Límite

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Azrael parecía sorprendido y consternado por la pregunta de Amma, volteó a verla con una mirada más suave.

Eso le confirmó tres cosas a Amma.

1- No alcanzó a llegar.

2- Hay más detrás de su muerte.

3- No puede decirle nada porque esta Dios.

Amma fingió no saber nada, ahora comprendía que Azrael podría ser un potencial aliado, así que se centró en no echar a perder su oportunidad.

- Bien, no me respondas, lo averiguaré yo misma -Dijo con frialdad, aunque eso parecío complacer a Dios.

- Oh, tan rebelde como siempre -Dijo Azrael guiñandole el ojo para después irse.

Dios suspiró y miró a Amma con una expresión ilegible.

- ¿El gato te comió la lengua? -Dijo con tono burlón, se sentía bien poder devolverle a Dios sus propias palabras.

- Muy graciosa... -Dijo empezando a caminar.

Amma se dió cuenta unos momentos más tarde pero había empezado a caminar tras él, no fue consciente, eso seguro.

Pasaron por un pasillo donde había un espejo y ella se detuvo a mirarse, intuyó que Dios también se había detenido o ella hubiera seguido caminando no importa cuanto se resistiera.

Miro la marca en su cuello, no había marca de dientes, era algo más parecido a lo que Azrael llamó "marca divina".

Era una marca de alas, las alas parecían haberse dibujado delicadamente con negro al contrario de como se plasmaron en ella.

Era una marca de alas, las alas parecían haberse dibujado delicadamente con negro al contrario de como se plasmaron en ella

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Ella miró la marca con odio, está vez la niebla no apareció, ella intuyó que era porque no era un odio dirigido a Dios.

«Me quita unas alas y me da otras, maldito hipócrita»

- Te queda bien -Dijo Dios apartando unos mechones negros del cuello de Amma para que ella pudiera apreciar mejor la marca.

Ella se tapó la marca y retrocedió de su toqué.

La mano de Dios quedó suspendida en el aire y él la cerró en un puño antes de bajarla y ponerla tras su espalda junto con la otra, después la miró a los ojos.

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