El aire a mi alrededor se volvió más denso, cargado de una tensión palpable. Las palabras de Steve seguían resonando en mi mente, un eco constante que no me dejaba pensar con claridad. Mis manos temblaban y mis piernas apenas lograban mantenerme de pie. Hunter dio un paso hacia mí, y por un breve momento, sus ojos se encontraron con los míos, buscando algo, alguna chispa de entendimiento, tal vez una señal de que todo no estaba perdido.
—Aria, no estás sola en esto —dijo Hunter, su voz suave, pero firme. Pero en sus ojos había algo que no podía descifrar. No era miedo, pero sí una preocupación que parecía más profunda que cualquier otra cosa.
Un suspiro escapó de mis labios. Aún no podía procesar lo que acababa de escuchar, pero había algo en la forma en que Hunter me miraba que me hizo sentir un poco menos perdida, aunque sabía que nada podría deshacer lo que Steve acababa de contarme.
—¿Y qué se supone que debo hacer ahora? —pregunté, mi voz quebrada por la frustración. La sensación de estar atrapada, entre dos mundos que no comprendía, era abrumadora.
Steve dio un paso adelante, su mirada decidida, aunque la sombra de la culpa seguía pesando sobre él.
—Tienes que decidir, Aria. No hay más tiempo. El conflicto que tus padres intentaron detener está en su punto álgido. Los Oscuros y los Solares están más cerca de la guerra abierta que nunca. Y tú... tú eres la clave para evitarlo o para que todo se destruya.
Un estremecimiento recorrió mi cuerpo. Me estaba pidiendo que tomara una decisión que nunca imaginé tener que enfrentar. ¿Cómo podía, después de todo lo que había aprendido? ¿Cómo podía ser la clave de algo tan grande cuando ni siquiera sabía quién era realmente?
—¿Cómo se supone que voy a detener esto? —pregunté, mirando a Steve con desesperación. Mi mente se resistía a aceptar la responsabilidad que parecía empujarme, como una ola aplastante.
Steve me miró fijamente, sus ojos duros y llenos de una determinación que me desconcertaba.
—No lo sé todo, Aria —respondió, en un tono más bajo, casi como si hablara consigo mismo—. Pero los Oscuros y los Solares no solo luchan por poder. Luchan por el control de algo mucho más grande: la fuente de la energía que mantiene este mundo... y esa fuente está conectada contigo. Tienes algo en tu interior, algo que... que ni siquiera entiendes por completo.
Lo miré sin comprender, mi mente luchando por seguirle el ritmo.
—¿Qué quieres decir con eso? —pregunté, sintiendo cómo un nuevo miedo empezaba a formarse en mi estómago.
Hunter dio un paso más cerca de mí, su presencia reconfortante, aunque sabía que no podía salvarme de lo que estaba por venir.
—Hay algo dentro de ti, Aria. Algo que tus padres probablemente te dejaron antes de morir. Algo relacionado con el equilibrio entre los Oscuros y los Solares. Pero no lo has despertado aún. Y es esa energía la que puede decidirlo todo.
Mi respiración se aceleró. Mi corazón palpitaba con fuerza. Había algo en mí, algo que no sabía que existía, algo que podía cambiar el destino de todos. Pero, ¿qué era exactamente? ¿Y cómo podía controlarlo?
—¿Por qué no me lo dijeron? —susurré, sintiéndome perdida en mi propio cuerpo, como si fuera una extraña.
Steve vaciló un momento, como si hubiera una parte de él que lamentara lo que estaba a punto de decir.
—No sabían cómo hacerlo, Aria. El poder que llevas dentro es demasiado grande, demasiado peligroso. Si se despertara sin el control adecuado, podría destruir todo lo que conocemos. Ellos... temían que nunca pudieras controlarlo.

ESTÁS LEYENDO
Detras de sus ojos
FantasyLa muerte de su hermana cambió todo para Aria. Un misterio sin resolver, secretos que se ocultan tras cada sombra, y una verdad que parece querer devorarla. ¿Quién está detrás de todo esto? ¿Y por qué la vida de Aria ahora está marcada por la oscuri...