CAPÍTULO 24

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Desde ese día, Holden y yo hemos pasado más tiempo juntos, hablando de todo un poco y saliendo a caminar por ahí. Ya han pasado 6 meses y nuestra relación cada vez está mejor. Bueno, aún no estamos juntos, pero estamos bien con eso.

Mi sobrino Víctor ya tiene 7 meses y hoy es el cumpleaños número 6 de mi otro sobrino Mateo. Le he pedido a Holden que me acompañe, somos amigos, y le dije que podía llevar a su sobrina Sofía.

Holden aceptó con entusiasmo y me dijo que Sofía estaba emocionada de conocer a victorya que a Mateo. Lo conoció. Me alegra que nuestros amigos y familiares se estén conociendo.

Hoy vamos a celebrar el cumpleaños de Mateo con una fiesta en el parque. Estoy emocionada de ver a todos juntos y disfrutar de un día divertido.

Holden y yo hemos avanzado mucho en nuestra relación, y aunque aún no estamos juntos, siento que estamos en el camino correcto. Confío en él y sé que él confía en mí.

Espero que este día sea inolvidable para todos, especialmente para Mateo. ¡Feliz cumpleaños, Mateo!

Llegamos al parque y la fiesta ya estaba en pleno apogeo. Mateo estaba emocionado de ver a todos sus amigos y familiares reunidos para celebrar su cumpleaños.

Holden y Sophia se integraron rápidamente con mis sobrinos y pronto estaban jugando y riendo juntos. Me alegró ver cómo Holden interactuaba con los niños, mostrando su lado más tierno y juguetón.

La fiesta transcurrió sin contratiempos, con juegos, comida deliciosa y risas. Mateo estaba radiante de felicidad, y yo me sentía agradecida de tener a Holden a mi lado, compartiendo este momento especial.

Al final de la fiesta, mientras recogíamos los regalos y las decoraciones, Holden se acercó a mí y me dio un abrazo.

"Gracias por incluirme en esto", me dijo. "Me lo he pasado genial".

Sonreí y le devolví el abrazo.

"Me alegra que hayas venido", le dije. "Significa mucho para mí que estés aquí".

En ese momento, sentí que nuestra amistad había alcanzado un nuevo nivel. Habíamos compartido un momento especial, y nuestra conexión se había fortalecido.

Mientras nos despedíamos, Holden me miró con una sonrisa y me dijo:

"¿Quieres que nos veamos mañana? Podríamos ir al cine o algo así".

Asentí, emocionada de pasar más tiempo con él.

"Me encantaría", le dije.

Y así, nuestra aventura continuó, llena de momentos felices y conexiones especiales.

Al día siguiente, fui a trabajar con una sonrisa en el rostro, recordando la divertida fiesta de cumpleaños de Mateo y la agradable compañía de Holden. De repente, recibí una llamada  de él.

"Hola, Rebeca. ¿Quieres cenar conmigo antes de ir al cine? ¿Te parece bien?", me preguntó.

Me encantó la idea y le respondí de inmediato.

"Me parece perfecto. Pero tengo una condición", le dije.

"¿Cuál es?", preguntó curioso.

"Quiero escoger el restaurante. Hay uno italiano que me encanta", le respondí.

"Genial. Elige tú. Estoy seguro de que será delicioso", dijo.

Me alegró que estuviera dispuesto a dejarme elegir. Era un detalle que me hacía sentir especial.

"Perfecto. Te envío la dirección del restaurante. ¿A qué hora pasas por mí?", le pregunté.

"¿A las 7?", sugirió.

"Me parece bien. Hasta entonces", le dije.

Colgué el teléfono con una sonrisa, emocionada por la cena y la noche que nos esperaba.

Salí del trabajo a las 5 y me fui a casa a arreglarme para la cena y el cine con Holden. Estaba ansiosa por verlo y pasar una noche divertida juntos.

Me puse un vestido color vino que se ajustaba a mi cuerpo, tacones negros, el cabello suelto y un maquillaje ligero. Quería sentirme elegante y atractiva.

Cuando fui a ver qué hora era en mi celular, sonó el timbre. Era Holden, llegando puntualmente a las 7.

Me sonrojé un poco al abrir la puerta y verlo allí, con una sonrisa en su rostro y un ramo de flores en la mano.

"Hola, Rebeca. Estás impresionante", me dijo, entregándome las flores.

Me sentí emocionada y agradecida por el detalle.

"Gracias, Holden. Tú también estás muy guapo", le dije, sonriendo.

Nos miramos un momento, y pude sentir la química entre nosotros. Era como si el tiempo se hubiera detenido.

"Vamos, no queremos llegar tarde al restaurante", me dijo, ofreciéndome su brazo.

Acepté, y juntos salimos de mi apartamento, listos para disfrutar de una noche inolvidable.

Nos fuimos en el auto de Holden, disfrutando del paseo y la compañía mutua. Cuando llegamos al restaurante, un mesero nos quitó los abrigos y nos dirigió a nuestra mesa. Yo había elegido el restaurante, pero Holden había hecho la reservación.

Al llegar a la mesa, quedé impresionada. En la mesa, escrito con pétalos de rosa, decía: "¿Quieres ser mi novia?". Había una botella de champán enfriando en una cubeta y, cuando volví a ver a Holden, tenía un ramo de girasoles en sus manos. Pero lo que me sorprendió aún más fue que, junto con el ramo, sostenía unos libros.

"¿Libros?", pregunté, confundida.

Holden sonrió y se sentó frente a mí.

"Son tus libros favoritos", dijo. "Quería que supieras que he estado prestando atención a las cosas que te gustan".

Me conmoví al ver la atención al detalle y el esfuerzo que había puesto en este momento.

"Esto es increíble", dije, emocionada. "¿Por qué todo esto?"

Holden tomó mi mano y me miró a los ojos.

"Quiero que sepas que estoy serio contigo, Rebeca. Quiero que seas mi novia oficialmente. ¿Quieres?"

Mi corazón latía a mil por hora. ¡Esto era más de lo que había esperado!

LA MIRADA QUE LO CAMBIÓ TODO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora