El aire en la habitación se volvió aún más pesado con las palabras de Margot. Hunter frunció el ceño y se inclinó hacia adelante, sus tatuajes tensándose con el movimiento.
—¿Qué significa "no está lista"? —preguntó, su voz un bajo gruñido lleno de incredulidad. Su mirada perforaba a Margot, exigiendo una explicación que claramente no estaba dispuesta a dar.
Margot entrecerró los ojos, con una sonrisa apenas perceptible que no era ni amable ni tranquilizadora.
—Significa exactamente lo que acabo de decir. No todo se revela de inmediato, especialmente cuando las verdades que buscan son peligrosas.
—Déjate de juegos, Margot —intervino Steve, cruzando los brazos—. No tenemos tiempo para tu dramatismo habitual. Si sabes algo, dilo.
La mujer soltó una carcajada seca y se recostó en su silla, mirando a Steve como si fuera un niño molesto al que había que tolerar.
—Siempre tan impaciente, Steve. Pero dime, ¿qué harás con la verdad cuando la tengas? ¿La aceptarás, o seguirás huyendo de lo que eres?
Steve apretó la mandíbula, pero no respondió. Hunter dejó escapar un resoplido de burla, pero la tensión en su rostro lo traicionaba. Parecía tan ansioso por respuestas como yo, aunque intentara ocultarlo.
—Lo que necesitas entender, niña, es que tu hermana no solo está atrapada entre dos mundos. Está conectada contigo de una manera que va más allá de la sangre. Ella es parte de ti, como tú lo eres de ella. Si deseas salvarla —continuó Margot, dirigiéndose a mí con una seriedad escalofriante—, necesitarás aceptar una parte de ti misma que has estado ignorando.
—¿Qué parte? —pregunté, sintiendo que mi voz se quebraba.
Margot no respondió de inmediato. En cambio, se levantó con lentitud y caminó hacia una estantería llena de libros antiguos y frascos polvorientos. Sacó un libro con una cubierta de cuero desgastado y lo colocó sobre la mesa.
—Esto podría ayudarte a comprender mejor lo que eres y lo que significa esa conexión. Pero te advierto: cada respuesta que encuentres traerá consigo más preguntas, y algunas de ellas podrían ser más de lo que estás dispuesta a enfrentar.
Abrí el libro con cuidado, y las páginas, amarillentas y frágiles, estaban cubiertas de símbolos extraños y textos en un idioma desconocido.
—¿Qué es esto?
—Un mapa, por decirlo de alguna forma —respondió Margot—. No un mapa de lugares, sino de destinos. Caminos que podrías tomar para encontrar lo que buscas... o perderte por completo.
Hunter se inclinó sobre mi hombro para mirar el libro, su expresión una mezcla de curiosidad y escepticismo.
—¿Y qué nos garantiza que esto no es otra de tus artimañas, Margot? —preguntó con un tono cortante.
Margot lo miró con una intensidad que hizo que incluso Hunter retrocediera un poco.
—Nada. Pero la decisión es suya. Pueden seguir adelante y enfrentar lo desconocido, o quedarse en la seguridad de su ignorancia. Yo ya he hecho mi parte.
La vidente se giró hacia Steve, señalándolo con un dedo huesudo.
—Y tú, Steve, más vale que les digas la verdad antes de que lo descubran por sí mismos. O esa tensión entre tú y el cachorro musculoso —dijo, refiriéndose a Hunter con una sonrisa sarcástica— será lo último de lo que tendrán que preocuparse.
La mandíbula de Steve se tensó, y Hunter dio un paso hacia Margot, claramente ofendido por el comentario, pero yo me levanté antes de que las cosas se salieran de control.
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Detras de sus ojos
FantasyLa muerte de su hermana cambió todo para Aria. Un misterio sin resolver, secretos que se ocultan tras cada sombra, y una verdad que parece querer devorarla. ¿Quién está detrás de todo esto? ¿Y por qué la vida de Aria ahora está marcada por la oscuri...