Exigente

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Amma miró a Dios con frialdad, respondiendo a su mirada intensa.

Dios frunció el seño y caminó hacia ella, nuevamente no pudo retroceder.

Tocó suave y posesivamente su mejilla, Amma jamás habría pensado que la suavidad y la obsesión pudieran coexistir.

- Pensé que tu boca había quedado sellada

- Podrás sellarla pero jamás podrás manipular como me siento -Dijo mirándolo desafiante.

Esto enfadó un poco a Dios y la empujó contra la pared, puso una de sus manos cerca de su cabeza y la otra en su cadera, acorralandola por completo.

- Tal vez, pero puedo cambiarlo -Dijo acercando su rostro al de ella.

- Eso jamás pasará

- Ya veremos

Y con esto acortó la distancia y puso sus labios sobre los de ella, dando inicio a un beso demandante y posesivo.

Amma no sabía cómo reaccionar, nunca había tenido un beso antes y ahora su primer beso era... Dios.

Él mordió su labio inferior lo que hizo que Amma abriera la boca para exclamar pero Dios ahogo eso profundizando el beso.

A cada instante que pasaba el beso se profundisaba más y más, cada vez más demandante y exigente, tanto que aunque Amma hubiera querido no le podía seguir el ritmo.

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