con voz fría y dominante.

Amma ahora entendía al ángel, era de esos que parecían un pequeño ratoncito, se asustaban con facilidad los pobresitos.

- No quiero irme -Dijo con voz neutral.

Dios levantó rápidamente la mirada al oírla y luego sonrió de una manera que a Amma le dió asco, pero se vió reprimido por la neblina.

- ¿Qué te trae por aquí? -Dijo con una voz tranquila mientras dejaba todo de lado para acercarse a ella. - Pensé que me odiabas...

«No lo dudes»

- Vine porque estoy aburrida y no me dejan salir de mi habitación a menos que sea para verte

- Mmm, supongo que debes sentirte oprimida, ¿Quieres pasar el rato conmigo?

«Oh, me encantaría pasar tiempo contigo... Para verte morir»

- No, pareces ocupado -Dijo echando un vistazo al escritorio de Dios que era un desorden de papeles. - Busco la biblioteca

Dios asintió y llamó a un ángel, llegó entonces el pequeño ángel que Amma había mandado a otro sitio.

- Lleva a Amma a la biblioteca

- Si mi señor -Dió una pequeña reverencia y luego miró a Amma. - por aquí

Al llegar miró a los lados y el ángel se quedó afuera.

«Que idiotez, claro que no abrió la boca, ¿En qué le hubiera beneficiado?, además de que si me quisiera causar problemas no me hubiera dado tanta información»

Empezó a caminar por los pasillos, viendo los títulos de los libros.

«Necesito encontrar una manera de quitarmelo de encima»

Empieza a ojear unos libros al azar.

«Necesito un plan...»

Sonrió ante la idea que se le vino a la mente inmediatamente.

«Haré que se confíe... Necesito que baje la guardia... Lo convenceré de que no necesito la marca... Pero ¿Y después qué?»

Suspiró y cerró un libro con frustración para después dejarlo en su lugar y pasar al siguiente.

Este tenía unos cuernos en la portada y en ella se formó la respuesta.

«Liberaré a Lucifer... Lucifer solo quería libertad... Tal vez él pueda concedermela...»

Ella anotaba en una libreta los pasos para no olvidarlos.

1- hacer que baje la guardia (importante no bajarla yo igual)

2- liberarme de mis alas

3- descubrir como llegar al abismo (improvisar)

4- buscar a Lucifer y asegurarselo como aliado (si no... Reformular el plan)

5- obtener libertad y liberar al cielo (¿Los ángeles me odiarán?)

6- ¿?

Amma suspiró, ¿Que haría cuando cumpliera su objetivo?.

Simplemente cerró la libreta y la escondió, tenía tiempo, ya lo decidiría después.

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