¡𝗣𝗈𝗿𝗻𝗈... 𝘀𝗈𝘁𝗿𝖺𝘀!

📞 ― 𝗦𝗈𝗅𝗮 . . .

Sun recuerda que siempre amó la playa. Amaba sentir que su cuerpo era acariciado por la brisa fresca y, en algunas ocasiones, fría. Adoraba el sonido del mar, la tranquilidad que le daba, la arena en sus manos o las olas golpeando suavemente sus pies; buscando saludar y darle la bienvenida.

La noche parecía sombría a comparación de otras veces, y eso hacia resaltar la nostalgia que las olas cantaban.

Hablar con Arthit no había funcionado. Él solo había hablado de lo mucho que le divertía la situación o las ganas que tenía de que ella ocupara el lugar de Charoen.
Pateó un poco de arena al recordar sus palabras.

Yo dejo a Charoen y le explico que todo lo que pasó fue culpa mía.

La esperanza había llegado a ella como un rayo, pensando que podrían estar en paz nuevamente.

Claro, tú tomarías su lugar.

¡Ese idiota tenía la osadía de pensar que ella estaba en algún tipo de subasta asquerosa y retorcida como él!
Quiso llamar a Ongsa, pero sabía que estaría cuidando de Charoen en lo que Aylin cuidaba de Alpha. Al menos ambas estarían con un soporte en lo que ella trataba de solucionar las cosas.

Aunque no habían llegado a nada.

Comenzó a caminar hacia la orilla, tal vez un poco de agua en sus pies le haría saber que tal vez no todo estaba perdido, tal vez todo tendría arreglo, tal vez era una pesadilla, tal vez todo había salido bien. Tal vez, tal vez, tal vez.

Los tal vez no existen, solo son inventos de nuestra mente para poder aferrarnos a un recuerdo que aún nos hace sentir vivos.

Frotó sus brazos cuando sintió un poco de frío, debió traer algo antes de salir de casa. Miró al cielo, preguntándose si la situación afectaría su relación con Ongsa, si Tinh seguiría afectado por las palabras de Charoen, si Aylin seguiría abrazando a Luna como si tuviese miedo, si Alpha seguiría rompiéndose y si Charoen seguiría culpandose.

¿Cuál es la necesidad del destino de hacer sufrir a los adolescentes? Parece como si quisiera fumigar el planeta Tierra.

Aún con el ligero temblor en su cuerpo logró visualizar una pequeña, pero irreconocible silueta. Charoen.
Soltó un suspiro cansado, emprendiendo camino hacia ella, ¿Qué le diría? Incluso si no sabía, Sun sentía que había decepcionado a sus amigas, que había fallado y que no merecía que la tratasen bien.

Que desastre.

― ¿Seguiremos siendo amigas a pesar del tiempo, Ongsa?

¡Lo sabía! ¡Sun era una experta prediciendo las cosas! Charoen estaba enojada con ella por no haber podido realizar una tarea tan sencilla como convencer a un idiota cara bonita.

― Más te vale, tonta. ― Charoen colgó, cayendo de rodillas y sollozando nuevamente.

Ma terre: ¿Estás bien, solecito?
Ma terre: Regresaré a casa.
Ma terre: Charoen se fue a la playa mientras yo iba a comprar comida. Lo siento.
Ma terre: No tengo muchos ánimos hoy, pero necesito que me escribas antes de apagar el teléfono.
Ma terre: Te amo.