El principio del fin 𐙚 Jenlisa

Capítulo 9

Beomgyu acababa de subirse a su cama cuando Jennie hizo su aparición en su habitación esa noche.

—¿Listo para dormir?—preguntó Jennie con una suave voz de aegyo, agachándose para recoger la camisa que Beomgyu había tirado descuidadamente al suelo.

Beomgyu frunció el ceño. Jennie no se había quejado ni lo había rechazado, pero su Mamá odiaba tener que limpiar lo que él ensuciaba.

—¿Estás enojado conmigo?—se aventuró a preguntar Beomgyu, inseguro.

—No —respondió Jennie mientras colocaba una prenda de ropa sobre el respaldo de la silla. Tenía el ceño fruncido cuando se volvió hacia él—. ¿Por qué tendría que estarlo?

La respuesta de Beomgyu fue sencilla:—Porque me encontré con ella.

—Beomgyu—empezó a decir Jennie mientras se dirigía hacia él—. Yo era la que quería que la conocieras, ¿recuerdas? —Se sentó junto a el y lo animó a dormir debajo de las sábanas, arropándolo una vez que él obedeció.

—Bueno, sí, pero...

—Nos escuchaste pelear —dedujo Jennie—. Estoy de acuerdo en que no fue el mejor comienzo que pudo haber tenido tu relación con ella. Pero es natural que se enojara cuando descubrió que te mantuve en secreto.

Sin saber muy bien cómo responder, Beomgyu extendió sus bracitos hacia Jennie en un gesto silencioso. Jennie comprendió y sonrió levemente mientras se movía de espaldas a la cabecera de la cama para darle la bienvenida en sus brazos. Inmediatamente, Beomgyu se acurrucó a su lado, rodeándole la cintura con los brazos y apoyando la cabeza sobre su estómago.

—Aún te amo más —murmuró Beomgyu.

—No digas eso —lo reprendió Jennie suavemente, pasando los dedos por su cabello—. Ella merece ser amada tanto como yo. Y una vez que la conozcas, te darás cuenta de eso.

—Hablas muy bien de ella—comentó Beomgyu.—Como si supieras que es una buena persona.

—Ella es una buena persona.

—Entonces, ¿por qué rompieron? —preguntó Beomgyu—. ¿Por qué no se llevan bien ahora?

Jennie frunció el ceño mientras continuaba el interrogatorio.—Nos llevamos bien—respondió la morena.

Beomgyu puso los ojos en blanco.—Ni siquiera viniste a hablar con ella.

—Hablé con ella ayer, después de dejarte en la escuela.

—¿Acaso tú?

—Sí.

—Pero entonces, ¿por qué al menos no me dijiste hola hoy? —insistió Beomgyu.

—Porque… —Jennie hizo una pausa abrupta y sacudió la cabeza—. Porque tal vez sea precisamente por eso que nos llevamos bien. Porque no hablamos, ni siquiera nos saludamos.

Beomgyu frunció el ceño y miró a Jennie por primera vez desde que habían empezado la conversación.—¿Cómo funciona eso?

—No tienes por qué entender esto ahora —dijo Jennie—. Eres demasiado joven. Quizá la vida te enseñe esta lección, quizá no. Pero en algún momento del futuro entenderás lo que te estoy diciendo y por qué.

Beomgyu no tardó mucho en darse cuenta y... Sus ojos ardían con terquedad y determinación mientras la atravesaban.—Es porque luchas, ¿no? Porque cada vez que hablas, terminas arriba luchando.

Jennie tragó saliva. —Sí —respondió en un susurro.

—¿Por qué? —preguntó Beomgyu, incorporándose—. ¿Por qué no puedes decirle cosas bonitas a alguien?

—Porque a veces incluso las cosas bonitas duelen —espetó Jennie.

Beomgyu se tambaleó hacia atrás por la fuerza de sus palabras, y Jennie suspiró, tomando aire profundamente.

—Para tranquilizarte. Mira, Riley... Por favor, no me hagas esto.—Jennie rogó:—No empieces a preguntar por qué. No empieces a desear que Lisa y yo vuelvan a estar juntas. Sé que es difícil para ti entenderlo. Sé que deseas lo que todo niño tiene: una familia. Pero tendrás que aprender a adaptarte al hecho de que me tienes a mí, y la tienesa ella, y somos dos personas diferentes que no tenemos nada que ver con eso. No tenemos nada que ver la una con la otra. Agradezcamos que nos tenga a nosotros.

Toda la resolución de Beomgyu se derritió al ver las lágrimas que brillaban intensamente en los ojos de Jennie.—Lo estoy—prometió Beomgyu, sus pequeños brazos se acercaron para envolverla con fuerza por la cintura mientras enterraba su rostro en su estómago.—No estoy tratando de hacerte volver con ella. Solo quería saber por qué... No entiendo qué está pasando.

—Deja de pensar en lo que está pasando y empieza a disfrutar de la presencia de tu Lili en tu vida—aconsejó Jennie.—¿De acuerdo?—Beomgyu asintió.

—¿Es eso una promesa?

—Sí.

—Bien. Ahora vete a dormir —susurró Jennie mientras se soltaba del abrazo de Beomgyu y se inclinaba para besarle la frente después de que él se acomodara en la almohada—. Te veré mañana.

Jennie logró mantener la compostura hasta que salió de la habitación a oscuras de Beomgyu. Sin embargo, en el momento en que la puerta se cerró detrás de ella, Jennie ya no pudo evitar que la realidad la aplastara. La morena se recostó contra la superficie de madera, con un suspiro tembloroso saliendo de sus labios mientras obligaba a su cuerpo a relajarse.

¿Cómo se suponía que Jennie haría eso? ¿Cómo había supuesto que lo haría?