Verdad

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Aria

El aire deja de existir en mis pulmones. Un instante antes, Hunter estaba ahí, luchando a mi lado. Ahora, solo queda una nube negra disipándose en el viento.

No.

El fuego en mis manos arde más fuerte. Mis ojos dorados reflejan la rabia, la desesperación. No voy a permitirlo.

—¡Devuélvanmelo! —rujo, y la tierra tiembla bajo mis pies.

La niebla oscura sigue rodeándonos, sombras moviéndose entre los árboles, riéndose de mí. Pero no me importa. No voy a esperar, no voy a pensar.

Voy a quemarlos a todos.

El fuego explota desde mis manos, una llamarada dorada que ilumina el bosque como si fuera de día. La ráfaga de calor atraviesa las sombras, consumiéndolas, pero siguen viniendo, más y más de ellas.

El chico de cabello blanco sigue en el suelo, temblando, pero no puedo detenerme. No hasta que Hunter vuelva.

—¡Muéstrense! —grito, lanzando otra ola de fuego contra la niebla.

Entonces, una risa baja y gutural resuena en el aire.

—Demasiado tarde, pequeña. Él ya es nuestro.

Mi corazón se detiene.

Y luego, con más furia que nunca, estallo.

La risa sigue resonando entre los árboles, envolviendo todo como un veneno invisible. Luego, de entre las sombras, surge una figura.

Alta. Esbelta. Su silueta apenas es tangible, como si la oscuridad misma la moldeara. Pero sus ojos... son lo único sólido en ella. Un par de esferas brillantes y afiladas como dagas, observándome con una mezcla de burla y desafío.

—Oh, Aria... —su voz es como un susurro que me cala hasta los huesos—. Qué hermoso es verte tan llena de ira.

La rabia me consume por dentro como llamas descontroladas. Aprieto los puños, sintiendo el calor en mis palmas.

—¿Dónde está Hunter? —gruño, cada palabra temblando de furia.

La sombra ladea la cabeza.

—¿Por qué te importa tanto? Si al final, todos desaparecen. ¿No es así?

Su tono es casi... familiar.

Frunzo el ceño, pero no tengo tiempo para pensar. La sombra levanta una mano y la niebla a su alrededor se disipa un poco, revelando su rostro con más claridad.

Un rostro que...

No.

Mi corazón martillea en mi pecho. Su mandíbula, la forma de su nariz, la manera en la que sus ojos me perforan con una mezcla de desafío y complicidad...

Es como si la conociera.

—¿Quién eres? —pregunto, pero mi voz suena más débil de lo que quiero.

Ella sonríe.

—Eso no importa. Lo que importa es lo que puedes hacer ahora mismo. —Su tono es sedoso, persuasivo—. Mira a tu alrededor, Aria. Todo esto... toda esta ira que sientes... es poder. Y tú lo sabes.

Siento cómo el fuego dentro de mí se intensifica, como si sus palabras fueran combustible.

—Déjalo salir —susurra—. Quémalo todo.

Las llamas en mis manos se elevan de golpe, respondiendo a la rabia en mi pecho. Quiero hacerlo. Quiero verla arder. Quiero que pague por llevarse a Hunter.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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