Al día siguiente, bajamos a desayunar con Scarlet en el restaurante del hotel. Cuando llegamos, ella ya estaba allí esperándonos. En cuanto me vio entrar, dio un grito de emoción y corrió hacia mí, abrazándome fuerte.
"Rebeca, ¡te he extrañado tanto!", exclamó, besándome en la mejilla.
Me reí y la abracé también, feliz de verla. Luego, me separé un poco y le dije:
"Scarlet, te presento a Max".
Scarlet miró a Max con curiosidad y sonrió. "¡Mucho gusto!", dijo, extendiendo la mano.
Max se la estrechó y sonrió también. "Igualmente, Scarlet. He oído mucho de ti".
Scarlet se rió y nos invitó a sentarnos. "Vamos a desayunar y ponernos al día", dijo.
Nos sentamos y comenzamos a desayunar, charlando y riendo. Scarlet me hizo mil preguntas sobre Max y nuestra relación, y él respondió con paciencia y sonrisas.
Me sentí contenta de ver a mis dos personas favoritas juntas, y sabía que Scarlet aprobaría a Max. ¡Era el comienzo de una hermosa amistad!
Me disculpe para ir al baño y, mientras caminaba de regreso a la mesa, me encontré con una compañera de la empresa de Londres, Olivia. Nos saludamos y charlamos un rato sobre el trabajo y la vida en la ciudad.
Justo cuando iba a regresar a la mesa, Olivia me dijo con una sonrisa:
"Acabo de ver a Scarlet con un hombre muy guapo. Me pareció que estaban coqueteando".
Me sorprendí un poco y le pregunté:
"¿De verdad? ¿Quién es?"
Olivia se rió y me dijo:
"No sé quién es, pero definitivamente es atractivo. Y parecían muy cómodos juntos".
Me intrigó la situación y me apresuré a regresar a la mesa. Al llegar, vi a Scarlet y Max riendo y charlando. Parecían estar pasando un buen rato, pero no noté nada fuera de lo común.
Me senté y les pregunté:
"¿De qué se ríen?"
Scarlet me miró con una sonrisa pícara y dijo:
"Max acaba de contar un chiste muy gracioso".
Max se sonrojó un poco y dijo:
"No fue nada, solo un chiste tonto.
Me reí y pensé que tal vez Olivia había malinterpretado la situación. Pero no podía evitar sentir una pequeña curiosidad sobre lo que había visto.
Después de un rato más de charla y risas, decidimos pedir la cuenta y despedirnos. Scarlet me abrazó fuerte y me susurró al oído:
"Me encanta Max, Rebeca. Es perfecto para ti".
Me sonreí y le dije:
"Gracias, Scarlet. Me alegra que te guste".
Max se despidió de Scarlet con un beso en la mejilla y le dijo:
"Ha sido un placer conocerte, Scarlet. Espero verte pronto".
Scarlet sonrió y le respondió:
"Lo mismo, Max. Cuídate".
Después de despedirnos de Scarlet, Max y yo nos dirigimos a la habitación del hotel para descansar un rato. Estábamos ambos un poco cansados después de la caminata por la ciudad y la charla animada con Scarlet.
Al entrar en la habitación, nos dejamos caer en la cama y nos abrazamos. Max me dio un beso en la frente y me dijo:
"Me encantó conocer a Scarlet. Es una persona increíble".
Me sonreí y le respondí:
"Me alegra que te gustara. Es una de mis mejores amigas".
Descansamos un rato, disfrutando del silencio y la comodidad de la habitación. Luego, Max se levantó y me dijo:
"Creo que es hora de ir a almorzar con Erick. ¿Estás lista?"
Me levanté, me arreglé un poco y salimos de la habitación. El restaurante donde íbamos a comer con Erick estaba a solo unas cuantas cuadras del hotel, así que decidimos caminar.
Mientras caminábamos, Max me recordó que ya conocía a Erick, ya que él nos había visitado en Nueva York unos meses atrás. Me reí al recordar la divertida velada que habíamos pasado juntos.
Llegamos al restaurante y Erick ya nos esperaba en la mesa. Se levantó para abrazarnos y nos dio la bienvenida.
"¡Hola, amigos! ¡Qué bueno verlos de nuevo!", exclamó.
Nos sentamos y comenzamos a charlar y reír, disfrutando de la comida y la compañía.
La comida fue deliciosa y la conversación aún mejor. Erick nos contó sobre sus últimas aventuras en Londres y Max compartió algunas historias de su trabajo. Yo me limité a disfrutar de la charla y la risa.
Después de almorzar, Erick nos sugirió tomar un café en un lugar cercano. Aceptamos y nos dirigimos allí. El café era un lugar acogedor y tranquilo, perfecto para seguir charlando.
Mientras tomábamos nuestro café, Erick se volvió hacia Max y le dijo:
"Max, me alegra verte de nuevo. Creo que eres el hombre perfecto para Rebeca".
Max sonrió y respondió:
"Gracias, Erick. Me esfuerzo por hacerla feliz".
Me sentí conmovida por las palabras de Erick y le di un beso en la mejilla a Max.
"Gracias, Erick", le dije. "Significa mucho para mí que apruebes a Max".
Erick sonrió y nos abrazó a ambos.
"Los quiero mucho a los dos", dijo. "Y sé que serán felices juntos".
La tarde pasó volando en buena compañía. Después de despedirnos de Erick, Max y yo decidimos dar un paseo por el parque cercano.
El sol comenzaba a ponerse y el parque estaba iluminado con luces suaves. Caminamos de la mano, disfrutando del momento y la belleza del entorno.
"Me encanta este lugar", dije.
"Yo también", respondió Max. "Me encanta estar contigo en este lugar".
Me sonreí y me acerqué a él.
"Te amo", le dije.
"Te amo también", me respondió.
Y nos besamos bajo las luces del parque.
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LA MIRADA QUE LO CAMBIÓ TODO
RomantizmEn el momento en que sus ojos se encontraron, supieron que nada sería igual jamás.La vida les había llevado por caminos diferentes, pero el destino tenía otros planes.Un encuentro casual, un amor eterno. Donde la pasión y el destino se unen, comienz...