El principio del fin 𐙚 Jenlisa

Capítulo 26

A pesar de estar encerrada en mi oficina ese día, escuché claramente cuando llegaron a casa. La puerta se abrió y se cerró, y los tacones resonaron en el piso de madera, lo que provocó una discusión cómica.

—QUÉ-

—No, Beomgyu.

—Pero, Mamá-

—¡Dije que no!

—Pero...

—Beomgyu, ¿cuántas veces tenemos que repasar esto hasta que lo entiendas? No irás a ninguna parte. ¡Solo tienes seis años! ¡Te acabas de ganar el derecho a salir y jugar sin supervisión! ¿Y sabes qué? ¡Eso es solo porque tienes el jardín solo para ti!

—Eres demasiado protectora.

Con una sonrisa, me levanté de mi asiento y salí de la habitación, dirigiéndome lentamente hacia la sala de estar, donde parecía estar teniendo lugar la discusión cómica.

—Disculpe... repita eso.

—Ummm...

—No me di cuenta de eso.

—Sí, lo hiciste.

—Está bien. Entonces, si lo hice, ¿por qué tienes miedo de repetirlo?

—Porque te vas a volver loca.

—Voy a perder los estribos. Eso significa que has dicho algo incorrecto y lo sabes.

—Está bien, está bien—me reí, interviniendo finalmente—.¿Qué está pasando aquí?

—Vamos —la animó Jennie, cruzando los brazos sobre el pecho—. Cuéntale lo que está pasando. Veamos si te apoya en esto.

El niño imitó a su Jennie con terquedad:—Hay un viaje en la escuela y ella no me deja ir.

Parpadeé y me agaché lentamente para ponerme al lado de mi hijo. ¿De eso se trataba todo el partido?—¿Por qué no?—pregunté, mirando a Jennie.

Jennie estaba vestida con un vestido Klara rojo de Reformation acentuado con algunos collares y tacones altos, su cabello estaba recogido detrás de las orejas mientras caía sobre su espalda y hombros en un lacio sedoso. Jennie puso los ojos en blanco.—Porque tiene seis años. Es demasiado joven. No puede ir a ningún lado sin su madre. En realidad, ¡es demasiado joven para pensar siquiera en ir a algún lado sin mí!—Fruncí el ceño.

—Creo que seis años es una edad aceptable para-

—He puesto a prueba mi paciencia; soy negativa, así que ¡cállate!—ordenó Jennie, cambiando inmediatamente la situación a su favor.

¡¿Ves?!—exclamó Beomgyu.—¡Mamá entiende!

—Bueno, me gustaría confirmar que no lo hago.

—No me importa, pero me alegro de que lo hagas.—Jennie respondió fingiendo una sonrisa.—Tal vez tu madre pueda cocinarte la cena esta noche—.Beomgyu suspiró. Yo tosí y me reí.

—Mamá, no es como si fuéramos a estar solos ¡nosotros mismos!

Jennie levantó las cejas.—¿No?—ella preguntó.

Cegado por la emoción, Beomgyu se dio cuenta de que simplemente estaba fingiendo sorpresa.

—¡No! ¡La señorita Wendy viene con nosotros!

—¡Bueno, eso lo cambia todo! —exclamó Jennie, aplaudiendo.

—¿Sí?—dijimos mi hijo y yo al unísono, sorprendidos, pero igualmente contentos.—¡Por supuesto que sí! —respondió Jennie.