20. Casi Soltera.

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Silvana no tenía ganas de nada. Ni siquiera salió a trotar por el parque Rivadavia. Se quedó tirada en la cama hasta que ya no aguantó más. Se levantó, completamente desnuda, y se puso a mirar televisión, como si allí pudiera encontrar algo que le quite la depresión.

Escuchó un murmullo de lejos, que fue haciéndose cada vez más fuerte. Enseguida entendió de qué se trataba, lo había escuchado muchas veces. Estaba jugando Ferro en su cancha y habían metido un gol. Estaba lo suficientemente cerca del estadio para intuir los resultados sin siquiera ver el partido. Recordó que Malik juega precisamente este equipo y fue hasta el canal de deportes.

Ferro se enfrentaba a Vélez Sarsfield. Su clásico rival. Esto le resultó extraño a Silvana, porque Vélez está en primera división y Ferro en segunda. ¿Por qué se enfrentaban?

El comentarista del partido la sacó de la duda. «Ferro está ganando este importantísimo partido de Copa Argentina por uno a cero, con este resultado se enfrentarían a...»

Silvana no entendía mucho de fútbol pero sabía que la Copa Argentina enfrenta equipos de todas las divisiones. Por alguna casualidad del destino, a Ferro le tocó cruzarse con su máximo rival.

Vio a Malik en pantalla, todo sudado y marcado por dos rivales. Estaba esperando un saque de lateral. En pantalla se anunciaba que él había sido el autor del único tanto del partido. Silvana sonrió, al menos a su vecino le estaban yendo bien las cosas. Se quedó mirando el partido porque no tenía nada mejor que hacer.

Mientras veía al senegalés corriendo de un lado a otro se preguntó si las mujeres de la tribuna fantasearían con él. ¿Sospecharían que tiene una verga descomunal? A Silvana le resultó excitante imaginar a Malik celebrando la victoria con un par de fanáticas de Ferro. Ya casi podía escuchar el rítmico traqueteo de su cama contra la pared.

«Esta noche se lo va a pasar en grande. Seguramente le va a romper el culo a un par de putitas».

Sin embargo no lo tendría tan fácil. Vélez empató el partido con un gol de contragolpe, a pocos minutos del final. Eso complicó las cosas para Ferro, pero la verdadera tragedia ocurrió cuando le cedieron a Vélez un peligroso tiro libre, en la puerta del área. Malik, por su estatura, se colocó en la barrera. Cubrió sus genitales con ambas manos y se preparó para la ejecución.

El tiro fue potente. Toda la barrera saltó y la pelota impactó en el costado derecho de la cabeza de Malik, desviándose. El arquero intentó corregir su trayectoria, pero fue demasiado tarde. La pelota se le cambió de palo y entró en el arco. El lamento de los hinchas de Ferro fue tal, que los gritos se escucharon hasta el departamento de Silvana.

«¡El Fortín lo dio vuelta a tan solo dos minutos del final!», anunció el relator. «Un clásico que quedará para la historia», remató el comentarista.

Silvana se sintió ofuscada. Si bien ella nunca se consideró hincha de Ferro, por la cercanía le tiene cariño a ese club. Además no quiere que el clásico se pierda por un gol que vino de un desvío provocado por Malik. Es algo fortuito, que le puede pasar a cualquiera, pero sabe lo idiotas que pueden ser algunos fanáticos del fútbol.

Malik no se rendiría tan fácil. Estaba determinado a ganar. Quería llevar a su equipo a la próxima instancia de la copa. Vélez presionó y Ferro empezó a buscar un espacio. Por la imprecisión de un pase, el Fortín recuperó la pelota y atacó. Silvana miró la pantalla con los nervios de punta. Por suerte la jugada no prosperó. El arquero consiguió atrapar la pelota y sacó rápido. Ferro armó la contra, el relator bramaba que Vélez había cometido un gran error al descuidar el fondo justo sobre el final. La pelota le cayó a Malik...

Mi Vecino SuperdotadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora