Renzo entró al departamento y se quedó paralizado al ver a su novia de rodillas chupándole la verga al portero. Osvaldo estaba apoyado contra la mesa de la cocina y Silvana ya tenía puesta su camiseta de la selección Argentina y una diminuta tanga negra.
—¡Hola, amor! Llegás tarde. Te estaba esperando.
Volvió a tragar la pija de Osvaldo casi completa. Renzo sintió una opresión en el pecho. Al parecer el sexo con el portero se había vuelto parte de la rutina de su novia y ella ya ni siquiera se molesta en dar explicaciones.
Silvana se puso de pie y dijo:
—Creo que ya deberíamos ir yendo... el partido está por empezar. ¡Hey...!
Osvaldo apartó la tanga de Silvana y la penetró sin pedir permiso. Ella empezó a reírse y se acomodó para permitir que la verga entre bien. Renzo esperó que diga algo sobre este acto sexual tan descarado, pero mientras recibía las duras embestidas del portero, le preguntó:
—¿Hoy también vas a apostar en contra de Argentina?
—Sí, claro. Ya estamos en fase eliminatoria. Un solo error te pued...
A Renzo le tembló todo el cuerpo al ver el potente ritmo que mantenían las penetraciones del portero. Silvana soltó un gemido de placer.
—Dios, que delicia... uff... qué rico arrancar el día con una buena pija en la concha. Perdón, amor... ¿qué decías?
—Em... decía que un solo error te puede dejar fuera del mundial. Australia no es una selección muy fuerte, pero podrían sacar un empate. Y los penales son una lotería.
—No con el Dibu Martínez en el arco —dijo Osvaldo—. ¿Ya viste lo que hizo en la Copa América contra Colombia?
—Eso fue pura suerte.
—No lo creo.
—¿Querés apostar con Osvaldo, Renzo? —Propuso Silvana.
Renzo analizó la situación. Si perdía ¿qué era lo peor que podría pasar? Silvana debería coger con el portero... algo que le dolía mucho, claro; pero que ya había pasado tantas veces que...
—Mmm... trescientos dólares a que gana Australia.
—Hecho.
—Bueno, vamos al depto de Malik. El partido empieza en menos de dos minutos.
—Ah... ahhhh... aaaaahh... esperá un ratito, amor. Uf... qué rico... sí, Osvaldo... seguí. Cogeme duro... uff... cómo me gusta esta pija.
—Se vé que lo estás disfrutando mucho —dijo Renzo, con los dientes apretados.
—Así es, amor. Vos ya sabés cuál es la pija que me vuelve loca... y la tuya no es.
—Hey, eso fue un ataque innecesario.
—No fue un ataque, Renzo. ¿No me habías pedido que fuera sincera? Bueno, estoy siendo sincera. Tu verga me aburre. La de Osvaldo, en cambio... uff... sí, dame duro... uff. Soy tu puta, Osvaldo... soy tu puta. Cuando quieras acabar, podés usar todos mis agujeros como depósito de semen. Usame todo lo que quieras. Dioss... ahhh ¡Qué delicia! Perdón, amor... soy la puta del portero. Él es mi macho alfa.
A Osvaldo no parecía cambiarle nada estas palabras, era como si no las escuchara. En cambio a Renzo lo estaban destrozando por dentro.
De pronto el portero se detuvo.
—Uy... ya empieza el partido. Me está esperando un amigo con unas cervezas, se va a enojar conmigo si no voy.
—Ufa... con lo rico que me estabas cogiendo.
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Mi Vecino Superdotado
Художественная прозаSilvana vive sola, tiene novio y ama la rutina. Tiene control sobre su vida hasta que el senegalés Malik se muda al depto contiguo. Ella descubrirá que la vida sexual de Malik es muy activa y los ruidos no la dejarán en paz.