CAPÍTULO 11

5 2 0
                                    

REBECA:

¡Todo está listo para nuestro viaje a Londres! Dentro de dos semanas, Max y yo nos dirigiremos a la ciudad para presentarlo a mis padres. Estoy un poco nerviosa, pero Max me ha asegurado que todo saldrá bien.

También hemos hablado sobre mi contrato en Nueva York, que solo dura un año. Le mencioné a Max que dentro de cinco meses y medio debo regresar a Londres. Para mi sorpresa, él aceptó sin dudar venir conmigo. Me siento aliviada y feliz de que esté dispuesto a acompañarme en este nuevo capítulo.

Sin embargo, todavía queda una pregunta en el aire: ¿qué pasará con su empresa y negocios aquí en Nueva York? Max me aseguró que tiene un plan y que todo se resolverá. Confío en él y estoy emocionada de ver cómo se desarrollará todo.

Estoy ansiosa por este nuevo capítulo en Londres con Max. ¿Qué aventuras nos esperan? ¿Cómo se adaptará Max a la vida en Londres? ¡Solo el tiempo lo dirá!

---

Al llegar a casa después de un largo día de trabajo, me encuentro con Max en el estacionamiento. Nos saludamos con un cálido beso y subimos a mi apartamento.

Una vez dentro, le pregunto directamente: "Amor, ¿qué harás con tus negocios aquí cuando te vayas conmigo definitivamente a Londres?"

Max se sienta en el sofá, reflexiona por un momento y responde: "He estado pensando en eso, Rebeca. He decidido nombrar a un socio que se encargue de mis negocios aquí en Nueva York. De esa manera, puedo enfocarme en empezar algo nuevo en Londres, contigo."

Me siento aliviada y emocionada al mismo tiempo. "¿Y qué te gustaría hacer en Londres?", le pregunto, curiosa.

Max me mira con una sonrisa astuta y dice: "Tengo una idea perfecta. Puedo montar una sucursal de mi empresa de viajes en Londres. De esa manera, puedo expandir mis negocios y atenderlos desde allí. Y cuando sea necesario, puedo volver a Nueva York para reuniones o asuntos importantes".

Me gusta la idea, pero aún tengo alguna duda. "¿Y cómo manejarías tus negocios desde Londres?", le pregunto.

"Todo se puede hacer por internet", me responde Max. "Puedo mantenerme en contacto con mis socios y empleados en Nueva York a través de videoconferencias y llamadas. Y, por supuesto, volveré a Nueva York de vez en cuando para visitar a mi familia y resolver cualquier asunto pendiente".

Me siento aliviada y emocionada al mismo tiempo. La idea de Max parece perfecta. Podremos estar juntos en Londres, y él podrá mantener sus negocios en Nueva York sin problemas.

"Me encanta la idea, Max", le digo, abrazándolo. "Vamos a hacer que esto funcione".

Max me sonríe y me dice: "Si, amor", mientras me da un beso tierno.

Luego, me pregunta: "¿Ya cenaste? Traje comida".

Le respondo: "No, amor. ¿Qué trajiste?"

Max se levanta y va a la cocina, regresando con una sonrisa y una bolsa de comida. "Traje tu plato favorito, sushi. Lo pedí en ese restaurante que tanto te gusta".

Me siento emocionada y agradecida. "Mmm, me encanta. Gracias, Max".

Nos sentamos en el sofá, abrimos la comida y comenzamos a cenar juntos. La velada es perfecta, con la persona que amo, buena comida y una conversación relajada.

Mientras cenamos, Max me mira y me dice: "Rebeca, estoy muy feliz de estar contigo. No puedo esperar para empezar nuestra nueva vida juntos en Londres".

Mi corazón late fuerte, lleno de amor y felicidad. "Yo también, Max. Estoy emocionada de ver qué nos depara el futuro".

Después de cenar, nos quedamos conversando un rato más, disfrutando de la compañía del otro. Pero de repente, Max me dice: "Me tengo que ir, amor. Mañana tengo un viaje de negocios y tengo que madrugar".

Me sorprende un poco y le pregunto: "¿Por qué no me dijiste que tenías ese viaje?"

Max se disculpa: "Lo siento, Rebeca. Se me pasó por alto mencionártelo. Es un viaje de última hora para cerrar un trato importante".

Le sonrío y le digo: "Está bien, amor. Entiendo. Pero next time, por favor, avísame con anticipación".

Max asiente y me da un beso apasionado. "Lo prometo, mi amor. Te extrañaré".

"¿Por cuántos días te vas, amor?", le pregunto a Max mientras nos despedimos.

"Serán solo tres días, mi amor", me responde Max. "Regresaré pronto".

Me siento un poco triste de que se vaya, pero también me alegra saber que será solo por unos días.

"Te extrañaré", le digo, abrazándolo fuerte.

"Yo también te extrañaré, Rebeca", me responde Max. "Pero estaré de vuelta antes de que te des cuenta.

Max me da un último beso y se va, dejándome con una sonrisa.

Después de un día de trabajo, decido unirme a mis compañeros y amigos de trabajo para ir a un bar y relajarnos un rato. Nos sentamos en la barra, pedimos unas bebidas y comenzamos a charlar y reírnos.

La atmósfera es divertida y distendida, y me siento agradecida de tener amigos tan maravillosos en el trabajo. Hablamos de todo un poco, desde nuestros proyectos actuales hasta nuestros planes para el fin de semana.

De repente, mi amiga Sarah me pregunta: "¿Cómo te va con Max? ¿Ya tiene todo listo para mudarse a Londres contigo?"

"¡Aún no, faltan 5 meses y medio!", le respondo a Sarah con una sonrisa. "Pero ya tenemos todo listo para nuestro viaje a Londres dentro de dos semanas. Nos vamos el viernes por la mañana y regresaremos el domingo en la noche".

Sarah se emociona y me pregunta: "¿Ya conociste a los padres de Max? ¿Estás nerviosa?"

"sí Ya conocí a sus padres", le digo a Sarah con una sonrisa. "Max me llevó a su casa para presentarme y fue una experiencia maravillosa. Son personas encantadoras y muy acogedoras".

Sarah se interesa y me pregunta: "¿Y qué te parecieron? ¿Te trataron bien?"

"Así es", respondo. "Me trataron como si fuera parte de la familia. Me hicieron sentir muy cómoda y nos llevamos de maravilla. Max me había advertido que su madre era un poco estricta, pero resultó ser muy cariñosa y atenta".

Sarah sonríe y me dice: "Me alegra que todo saliera bien. ¡Es un gran paso para tu relación con Max!".

La noche sigue adelante, llena de risas y buenos momentos con mis amigos. Es justo lo que necesitaba después de un día de trabajo intenso.

LA MIRADA QUE LO CAMBIÓ TODO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora