- Dios solicita su presencia -Dijo el ángel que ya la venía vigilando un tiempo.
Habían pasado unos días desde el jardín de rosas y la charla con Azrael, desde entonces, veía a Dios casi a diario y siempre estaba en la biblioteca investigando sobre el cielo, Dios, los arcángeles y el abismo.
Aunque no había tenido tantos avances como le habría gustado se abstuvo de perder la esperanza y seguía buscando.
«Respira, Amma, Respira»
- Guiame
El ángel asintió y la empezó a orientar por los pasillos.
- Por cierto, nunca pregunte tu nombre
- Myret
- Myret... Es un nombre interesante
Myret le sonrió y la dejó frente a la puerta de Dios.
Amma suspiró profundamente antes de entrar con una expresión neutral, había adquirido práctica en eso.
«Sí Uriel abrió el hocico juro que lo desplumo»
- Al fin llegas, tengo algo que mostrarte, acércate -Pidió desde su escritorio.
«¿Qué calamidad dejaras caer en el mundo ahora?»
Amma se acercó a paso lento pero decidido, no podía dejar que él pensara que la hacía dudar porque no era así.
Con cada día que pasaba encerrada y con una neblina haciendo estragos en su cabeza, su determinación crecía cada vez más, logrando disipar la neblina un poco cuando aparecía.
Ella miró un par de bocetos en el escritorio de Dios, unos bocetos de un salón de baile.
«Se acerca el día...»
- Me parece vintage
Dios soltó una carcajada y si no hubiera sido por la neblina ella lo abría fulminado con la mirada.
- Entonces estoy haciendo un buen trabajo
- ¿Para qué es? -Dijo con aparente inocencia.
- Oh, claro, supongo que no sabes, cada tanto se organiza un baile
- ¿Para?
- Nomás, es relajante y el ambiente nos da fuerzas para seguir
- ¿Aquí también se tiene agotamiento emocional?
- Amma, ¿Recuerdas que estando viva había días donde estabas cansada a pesar de dormir bien y todo?
Amma miró a otro lado rememorando su vida y luego lo miró y asintio.
- Es porque tu alma estaba agotada
- Entiendo... Entonces hacen esto para... ¿Sanar su alma?
- Se podría decir, si
Amma asintio y volvió a mirar el salón.
«Tu puedes Amma, apunta al corazón»
- Supongo que es solo para ángeles... ¿Verdad? -Dijo con tono triste y apartando la mirada.
Dios se tensó y la tomó del menton para que lo mirara.
- ¿Quieres ir mi pequeño angelito?
«Solo Tara puede llamarme así, madito»
«Controlate... Tu puedes»
- Si...
- Entonces puedes ir
- Pero no tengo nada que ponerme
- Lo tendrás
«Tu puedes, tu puedes, tu puedes»
Amma lo abrazó, Dios se tensó pero le correspondió el abrazo ligeramente, estaba algo pasmado y para aumentar su sorpresa Amma depósitó un beso en su mejilla.
- Gracias -Dijo Amma con una sonrisa tierna.
Dios aún pasmado asintió y ella salió de la oficina.
«Ahg, que puto perro asco»
Ella se limpiaba los labios como si en ellos hubiera el germen más asqueroso posible.
«Bueno, supongo que con eso basta por un tiempo... Espero»
Meneó la cabeza y se encaminó a su habitación junto a su ángel.
- Myret, ¿Qué sabes del baile?
- Oh, ¿Dios la invitó?, no me sorprende, el baile es el evento más grande del cielo, conversamos, bailamos, comemos
- Espera, ¿Ustedes comen?
- No lo necesitamos pero si, simplemente disfrutamos el sabor
- Entiendo...
- Si irá al baile me imagino que será como la pareja de Dios
- ¿Van en parejas?
- Regularmente
- ¿Ya tienes pareja, Myret?
Ella ángel negó desanimado y Amma le dió palmaditas en la espalda.
- Ya aparecerá la indicada, ten fe
Myret asintió y la dejó en la entrada de su habitación.
- Hasta pronto -Despidió el ángel.
Amma asintió y entró en su habitación algo agotada.
Después de todo, fingir querer a alguien te agota las todas energías.
Más si lo odias.
ESTÁS LEYENDO
La Esclava De Dios
FantasyDespués de una vida tormentosa, termina en las garras del mismo ser que le puso ese destino con el que hace un trato para salvar a la única persona que le importa, solo hay una condición. "Me perteneces completamente" Pero ella lo odia y no se queda...