Puñetazo

10 1 0
                                    

Ya Igor me confirmó para irnos al cine hoy a las cinco de la tarde y ya son más de las cuatro y nadie llega, solo soy yo esperándolos como siempre.

Veo a las personas caminar al lado mio mientras yo busco con la mirada a uno de los chicos pero nadie aparece, ya cansada decido mejor caminar y no estar como una loca parada sin hacer nada, solo no quiero pasar vergüenza y hacerme ver como una sin amigos.

Nunca me gusto llegar tarde, aunque siempre dicen que lo mejor siempre llega tarde, aunque eso es de mala educación hacer esperar, mejor llegó con tiempo de sobra para pasear un rato.

Solo necesito salir y olvidar todo, actuar como si nada pasara, volver a esos tiempos donde solo quería hacer broma a la gente con mis amigos, nada más, no sé qué me espere, pero solo quiero que todo vuelva como... antes.

Como si me hubieran escuchado, alguien me toco el hombro y me gire de forma remota para verlo

¡Siempre los hombres tienen que ser más altos que yo!, odio eso, pero no mucho ya que cuando me abrazan mis amigos nadie me ve y eso es bueno ya que me puedo esconder.

- Hola, Castroso - lo saludo, siempre le decimos así ya que su apellido es castro y como es molestoso castroso.

Castro o como es su nombre Ricardo, siempre ha sido una persona muy puesta en sus casillas y frío, es difícil hacer que te acompañe en una locura, pero cuando lo hace nadie la pasa tan bien como nosotros ya que él es más divertido de lo que parece.

Ricardo y yo nos conocemos de toda la vida desde los cinco años y él siempre ha estado enamorado mío, y me lo demostraba con los demás era frío, pero conmigo era la persona más dulce que podría existir. 

Ya que su cabello cafe claro y ojos cafés con su mirada fría que parece que va a matar a alguien, aunque no mata ni una mosca, siempre hace que tengamos lo que queremos por aquella mirada aterradora, claro cuando quiere parece el mismo diablo solo para tener lo que queremos. Pero cuando se divierte con nosotros es molestoso por eso castroso.

Un gran chico

- Hola enana - me contesta, mientras que con su mano desordena mi cabello, odio que me desordenen el cabello aún peor cuando paso horas arreglándome - Ya, ya no te enojes chihuahua.

A veces se pasa de molestoso, si fuera más grande que él lo golpearía por desordenar mi cabello y por decirme chihuahua, solo hago una cara de odio.

- Eres un... - no me deja terminar, ya que habla.

Que no se puede callar.

Estaba bien yo sola

- Tu empezaste - suelto un suspiro de la indignación - Como así dijistes para encontrarnos aquí con los chicos acaso hay nuevo chisme o - se acerca muy cerca de mi rostro a solo unos centímetros de mi cara - solo me quisiste ver, ¿eh? - dice en modo juguetón a la vez que entrecierra los ojos y pone una sonrisa que me hace reír.

Como siempre la desgracia me persigue.

Veo que se acerca Igor empujando a Ricardo hacia fuera mientras él se sitúa al frente mio, para protegerme. Solo miro sus miradas parecen que ya mismo se matan.

Por que llega ahora y no llegó antes que castroso.

- Qué hacías tan cerca de mi novia, castro - nunca lo había llamado por su apellido correcto, ha de estar muy enojado.

- No hizo... - no me dejo terminar ya que me lanza una mirada que claramente dice no abras la boca.

No abras la boca Aria no arruines anda, solo si se matan metete y sácalos de ahí rápido hasta eso no hagas nada y escucha a tu novio.

Detras de sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora