Capítulo 19

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Bajando sigilosamente las escaleras con un sigilo que podría haber rivalizado incluso con el de cuando Beomgyu actuaba en contra de sus castigos, encontró a Jennie en la sala de estar, las luces de la ciudad derramándose desde las grandes ventanas del piso al techo eran su única guía.

Jennie estaba acurrucada en el sofá, vestida con un pijama de seda y con un vaso de agua fría en la mano. Su cabello estaba suelto y le caía sobre la espalda y los hombros en suaves ondas naturales.

Al llegar al pie de las escaleras, Beomgyu tragó saliva. Sus pies tocaron el suelo de madera y la decisión de hacer notar su presencia se le esfumó.

—¿Beomgyu? —la voz de Jennie resonó claramente en la habitación silenciosa, al igual que el tono inquisitivo que la impregnaba. Colocó el vaso en la mesa de café y se giró hacia él mientras Beomgyu comenzaba a caminar lentamente por la habitación hacia su ella.—¿Qué sucede? —preguntó Jennie, levantando al niño en sus brazos y acomodándolo en su regazo.

Beomgyu permaneció en silencio durante todo el proceso, evitando encontrarse con la mirada de la mayor.

—¿No puedes dormir?—Beomgyu negó con la cabeza.

—¿Por qué? ¿No te sientes bien? —Jennie comprobó su temperatura y frunció el ceño ante su continuo silencio. Negarse a hablar cuando estaba disgustado no era propio de Beomgyu, y si ese no era el caso, entonces ¿de qué se trataba esta situación? —¿Estás emocionado? —intentó Jennie una vez más, Beomgyu negó con la cabeza.

—Pensé que querías mudarte con tu mamá Lisa—dijo Jennie, confundida.

—Sí—respondió Beomgyu—.No es eso.

—Entonces, ¿qué es?—insistió Jennie.

Esta vez su respuesta fue inmediata:—¿Quieres esto?

Por un momento, Jennie se sorprendió, pero luego se dio cuenta de que se trataba de Beomgyu y debería haber previsto que, tarde o temprano, tendría que tener esa conversación con él.

¿No fui yo quien te propuso esto?

El le dirigió una mirada mordaz a Jennie.—No creo que haya sido idea tuya.

—No —admitió Jennie—.Pero tu mamá me habló de ello primero. Así que si no quisiera esto, ni siquiera te habría mencionado el tema.

—Sí, lo habrías hecho —insistió, y no había ni un atisbo de duda en su voz—. Haces muchas cosas por mí.

—Beomgyu, sé perfectamente que no serías feliz si yo no lo fuera. Lo he sabido desde siempre.

—Entonces estás feliz de que nos vayamos a vivir con ella.—Fue más una acusación que una conclusión.

La respuesta de Jennie fue sencilla:—Quizás sí.

—Eso es poco probable—señaló.

—¿Por qué?

Beomgyu emitió un ruido parecido a un gemido de frustración.—Porque... Ustedes dos se separaron por una razón. Sé que ahora se llevan bien, pero...

Jennie suspiró. —Ven aquí —susurró Jennie, acunándolo contra su pecho—. Sé que no debe ser agradable para ti escuchar esto otra vez, pero todavía hay mucho sobre la vida que aún tienes que aprender.—Jennie apoyó la barbilla sobre su cabeza y luchó por controlar las emociones en su interior y las lágrimas que se agitaban en sus ojos. —A veces, lo mejor que puedes hacer es vivir el presente, sin pensar en el pasado ni en el futuro ni en las posibles consecuencias. Eso es lo que estoy a punto de hacer ahora mismo.

Jennie le dio un beso en la frente y se enderezó.—Vamos, volvamos a la cama. Mañana tienes clases.

—¿Vas a estar bien?—preguntó Beomgyu mientras se levantaba, con él en los brazos de Beomgyu, mirándola con ojos grandes y preocupados.

—Estaré bien —respondió Jennie con firmeza, pero con una sonrisa cariñosa en el rostro—. ¿Sabes por qué? Porque soy tu madre.

Beomgyu sonrió y supo que cada letra de esas palabras era verdad, pero al mismo tiempo, sabía que su mami no las creía del todo.

El principio del fin 𐙚 JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora