CAPÍTULO 10

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HOLDEN:

Después de la intensa llamada con Rebeca, necesitaba despejarme. Llamé a Jack y salimos al bar. La noche avanzó, y mientras hablábamos, una mujer atractiva se acercó. Estaba tan perdido en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de que coqueteaba con Jack.

Luego, otra mujer se acercó, amiga de la primera, y comenzó a coquetear conmigo. La rechacé varias veces, pero no se dio por vencida. Me dijo que solo quería sexo, que no me preocupara. Me dejé llevar, y nos fuimos al baño. Después, me quité el condón y lo tiré a la papelera.

Al salir, Jack ya no estaba. Me fui a casa, decidido a cambiar mi enfoque con las mujeres. De ahora en adelante, solo tendría relaciones de una noche, sin ilusiones ni compromisos. Me hablaría claro para evitar malentendidos.

Me mudé del apartamento que me traía recuerdos dolorosos. Decidí conservarlo solo para mis aventuras de una noche, sin ataduras emocionales. Me compré un nuevo apartamento, gracias a mi buen trabajo, que me permitía ese lujo.

Llamé a Luisa, mi amiga de la infancia, como una hermana para mí, para que me ayudara con la decoración del nuevo espacio. Quería que reflejara mi nueva etapa de vida, sin nostalgias ni pesares.

Luisa aceptó encantada y juntos creamos un ambiente moderno y acogedor. Me sentí renovado, listo para comenzar de cero.

El fin de semana llegó y me mudé oficialmente. Mi nuevo hogar era un reflejo de mi nueva actitud: minimalista, sin complicaciones.

Luisa me felicitó por mi nueva etapa. "Holden, eres fuerte. Lo has superado", me dijo.

Sonreí, sabiendo que aún tenía camino por recorrer. Pero por ahora, me sentía libre, listo para enfrentar lo que viniera.

Al día siguiente de la mudanza, decidí visitar a mis padres y hermanos. Me dirigí a su casa, ansioso por compartir las novedades de mi vida.

Al llegar, mis padres me recibieron con abrazos y sonrisas. Mis hermanos gemelos, Rafael y Lucas, de 18 años, me saludaron con su energía característica.

"¡Holden! ¡Cuánto tiempo sin verte!", exclamaron al unísono.

Pasamos la tarde compartiendo historias y risas. Les conté sobre mi nuevo apartamento y mi decisión de empezar de cero.

Mis padres me miraron con orgullo y preocupación al mismo tiempo. "Estamos aquí para ti, hijo", me dijo mi madre.

Rafael y Lucas me bombardearon con preguntas sobre mi vida social y mis aventuras. Me reí, recordando mis propias travesuras a su edad.

La visita fue un bálsamo para mi alma. Me sentí conectado con mi familia, sabiendo que siempre me apoyarían.

Al despedirme, mi padre me dio un abrazo fuerte. "Recuerda, Holden, la familia siempre está aquí para ti. No importa lo que pase".

Me fui con una sonrisa, sabiendo que tenía un refugio seguro en mi familia.

Soy Holden, un hombre de 26 años que desde los 18 decidí independizarme y dejar el nido familiar. Mis padres me apoyaron en ese primer mes, ayudándome con los gastos mientras estudiaba y trabajaba en un bar para pagar mis cuentas.

Después de graduarme, mi esfuerzo y dedicación me llevaron a conseguir un trabajo en un canal de televisión como reportero de deportes. Con el tiempo, mi arduo trabajo me permitió ascender en mi carrera.

Ahora, tengo el orgullo de tener mi propio segmento en el programa "Golpe de Efecto", donde puedo compartir mi pasión por los deportes con miles de personas.

Mi independencia me ha enseñado a valorar cada logro y a no temerle a los desafíos. Aunque he tenido altibajos, estoy orgulloso de lo que he conseguido hasta ahora.

Mientras continuaba mi carrera en el canal, comencé a recibir reconocimientos y premios por mi trabajo. Mi segmento en "Golpe de Efecto" se convirtió en uno de los más populares del programa.

Sin embargo, con el éxito viene la presión. Comencé a sentirme abrumado por las exigencias de mi trabajo y la constante atención de los medios. Empecé a cuestionar si todo valía la pena.

Un día, recibí una oferta para cubrir un importante evento deportivo en el extranjero. Era una oportunidad de oro, pero significaba pasar varias semanas fuera de casa.

Dudé, pensando en mi familia y amigos. Pero mi ambición y pasión por el deporte me llevaron a aceptar el reto.

El evento deportivo en el extranjero fue una experiencia increíble. Cubrí partidos emocionantes, entrevisté a deportistas famosos y conocí gente de todo el mundo.

Sin embargo, la presión y el estrés comenzaron a afectarme. Me sentía solo y lejos de mi familia y amigos. Comencé a cuestionar mi decisión de aceptar la oferta.

Una noche, en un bar del hotel, conocí a una mujer llamada Sofía. Era periodista deportiva también, y hablamos sobre nuestros trabajos y pasiones.

Sofía me dijo: "Holden, no te dejes consumir por el éxito. Recuerda por qué empezaste a hacer esto". Sus palabras me hicieron reflexionar.

Regresé a casa después de esas intensas semanas en el extranjero. La experiencia había sido inolvidable, pero ahora que estaba de vuelta en Londres, me di cuenta de que prefería la comodidad y seguridad de mi vida aquí.

El programa de televisión me brindaba una plataforma estable y un ritmo familiar. No tenía que enfrentar los desafíos y la incertidumbre que había experimentado en el extranjero.

Me sumergí de nuevo en mi rutina en Londres, contento con la familiaridad y el éxito de mi programa.

LA MIRADA QUE LO CAMBIÓ TODO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora