CAPÍTULO 14

5 1 0
                                    

Al día siguiente, bajamos a desayunar con Scarlet en el restaurante del hotel. Cuando llegamos, ella ya estaba allí esperándonos. En cuanto me vio entrar, dio un grito de emoción y corrió hacia mí, abrazándome fuerte.

"Rebeca, ¡te he extrañado tanto!", exclamó, besándome en la mejilla.

Me reí y la abracé también, feliz de verla. Luego, me separé un poco y le dije:

"Scarlet, te presento a Max".

Scarlet miró a Max con curiosidad y sonrió. "¡Mucho gusto!", dijo, extendiendo la mano.

Max se la estrechó y sonrió también. "Igualmente, Scarlet. He oído mucho de ti".

Scarlet se rió y nos invitó a sentarnos. "Vamos a desayunar y ponernos al día", dijo.

Nos sentamos y comenzamos a desayunar, charlando y riendo. Scarlet me hizo mil preguntas sobre Max y nuestra relación, y él respondió con paciencia y sonrisas.

Me sentí contenta de ver a mis dos personas favoritas juntas, y sabía que Scarlet aprobaría a Max. ¡Era el comienzo de una hermosa amistad!

Me disculpe para ir al baño y, mientras caminaba de regreso a la mesa, me encontré con una compañera de la empresa de Londres, Olivia. Nos saludamos y charlamos un rato sobre el trabajo y la vida en la ciudad.

Justo cuando iba a regresar a la mesa, Olivia me dijo con una sonrisa:

"Acabo de ver a Scarlet con un hombre muy guapo. Me pareció que estaban coqueteando".

Me sorprendí un poco y le pregunté:

"¿De verdad? ¿Quién es?"

Olivia se rió y me dijo:

"No sé quién es, pero definitivamente es atractivo. Y parecían muy cómodos juntos".

Me intrigó la situación y me apresuré a regresar a la mesa. Al llegar, vi a Scarlet y Max riendo y charlando. Parecían estar pasando un buen rato, pero no noté nada fuera de lo común.

Me senté y les pregunté:

"¿De qué se ríen?"

Scarlet me miró con una sonrisa pícara y dijo:

"Max acaba de contar un chiste muy gracioso".

Max se sonrojó un poco y dijo:

"No fue nada, solo un chiste tonto.

Me reí y pensé que tal vez Olivia había malinterpretado la situación. Pero no podía evitar sentir una pequeña curiosidad sobre lo que había visto.

Después de un rato más de charla y risas, decidimos pedir la cuenta y despedirnos. Scarlet me abrazó fuerte y me susurró al oído:

"Me encanta Max, Rebeca. Es perfecto para ti".

Me sonreí y le dije:

"Gracias, Scarlet. Me alegra que te guste".

Max se despidió de Scarlet con un beso en la mejilla y le dijo:

"Ha sido un placer conocerte, Scarlet. Espero verte pronto".

Scarlet sonrió y le respondió:

"Lo mismo, Max. Cuídate".

Después de despedirnos de Scarlet, Max y yo nos dirigimos a la habitación del hotel para descansar un rato. Estábamos ambos un poco cansados después de la caminata por la ciudad y la charla animada con Scarlet.

Al entrar en la habitación, nos dejamos caer en la cama y nos abrazamos. Max me dio un beso en la frente y me dijo:

"Me encantó conocer a Scarlet. Es una persona increíble".

Me sonreí y le respondí:

"Me alegra que te gustara. Es una de mis mejores amigas".

Descansamos un rato, disfrutando del silencio y la comodidad de la habitación. Luego, Max se levantó y me dijo:

"Creo que es hora de ir a almorzar con Erick. ¿Estás lista?"

Me levanté, me arreglé un poco y salimos de la habitación. El restaurante donde íbamos a comer con Erick estaba a solo unas cuantas cuadras del hotel, así que decidimos caminar.

Mientras caminábamos, Max me recordó que ya conocía a Erick, ya que él nos había visitado en Nueva York unos meses atrás. Me reí al recordar la divertida velada que habíamos pasado juntos.

Llegamos al restaurante y Erick ya nos esperaba en la mesa. Se levantó para abrazarnos y nos dio la bienvenida.

"¡Hola, amigos! ¡Qué bueno verlos de nuevo!", exclamó.

Nos sentamos y comenzamos a charlar y reír, disfrutando de la comida y la compañía.

La comida fue deliciosa y la conversación aún mejor. Erick nos contó sobre sus últimas aventuras en Londres y Max compartió algunas historias de su trabajo. Yo me limité a disfrutar de la charla y la risa.

Después de almorzar, Erick nos sugirió tomar un café en un lugar cercano. Aceptamos y nos dirigimos allí. El café era un lugar acogedor y tranquilo, perfecto para seguir charlando.

Mientras tomábamos nuestro café, Erick se volvió hacia Max y le dijo:

"Max, me alegra verte de nuevo. Creo que eres el hombre perfecto para Rebeca".

Max sonrió y respondió:

"Gracias, Erick. Me esfuerzo por hacerla feliz".

Me sentí conmovida por las palabras de Erick y le di un beso en la mejilla a Max.

"Gracias, Erick", le dije. "Significa mucho para mí que apruebes a Max".

Erick sonrió y nos abrazó a ambos.

"Los quiero mucho a los dos", dijo. "Y sé que serán felices juntos".

La tarde pasó volando en buena compañía. Después de despedirnos de Erick, Max y yo decidimos dar un paseo por el parque cercano.

El sol comenzaba a ponerse y el parque estaba iluminado con luces suaves. Caminamos de la mano, disfrutando del momento y la belleza del entorno.

"Me encanta este lugar", dije.

"Yo también", respondió Max. "Me encanta estar contigo en este lugar".

Me sonreí y me acerqué a él.

"Te amo", le dije.

"Te amo también", me respondió.

Y nos besamos bajo las luces del parque.

LA MIRADA QUE LO CAMBIÓ TODO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora