CAPÍTULO 9

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HOLDEN:

Reflexionaba sobre lo que había sucedido con Paula. Desde que Rebeca me vio con ella, todo se complicó. Le echaba la culpa a Rebeca, pero en realidad, no era su culpa. La verdad era que mi relación con Paula ya no funcionaba desde hacía tiempo.

Recordaba que al principio, habíamos acordado tener algo casual, sin compromisos. Pero creo que Paula comenzó a confundir las cosas, a tomarlo más en serio. Y yo, como un idiota, no le dije nada, no la detuve.

Me di cuenta de que había estado evitando confrontar la realidad. La relación con Paula se había estancado, y yo no había tenido el valor de terminarla.

Pero ahora, después de ver a Rebeca, me di cuenta de que había estado viviendo en una mentira. Rebeca me había mostrado que podía haber algo real, algo auténtico.

Me sentí arrepentido por haber lastimado a Paula, pero sabía que debía ser honesto conmigo mismo y con ella. Era hora de enfrentar la verdad y cerrar ese capítulo de mi vida.

Finalmente, terminé las cosas con Paula. Aunque insistió, eventualmente se dio cuenta de que solo la rechazaba una y otra vez. Fue lo mejor.

Después de unos días, decidí buscar a Rebeca. Me dirigí a su apartamento, pero me encontré con Erick saliendo de ahí. Me dijo que había ido a revisar que todo estuviera bien, ya que Rebeca se lo había encargado.

Me intrigó, así que le pregunté dónde estaba Rebeca. Erick me contó que se había ido a trabajar a Nueva York por un año. Me quedé pensativo, considerando ir a buscarla.

Pasaron varios meses, y eventualmente comenzamos a comunicarnos por correo. Rebeca me dijo que quería cerrar ese capítulo de su vida, tal como yo lo hice con Paula. Me sentí mal, sabiendo que había perdido mi oportunidad.

Luego, recibí una carta de Rebeca. Me deseaba suerte y me decía que había encontrado a alguien especial, un novio. Me pidió que fuera feliz con Paula, lo que me hizo reír amargamente, ya que sabía que eso era imposible.

Me di cuenta de que me lo había buscado yo mismo. Rebeca había movido adelante, y yo seguía atrapado en mis errores. Ahora, solo me quedaba reflexionar sobre lo que podría haber sido.

Llegué al trabajo al día siguiente, listo para grabar mi parte del programa, pero mi mente estaba en otro lugar. Estaba distraído, pensando en Rebeca y en lo que había sucedido.

Mi mejor amigo, Jack, se dio cuenta de mi estado y me preguntó qué me pasaba. "Holden, ¿estás bien? Estás muy distraído", me dijo.

Me senté con él durante un descanso y le conté todo: mi relación con Paula, el reencuentro con Rebeca, la carta y todo lo demás. Jack me escuchó atentamente, asintiendo con la cabeza.

"Lo siento, amigo", me dijo cuando terminé."Bueno, al menos has aprendido algo. Ahora sabes lo que quieres y lo que no quieres".

Asentí, reflexionando sobre sus palabras. Tenía razón. Había aprendido mucho sobre mí mismo y sobre lo que realmente importaba.

"Gracias, Jack. Me has ayudado a ver las cosas desde otra perspectiva".

Jack se levantó. "Eso es lo que hacen los amigos. Ahora, vamos a grabar tu parte del programa. ¡Concentración, Holden!"

Me reí y me levanté, listo para enfrentar el día con una nueva actitud.

Después de grabar mi parte del programa, me sentí un poco mejor. Hablar con Jack me había ayudado a clarificar mis pensamientos y emociones. Decidí que era hora de seguir adelante y dejar el pasado atrás.

Esa noche, después de trabajar, recibí un mensaje de texto de un número desconocido. Era Rebeca. Me preguntó cómo estaba y si había recibido su carta. Le respondí que sí, y que la había estado pensando mucho.

Rebeca me dijo que se alegraba de que estuviera bien y que esperaba que pudiera encontrar la felicidad. Luego, me sorprendió con una pregunta: "¿Quieres hablar por teléfono? Necesito hablar contigo sobre algo".

Me pilló desprevenido, pero acepté. Estaba ansioso por saber qué quería decirme.

La llamada telefónica con Rebeca fue intensa. Me contó que había estado pensando mucho en nosotros y en lo que podría haber sido. Me dijo que aunque había encontrado a alguien especial en Nueva York, todavía sentía una conexión conmigo.

Le confesé que yo también había estado pensando en ella y que me arrepentía de no haber luchado más por nuestra relación. Rebeca me dijo que no era culpa mía, que las cosas suceden por una razón.

La conversación fue emotiva, pero también liberadora. Ambos nos dimos cuenta de que aunque nuestro camino no había sido el esperado, todavía teníamos una conexión especial.

Al final de la llamada, Rebeca me dijo algo que me impactó: "Holden, creo que debemos cerrar este capítulo de nuestra vida, pero no olvidar lo que sentimos. Eres parte de mí, siempre lo serás".

Me quedé sin palabras, pero asentí en silencio. Sabía que era hora de seguir adelante, pero también de recordar lo que habíamos compartido.

La llamada terminó, pero su eco permaneció en mi corazón.

LA MIRADA QUE LO CAMBIÓ TODO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora