Lamentos de cenizas

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Azrael estaba recargado en la pared, mirando a los ángeles, parecía acostumbrado a los lamentos.

Cuando escuchó pasos acercarse solo volvió la mirada sin perder la tranquilidad.

- ¿Tienes lo que querías?

- Si... Eso creo

- Bien, vamos, es hora de irnos

Ella asintio y lo siguió por el enorme corredor de ángeles en agonía.

Ya no se aferró a él, no porque no tuviera miedo, sino porque empezaba a prestar atención a su alrededor.

Cuando llegaron al pié de la escalera un ángel pareció llamar a Dios.

Amma se alarmó y volteó a ver a la criatura que había gritado.

Cuando lo ubicó su alarma se disipó, se acercó al ángel, parecía haber despertado del transe y estar desorientado.

Se inco frente a él y este la miró con duda y miedo.

- ¿Donde estoy?

- No lo sé...

Él ángel intentó mirar a su alrededor pero ella lo detuvo, sabía que no era bueno para su estado mental tan frágil.

- ¿Cómo te llamas?

- Admon

- Admon... ¿Sabes lo que pasó aquí?, es que yo acabo de llegar

- Si acaba de llegar escondase, o él la encontrará y no va a tener piedad de su alma

- ¿Quién, Dios?

- ... Estábamos peleando... Él dijo que nos daría libertad...

- Shh... Tranquilo... Ya todo acabó...

En ese momento Azrael se puso al lado de ella, mirando al ángel con lastima.

- ¿Ganamos? -Preguntó con cierto temblor.

- Si... Ganaron... Fue una victoria total

Él ángel soltó un suspiro de alivio y empezó a sollozar, ella lo abrazó, él ángel parecía un niño pequeño y asustado.

- Ganamos... Podemos... Ser libres -Dijo con voz entrecortada.

- Ya son libres... -Susurró, no sabía por qué, pero tenía un nudo en la garganta.

El ángel poco a poco dejó de temblar, hasta que no se movió más, entonces se desvaneció entre sus brazos.

Ella los dejó caer y se quedó mirando la nada, las lágrimas amenazando con salir.

Azrael se agachó a su altura y se quedó en silencio un momento antes de poner su mano sobre su hombro.

- Esto pasa... Cuando un ángel lleva mucho tiempo en el abismo... Llega un punto en el que su mente no lo tolera más y... Perecen...

Ella se levantó sin decir nada y subió las escaleras con Azrael detrás de ella.

El ángel de alas negras los estaba esperando y cuando los vió venir no hizo ninguna pregunta, solo los llevó de regreso al cielo y desapareció de su vista.

Esta vez Amma no tuvo represalias y se quedó quieta viendo un árbol, estaba en el dominio de Azrael.

- ¿El abismo estaba lleno?

- Repleto

- ¿Cuántos quedan de la guerra?

- ¿Ángeles?, ese fue el último

Ella asintio en silencio y miró al suelo, simplemente inmóvil.

- ¿Puedes darme la campana?

Él se acercó, tomó suavemente una de sus manos, depositó la pequeña campaña en la palma de su mano y le cerró el puño alrededor de esta.

- Cuando me necesites... Estaré aquí...

Ella no dijo nada y se fue, dejando a Azrael solo en su dominio.

No supó por cuánto tiempo caminó, pero cuando llegó a la casa de Dios supo que algo andaba mal y se apresuró a entrar.

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Nt.A: Hola, estuve haciendo cálculos y creo...

Que esto lo puedo terminar para el capítulo 50, este es el capítulo 32.

¿Que les parece? ^^

Gracias por leer 💕 ✨

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⏰ Última actualización: Nov 16 ⏰

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