📞 ― 𝗙𝖾𝗅𝗂𝘇 𝗰𝘂𝗆𝗉𝗅𝖾𝗮𝗻̃𝗈𝗌 . . .

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Charoen se levantó con el peor presentimiento que alguien podría tener

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Charoen se levantó con el peor presentimiento que alguien podría tener. Alpha estaba acostada a su lado, parecía feliz mientras se aferraba a su cintura e inconscientemente mordió su labio para reprimir una sonrisa. Envolvió su cuerpo con una sábana para poder ir al primer piso y traer sus cosas, quizá eso le ayudaría a sentirse menos angustiada de que su abuelo llegue y le haga algún problema.
Bajó con cuidado, su corazón sintiéndose pesado con cada paso que daba, pero tal vez solo tenía miedo de su abuelo.

Corrió a la sala y comenzó a cargar su ropa y la de Alpha, las mochilas podían esperar hasta que ellas bajen y... ¿Alpha había traído su mochila?
La curiosidad la mató, sobretodo porque en los últimos días, Alpha había estado muy distraída escribiendo y desechando cantidad de papeles. Tomó la mochila y se sentó en el sillón, sus manos picando mientras la abría y un montón de basura revelaba su interior.
Bufó molesta porque detestaba el desorden, pero su enamorada parecía vivir de ello. Iba a dejarla en su lugar, cuando lo único que parecía en perfecto estado llamó su atención.

Una carta.

Era una carta para ella.

Se sintió emocionada al pensar ingenuamente que Alpha había estado trabajando en algo tan bonito para su cumpleaños. Se sentía extraña al tomarla y verla sin color, sin decoración. A ella no le gustaban las cosas así.

Tal vez no tuvo tiempo de decorarla.

Se acomodó mejor en el sillón, subiendo sus pies y abrazando una almohada. La sonrisa y el brillo de sus ojos por la emoción no se irían hasta que termine de leer la carta.

La abrió con cuidado, las primeras palabras llamando su atención y alertando todos sus sentidos.

Perdóname.

Soy muy cobarde al decírtelo en una carta y no cara a cara, pero tenía miedo. Fuiste y serás la mujer que lleva mi corazón en sus manos, aquella con la que siempre soñé casarme, aquella mujer a la que le juré que pondría un anillo en su dedo.

Perdóname, pero estaba cansada. Las cosas comenzaron a pensar sobre mi, y no porque estaba cansada de mi vida, solo me cansé de ti.
Estaba harta de tener que soportar tu risa, tus caprichos, tus miedos. Me cansé de tener que consolarte por las noches porque eres alguien fácil de intimidar.

Estaba harta de tener que lidiar contigo y todo con lo que tenías relación. Es una etapa por la que debes pasar, lo sé perfectamente, pero entiende, me molestaba tener que aguantar a una mujer tan infantil como tú. Comenzaba a molestarme, comenzaban a irritarme, incluso tus mensajes de buenos días me hacían sentir tan... Asqueada.
Lo siento, sé que debí decirlo, pero te veías tan feliz de que yo fuera lo que querías, ¿Pero sabes qué? Tú no eras lo que yo quería, no eras lo que yo esperaba; porque solamente eres una niña con la que podía ir si me sentía mal y ella jamás se cansaría de consolarme.
Eres fácil de usar, de acomplejar, de manipular. Tú no sabes lo mucho que me molesta eso, y no solo porque eres tú quien tiene cada cosa que detesto.

¡𝗣𝗈𝗿𝗻𝗈... 𝘀𝗈𝘁𝗿𝖺𝘀! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora