Amma estaba callada mirando la nada, ninguno de los dos había dicho algo durante un tiempo.
- ¿Cómo funciona el trato? -Preguntó Amma rompiendo el silencio.
- Facil, no me puedes desobedecer
- ¿No eres omnipotente?
- ¿Preguntas por qué no te obligué?, no soy tan cruel
Amma bufó ante está respuesta, para ella él no era una blanca palomita, siempre lo había odiado, pero sabía que está vez ella misma se había echado la soga al cuello.
- Entonces estoy muerta
- ¿Apenas lo asimilas?
«No me refiero a eso, pero...»
- Tómalo como una reacción tardía
- Lo has tomado mejor que otros humanos, algunos en su afán de negación me llegaron a ofrecer millones... aunque sabrás que eso no me interesa -Dijo dirigiendo su mirada a ella.
Ella asintio, no había sentido una mirada tan penetrante como la de él, era como si mirara su alma, aunque prácticamente eso es lo era ahora, pero era una sensación extraña a la que adaptarse.
- También me ofrecieron su alma, pero soy dios, todas las almas son mías
- ¿Y por qué aceptaste un trato con la mía?
- No es un trato por tu alma... Es un trato por tus alas
- Alas... -Susurró estás palabras, pero sentía que había más detrás de ellas - Te refieres a mi libertad
Él endureció su mirada y luego se cruzó de piernas.
- Puedes verlo de la manera que gustes
Amma no necesitó otra respuesta, con eso le había confirmado que su trato le había costado la libertad, pero, ¿Qué libertad exactamente?.
Amma se levantó y miró por la ventana, pero solo pudo ver blanco, lo detestaba, estaba empezando a ponerse ansiosa por solo poder ver blanco.
- Veo que el blanco no es tu color favorito, ¿O si?
- Me desespera ver el mismo color, sin ninguna tonalidad que indique que hay algo más, no sé, me desespera la falta de cambio
- Eso es curioso viniendo de una humana -Dijo levantandose y caminando a ella hasta posicionarse a su lado.
- ¿Por qué es raro? -Preguntó mientras lo volteaba a ver.
Él la miró con esos ojos cafés que podían atravesar barreras, pero ella no dejaría que atravesara las suyas.
- Porque a los humanos no les gustan los cambios, prefieren que en algún punto de su vida todo se quede igual -Respondió finalmente.
Amma apartó sus ojos de él y miró por la ventana nuevamente, pero pareció que esto le irritó a Dios.
- Mírame cuando te hablo -Ordenó con una voz dominante.
Amma lo volteo a ver cómo si de un reflejo se tratara, no pudo apartar la vista de él a partir de ese momento.
Ella apretó los puños, ahora sabía que poder le sedio en ella, pero al menos agradecía que no controlará su lengua, pues esa era su mejor arma, siempre lo había sido.
- Nadie lo quiere, no realmente, el cambio es necesario y ver y hacer lo mismo día tras otro puede llegar a volverte loco -Respondió Amma, su mirada fija, no le iba a dejar intimidarla.
Amma ya había tratado anteriormente con personas similares a él, pero jamás se había dejado doblegar y no estaba dispuesta a hacerlo ahora.
- Un pensamiento muy correcto para un alma tan joven...
- Un alma a la que abandonaste, un alma a la que despreciaste, un alma que odiaste
- No Amma, yo nunca te abandoné, jamás te desprecie y nunca te odie -Dijo acariciando la mejilla de Amma.
Amma quería apartarse, pero su cuerpo no le respondía, era como si se hubiera vuelto una estatua con su toque, completamente a su merced.
Antes de que cualquier otra cosa pasara, alguien irrumpió en la habitación, como si él fuera dueño de todo el cielo.
Dios retiró su mano de ella y ella por fin recupero el movimiento, entonces miró a quien había irrumpido.
Un tipo de cabello negro igual que sus ojos, tez blanca, fornido, con una camisa negra con los dos botónes de arriba desabrochados, unos pantalones negros elegantes, unos guantes grises obscuros y unas hermosas alas negras, como las de un cuervo.
- Azrael -Dijo Dios mirándolo con dureza.
Azrael simplemente sonrió con orgullo y se paró recto, era como si las dos auras dominantes batallaran en ese mismo salón.
Amma estaba atrapada ahora con Dios y con problemente quien escucho sus últimas palabras, el arcángel de la muerte.
Entonces recordó algo, el dije que Tara le había dado, por alguna razón este pensamiento llevó su mano a su pecho y ahí estaba, lo podía sentir.
Lo sacó lenta y disimuladamente mientras Dios y su arcángel tenían un duelo de miradas y no prestaban atención a su presencia.
Ella examinó con cuidado el dije, entonces comprobó lo que sospechaba, ese dije no era ni de un santo, ni de la virgen como ella había pensado, era un dije dirigido a Azrael, un dije para el mismísimo arcángel de la muerte.
Ella se estremeció ante este descubrimiento, volvió a alzar la mirada y se precato que ambas miradas estaban dirigidas a ella, esto la asustó y bastante, aúnque la mirada que más sentía era la de Azrael, la que más temía era la de Dios, la cual la fulminaba con la mirada, como si le regañara por tener eso.
En cambio Azrael sonrió complacido y se acercó a ella a pasó lento, pero ella retrocedió y Dios se interpuso en su camino lo que lo obligó a detenerse.
- ¿Por qué estás aquí, cuervo? -Preguntó Dios, a Amma le pareció que el apodo le quedaba a la perfección a Azrael.
- Me enteré de que guiaste a un alma, se supone que ya debería haber pasado conmigo, vine a ver por qué demorabas tanto... -Dijo para después mirarla sobre el hombro de Dios - Pero parece que le quitaste sus alas.
Amma ya no entendía si hablaban de forma literal o figurada, aunque podría ser ambas.
- Eso no te concierne, cuervo
- Me concierne más de lo que crees -Dijo levantando ligeramente una mano, el dije de Amma se elevó en concecuencia y ella se vio obligada a agarrarlo temiendo que saliera volando.
Dios observó ésto y se giró hacia ella, esta intentó retroceder pero nuevamente estaba petrificada, Dios arrancó el collar de su cuello y se lo lanzó a Azrael.
Azrael lo atrapó sin problemas y luego miró a Dios con una mirada fría y muerta, algo que venía a juego con él.
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La Esclava De Dios
FantasiDespués de una vida tormentosa, termina en las garras del mismo ser que le puso ese destino con el que hace un trato para salvar a la única persona que le importa, solo hay una condición. "Me perteneces completamente" Pero ella lo odia y no se queda...