📞 ― 𝖣í𝖺 𝘂𝗻𝗼: 𝖣𝗈𝗌 𝗌𝗂𝗍𝗎𝖺𝖼𝗂𝗈𝗇𝖾𝗌 𝖽𝗂𝖿𝖾𝗋𝖾𝗇𝗍𝖾𝗌 . . .

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Todos necesitan tres pasatiempos

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Todos necesitan tres pasatiempos.

Uno que te ayude en tu salud, otro que te relaje y otro que te ayude en tu responsabilidad.

Charoen había adquirido el pasatiempo del arte.

Quiso escribir algo, siempre había tenido la sed de querer escribir un cuento o una obra pequeña, pero la inspiración jamás llegó.

Ahora era totalmente distinto.

― Si vendes este libro te harías famosa y terriblemente rica. ― Tinh dejó las hojas de su amiga en su sitio.

Si bien las había tomado sin permiso, Charoen necesitaba algún consejo de forma urgente o comenzaría a enloquecer.

― ¿Por qué no lo nota, Tinh? Mi corazón está sangrando por su rechazo, sólo se aleja sin importarle. ―

― Charoen... ― Él no era bueno en los consejos, él sólo necesitaba el chisme completo.

― Una desconocida trata de estrechar su mano, pero ella parece rechazarme sin ningún tipo de conciencia. ―

He venido desde los atardeceres de Plutón, tratando de que Saturno envuelva sus anillos a mi alrededor, sintiendo el frío del planeta pero tratando de merecer el calor de su corazón.

No lo entiendo, ¿Por qué me teme?

Si me deja sostener su mano prometo que jamás la soltaré, incluso en cada tormenta. Sólo me sentaré a reparar los anillos que la hacen magnífica y sensacional.

Prometo balancearme en sus maravillas, descubrir sus sensaciones y sus sueños, prometo limpiar cada herida y reparar su corazón. Si me deja entrar, prometo alinearme directo a sus labios y sólo mirar las constelaciones que se plasmaron en sus ojos.

― Tal vez tú y Aylin son las verdaderas primas. Son igual de cursis. Que feo. ― Tinh trató de fingir sentirse ofendido, tratando de forma inútil que las lágrimas no salieran de los ojos de su amiga. ― Si Alpha no te corresponde yo mismo me encargaré de patearle el trasero. ― Golpeó la mesa del restaurante con su dedo, fingiendo ser intimidante.

― Caí, Tinh. ― Pero charoen ya se había sumergido en su mar de pensamientos. ― Caí en todo aquello de lo que debí alejarme desde el primer día, aunque en esos momentos no le tomé tanta importancia porque claramente quería ignorar el sentimiento e ir por el camino fácil; pero eso cada vez se hacía más difícil, más cuando sonreía y esas estrellas brillaban tanto que me habían perderme en las profundidades del bosque, fundirme en la madera, casi sintiendo el aroma y la textura de un suave tronco. ― Charoen escondió su cabeza entre sus brazos, sintiendo que cada palabra salía con dolor porque la persona que estaba sentada frente suyo no era ella.

¡𝗣𝗈𝗿𝗻𝗈... 𝘀𝗈𝘁𝗿𝖺𝘀! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora